Publicado: diciembre 4, 2025, 4:00 pm
A menudo se desconoce en la población la relación que existe entre la tiroides y la pérdida de cabello. Aunque una caída moderada es normal, especialmente en los cambios de estación, cuando la causa es un problema en la hormona tiroides, la caída de pelo se produce de una manera diferente. Así pues, la falta de salud tiroidea es una causa frecuente pero poco conocida de la caída del cabello.
En este contexto, las alteraciones en la función tiroidea, tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden tener un impacto directo en la salud capilar. Según el doctor Javier Pedraz, director médico de Insparya Madrid, «los desequilibrios hormonales producidos por la tiroides pueden alterar el ciclo de crecimiento del cabello, provocando una caída difusa y, por consiguiente, una pérdida de densidad». Profundizamos un poco más en esta relación.
El papel de la tiroides en la salud del folículo piloso
La tiroides es una glándula localizada en la zona del cuello, que cumple una misión crucial al generar hormonas esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo. «La glándula tiroides regula el metabolismo y participa en el correcto funcionamiento de los tejidos del organismo, incluido el folículo piloso. Las hormonas tiroideas (T3 y T4) influyen directamente en la duración y ritmo de las fases de crecimiento del cabello».
En el momento en el que la tiroides funciona de una manera inadecuada, el ciclo capilar normal se va a ver afectado de diferente manera según el problema. En el caso del hipotiroidismo, «la producción hormonal disminuye, lo que ralentiza la fase de crecimiento (anágena) y puede dar lugar a un cabello más frágil, seco y con mayor tendencia a la caída«.
En el hipertiroidismo, sin embargo, el exceso de hormonas acelera el ciclo capilar, haciendo que el cabello nazca y se caiga más rápido, con una apariencia más fina y débil. Por lo tanto, «La caída del cabello puede ser uno de los primeros signos de un desequilibrio tiroideo, por lo que ante una pérdida capilar generalizada es recomendable incluir una evaluación endocrina en el diagnóstico».
Control médico de las hormonas y cuidado capilar específico
La tiroides, el folículo piloso y la alopecia areata están íntimamente relacionados. De hecho, «existe una relación reconocida entre la tiroides y la alopecia areata, ya que la alopecia areata es una forma de caída del cabello de origen autoinmune, que puede darse en pacientes con trastornos tiroideos autoinmunes, como la Tiroiditis de Hashimoto o la Enfermedad de Graves-Basedow. En estos casos, el sistema inmunitario puede afectar tanto la tiroides como los folículos pilosos».
Para el tratamiento, el experto señala que es básico llevar a cabo un enfoque integral: «La caída del cabello asociada a disfunciones tiroideas requiere un enfoque integral que combine el control médico del trastorno hormonal con cuidados capilares específicos. Una vez equilibrada la función tiroidea, el cabello suele recuperar su densidad progresivamente, aunque el proceso puede tardar varios meses».
Estos son los tratamientos recomendados por el doctor
Ante la sospecha de que la caída capilar pudiera deberse a un desajuste hormonal de la tiroides, el doctor Pedraz recomienda solicitar una analítica completa de tiroides (TSH, T3, T4), siempre que notemos una caída difusa o persistente del cabello. Además, es necesario mantener una alimentación equilibrada, con presencia de hierro, zinc y selenio; reducir el estrés y asegurar un descanso adecuado, para evitar agravar la caída capilar. «Y evitar tratamientos capilares agresivos mientras exista desequilibrio hormonal».
Una vez confirmado el desequilibrio tiroideo mediante analítica, y cuando se ha conseguido controlar por un médico endocrino, el abordaje capilar se centra en tratamientos que estimulan el folículo debilitado y permiten la recuperación de la densidad. Entre las opciones médicas y capilares más relevantes se encuentran el minoxidil (tópico u oral), «que actúa prolongando la fase de crecimiento (anágena) del cabello y mejorando la microcirculación del cuero cabelludo, lo que favorece el suministro de oxígeno y nutrientes al folículo. Su eficacia está condicionada al correcto control hormonal previo».
La bioestimulación de la mesoterapia capilar también suele obtener buenos resultados. ¿En qué consiste? «En microinyecciones de vitaminas, minerales y factores de crecimiento para reactivar los folículos en reposo y favorecer su revitalización y crecimiento».
Un tratamiento no invasivo con láser de baja frecuencia, la fotobiomodulación, consigue estimular la actividad del folículo para recuperar su normalidad tras el episodio de desequilibrio hormonal. En los casos más extremos, cuando estabilizar y estimular el tiroides no es suficiente, el trasplante capilar es una solución definitiva para restaurar volumen y densidad en las zonas despobladas».
