Publicado: enero 1, 2025, 5:04 pm
Sandboard es un deporte que consiste en el descenso de dunas con tablas especiales, similares a las utilizadas en el snowboard. La versión más difundida sobre su origen se remonta a los antiguos egipcios, quienes habrían sido los primeros en utilizar planchas de madera para deslizarse por los médanos como recreación.
Ya en la década del 70, su práctica tomó cierto impulso influenciado por el surfing y más tarde incorporó la técnica del snowboard. Al no necesitar grandes inversiones para su práctica, pronto se convirtió en un apasionante deporte extremo y ya entrados los 90 se popularizó en todo el mundo.
Brasil fue uno de los pioneros en América: no depender del estado del mar como en el surf era una gran ventaja. Al comienzo, utilizaban surfboards viejos o pedazos de cartón y luego se adoptaron equipos específicos.
Al igual que otros deportes, practicarlo de manera regular trae muchos beneficios para la salud. Es prudente conocer algunas recomendaciones de los especialistas sobre la preparación física y los cuidados a tener en cuenta antes y después de la actividad para evitar lesiones.
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“El sandboard es un deporte de riesgo moderado que requiere equilibrio y noción de deslizamiento sobre tabla, por eso es fundamental lograr un estado físico adecuado para su práctica, y no exponerse con sobrepeso a traumas por caídas. Respecto de las articulaciones, siempre es importante dedicar unos minutos para hacer una mínima entrada en calor, especialmente con las rodillas, que son las que más pueden sufrir en este tipo de deportes con tablas”, señala Rodrigo Ricaurte, médico funcional.
“A la hora de entrenar sandboard, complementan muy bien la práctica de surf, snowboard, paddleboard o esquí. A su vez, para la preparación del físico a nivel musculoesquelético es bueno practicar yoga, pilates, entrenamiento funcional, entrenamiento inestable y la práctica de musculación, incluso calistenia”, señala Marcela Lucero, entrenadora personal e instructora de postura global.
Estas actividades, explica la especialista, mejoran el rendimiento: “Son técnicas que nos ayudan a entrenar fuerza, estabilidad y equilibrio a través de diferentes ejercicios. A diferencia del entrenamiento en sala de musculación, se trabaja la fuerza excéntrica de los músculos estabilizadores del núcleo o core, que ayudan a mejorar el equilibrio arriba de la tabla. El entrenamiento funcional también nos puede colaborar a mejorar gestos técnicos dentro de un circuito balanceado que trabaje distintas habilidades como tirones, empuje, locomoción, saltabilidad y core, que podemos complementar con un entrenamiento en plataformas o accesorios inestables para trabajar el equilibrio, la movilidad que requiere la actividad”, sigue Lucero.
Para evitar lesiones en rodillas y tobillos (como distensión de ligamentos, esguinces y fracturas de los miembros inferiores, las más frecuentes en esta práctica), la entrenadora destaca la importancia de respetar la preparación del cuerpo antes de iniciar la actividad: “Por un lado, hacer una activación que incluya estiramientos dinámicos y movilidad de las articulaciones implicadas. Por otro, realizar una alimentación e hidratación adecuados. Por último, no olvidar los estiramientos finales y o movimientos cuya finalidad sea volver las articulaciones y músculos a su estado normal”, concluye Lucero.
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Por la costa atlántica
En la Argentina, las dunas más altas se ubican sobre la costa atlántica, alcanzan una altura de promedio de 30 metros y ofrecen superficies de deslizamiento entre 50 y 80 metros (largo de pista) que invitan a surfear arriba de las tablas a pura diversión.
Dentro de ese mapa general, Pinamar cuenta sin dudas con los mejores médanos en la zona de La Frontera, sobre el kilómetro 386 de la RP 11. A unos 500 metros de este balneario se accede a las dunas con superficies de deslizamiento de hasta 90 metros y cortes de descenso que varían de los 18 a los 30 grados. Las dunas de mayor envergadura se ubican próximas a la ruta y alcanzan una altura de hasta 40 metros que descienden a medida que se aproximan a la costa. Se puede acceder por la ruta y entrar caminando o directamente en 4×4 por la playa. Para iniciarse también se pueden contratar travesías que combinan 4×4 con sandboard, proveen las tablas y el resto del equipamiento.
En Mar del Plata los riders se congregan alrededor de la zona de Barrancos, con desniveles de 10 y hasta 12 metros en dirección a la costa. Otro de los spots más frecuentados es el Arco, fácilmente distinguible desde La Serena. Además, en la Reserva San Jacinto funciona una escuela de sandboard sobre la playa pública, ubicada entre La Serena y El Alfar. Las playas del Sur como La Morocha, Arena Beach y alrededores también cuentan con médanos tentadores.
A su vez, Mar de las Pampas es otro destino donde puede practicarse la actividad, especialmente los chicos que quieran hacer sus primeras armas en las dunas bajas cercanas a la costa, con superficies de deslizamiento que rondan los 15 metros y pendientes que van de los 15 a los 25 grados.
Por su parte, Valeria del Mar también ofrece algunos descensos de nivel principiante pegados a la playa. Una de las dunas más visitadas se encuentra en el balneario La Pérgola, en Comodoro Py y playa, donde se puede acceder en automóvil. Otro sector muy concurrido se encuentra a unos 600metros (hacia el lado de Cariló) en la bajada náutica emplazada en Halcón y Playa. En este sector además de descender pequeñas pendientes, se suele practicar un derivado del deporte que consiste en deslizarse con la tabla mediante un manillar traccionado por un cuatriciclo.
La mejor duna de San Clemente se encuentra en Playa Norte, sobre la Av. Costanera y la 47. Es una duna de muy fácil acceso, con una superficie de 30 metros de deslizamiento y una inclinación de 20 grados.
Entre Quequén y Arenas Verdes se encuentra Costa Bonita, con una buena duna de 50 metros de deslizamiento y 30 grados de inclinación. Para acceder en auto hay que tomar la Av. Mario Conte rumbo a Arenas Verdes y recorrer unos 4 kilómetros.
En Uruguay, las dunas de Valizas, en el departamento de Rocha, figuran entre las mejores del mundo y lideran los rankings de América Latina. La estrella es El Gran Vali, uno de los médanos más altos de estas costas. Otra pista muy concurrida por los riders es el cerro de la Buena Vista, con panorámicas excelentes. En cualquier caso, se recomienda el uso de casco, coderas y rodilleras, especialmente para menores.
