Publicado: julio 6, 2025, 4:00 pm
España es un país famoso por costumbres como la siesta. De este momento del día que suele ocurrir después de comer y que consiste en descansar para reponer fuerzas y seguir con la jornada se han hecho numerosos estudios para investigar sus beneficios y contraindicaciones. Incluso se ha estudiado sobre cuál es el tiempo idóneo para evitar problemas mayores. Pero, ¿vale para todos, hasta para los que padecen insomnio, uno de los trastornos del sueño?
Según Merijn Van de Laar, experto del sueño de la Universidad de Maastricht, habría que analizar ciertos matices. Los expone en su libro Dormir como un cavernícola –VR Europa- y cuyas conclusiones están recogidas en el medio El Español, donde pone como ejemplo a una tribu de Tanzania cuyos integrantes tendrían unas horas de sueño programadas, se echan la siesta y no padecen insomnio.
La siesta es beneficiosa, pero si se tiene un sueño sano
Según Van de Laar, los de esta tribu duermen una media de seis o siete horas diarias, con algunas interrupciones. No obstante, hay quien se queda por la noche para hacer tareas como guardias. Aparte, realizan siestas que, tal y como explica el experto, «abarcan más de la mitad de los días de una semana, sumando unos 17 minutos de descanso adicionales».
Con este ejemplo, lo que Van de Laar quiere decir es que la siesta puede ser beneficiosa, pero siempre y cuando se tenga un sueño saludable y bien programado. «Hay diferencias entre quienes toman siestas indiscriminadas y quienes lo hacen por costumbre. El primer grupo es tres veces más propenso a padecer un insomnio crónico. Para el segundo, las probabilidades de padecer insomnio disminuyen en un 1,5%», apunta el autor del libro Dormir como un cavernícola.
Por lo tanto, recomienda que «si tienes problemas para dormir, evita la siesta», sobre todo aquellas que duren «más de dos horas». Sin embargo, recalca que, en el caso de tener la necesidad de recuperar, este descanso no puede superar más del tiempo de 90 minutos. Así, se obtendrá un «ciclo de sueño completo» y un mejor despertar con «buen ánimo».
Uno de los tipos de siesta que aconseja Van de Laar es el de la «siesta prudente», que no dura más de 30 minutos. De hecho, este es el tiempo que también recomiendan expertos como los de la NASA para aprovechar todos sus beneficios. No obstante, el experto avisa de que dormir de 30 a 60 minutos tras pasar una noche en blanco, «no parece compensar los perniciosos efectos en lo cognitivo de aquellos que casi no duermen».
Por último, expone que, para aquellos que cumplan una media de sueño de 6 o 7 horas, la siesta sí tendría beneficios para ellos, como mejor atención y concentración, mayor capacidad de resolver problemas y hasta un buen rendimiento físico, entre otras ventajas.