El Gobierno cubano inició este miércoles las excarcelaciones de presos que anunció la víspera, tras la decisión de Washington de retirar a La Habana de su lista de países que patrocinan el terrorismo.
Entre las primeras personas que han salido de prisión se encuentran Dariel Cruz García, Lisdiany Rodríguez Isaac y Donaida Pérez Paseiro, considerados presos por motivos políticos según las principales ONG sobre derechos humanos en Cuba. Todos han sido excarcelados (que jurídicamente no es lo mismo que liberados).
Familiares de varios reclusos por motivos políticos fueron convocados sin explicación a primera hora de la mañana de este miércoles a centros penitenciarios tras el anuncio del Gobierno cubano, en la víspera, de que liberaría a 553 presos.
El anuncio cubano indicaba que se trataba de personas «sancionadas por delitos diversos» —La Habana no reconoce tener en sus cárceles presos políticos— y avanzó que serían excarcelados «gradualmente».
Washington y La Habana dieron el martes la sorpresa al anunciar, respectivamente, la salida de Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo y una excarcelación masiva de presos de la isla en la que ha mediado el Vaticano.
Entre los presos seleccionados hay personas que participaron en las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021 (11J), las mayores en décadas en Cuba. Según la ONG Prisoners Defenders a finales de noviembre había en la isla un total de 1.148 presos por razones políticas en Cuba. Por otro lado, la plataforma independiente Justicia 11J aseguró a finales del año pasado que 554 personas que participaron en el 11J continuaban entre rejas con penas de hasta 20 años de prisión.
Primera excarcelación desde 2019
Es la primera excarcelación de presos en Cuba desde 2019, cuando las autoridades indultaron a 2.604 reclusos. La anterior se produjo en 2015, cuando un total de 3.522 presos fueron excarcelados como «gesto humanitario» ante la visita del papa Francisco.
Cuba sufre una escasez de básicos (alimentos, medicinas y combustible), prolongados apagones diarios y una creciente dolarización. Esto ha generado un fuerte descontento social, visible en una ola migratoria sin precedentes y en las protestas que se han registrado desde 2021.