Publicado: abril 9, 2025, 12:07 pm
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Estas son las respuestas de esta semana que ha dado nuestro experto, Santiago Frago.
Me cuesta excitarme
PREGUNTA: Soy un hombre de 52 años. Estoy casado desde hace 15 años y nunca he tenido problemas en la cama con mi mujer, pero últimamente me cuesta excitarme y mantener la erección. Mi mujer está disgustada porque piensa que ya no me pone, pero a mí me sigue gustando igual y no sé cómo explicárselo
Además cada vez que lo vamos a hacer, me agobio pensando que me va a pasar otra vez lo mismo y pierdo el interés. He dejado de buscarla… ¿Me puede dar algún consejo que me ayude?
RESPUESTA DEL EXPERTO El tener alguna dificultad en la erección en algún momento de la vida es razonable y puede obedecer a múltiples causas; es, nuestra manera de interiorizar esta situación, lo que puede cronificar la dificultad.
En toda disfunción eréctil hay un componente psicológico, con independencia de que exista una posible causa orgánica que habría que evaluar previamente. Si tienes erecciones al despertar, si tienes erecciones en los juegos eróticos no coitales y si tienes erecciones cuando te masturbas, casi podría deducirse que no hay causa orgánica o efecto secundario de algún fármaco que justifique tus dificultades de erección.
Es probable, que tras algún encuentro erótico en el que has tenido alguna irregularidad eréctil, se hayan puesto en marcha dos elementos que chocan entre sí: el deseo y el miedo a que se repita su dificultad; en ese duelo siempre acaba ganando el miedo, miedo que se traduce en ansiedad y que origina una lógica respuesta de vaciado vascular cuya traducción es una pérdida de erección.
El deseo erótico tiene dos características: en primer lugar, te protege de nuevas decepciones, es decir, desaparece para que no vuelvas a invitar a tu pareja y evitar se repita la dificultad; aunque en este caso, el deseo desconoce que tu pareja puede sentirse mal al vivirse como poco deseada; y en segundo lugar, el deseo se adapta, es decir, cuanto menos intimidad tenemos, menos deseo tenemos.
Mi sugerencia es que hables con tu pareja de tu preocupación y durante un tiempo tengáis encuentros eróticos sin penetración para recuperar el sentido del juego y puedas observar que en contextos de no obligatoriedad tienes una buena respuesta eréctil.
Si persiste la dificultad, acudid a un profesional de la Sexología para que os ayude a restaurar la tranquilidad relacional y la confianza en el plano erótico de vuestra relación.
Sin libido
PREGUNTA: ¿Cómo soluciono problemas de falta de libido?
RESPUESTA DEL EXPERTO: Es difícil dar una respuesta sencilla a tu pregunta sin conocer datos de tu persona relativos a: edad, sexo, estado integral de salud, toma o no de fármacos, estilo de vida, biografía amorosa y dinámica relacional.
El erotismo en pareja siempre es un elemento importante en la relación. Y lo que diferencia a una pareja de amigos de una pareja de amantes es el deseo. El deseo erótico se mueve en clave de madurez y singularidad, es decir, el deseo aumenta con la edad en un contexto relacional y personal favorable.
No obstante, son habituales los desajustes de deseo erótico en las parejas, es decir, siempre hay algún miembro de la pareja con mayores niveles de deseo, al igual que hay miembros de la pareja con un deseo proactivo (invitador o deseante) o bien un deseo receptivo (invitable o deseable).
De cara a poder responder a tu pregunta con rigor necesito me des más datos de tu persona, porque ello me permitirá valorar la situación y poder personalizar la respuesta. Mi sugerencia es que, si se prolonga la situación y te genera malestar, deberías solicitar un asesoramiento sexológico. El profesional te diseñará estrategias para burlar los obstáculos que parecen limitar la expresión de tu deseo.
No obstante, me voy a permitir darte unas claves generales si estás en un marco estable de pareja. Si descartamos que tu deseo esté afectado por algún disturbio hormonal, por el efecto secundario de algún fármaco, por algún conflicto de pareja o por alguna preocupación personal, convendría evitaras el “juego de las hipotecas”.
Este juego básicamente consiste en la imposibilidad de permitirse, ni siquiera temporalmente, “no tener deseo”. Es decir, se ponen en marcha una serie de obstáculos que van anulando la posibilidad de que el deseo se exprese. Te enumero algunas:
1. “El deseo de querer tener deseo”. Y claro, el deseo y la obligación son incompatibles. No se puede querer tener deseo.
2. “La disponibilidad y receptividad de tu pareja a tiempo completo”, es decir, percibir que tu pareja siempre está disponible y esperando. Esta es otra hipoteca.
3. Si sois una pareja joven y sana, significa que es “socialmente obligatorio” tener relaciones eróticas, especialmente si tenéis buena salud, os queréis y no tenéis hijos.
4. Estar a disgusto con el propio cuerpo, lo que conlleva no querer compartirlo.
5. Conflictos cotidianos familiares y/o de pareja
6. Ansiedad, depresión o miedos.
También convendría saber si tu pérdida de interés sexual es global, es decir, afecta a tu erotismo individual (autoerotismo) y compartido (relacional) o sólo es un desinterés específico.
Timidez y miedo
PREGUNTA: Soy Carmen, tengo 22 años y hay un tema que me empieza a agobiar un poco…nunca he tenido relaciones sexuales con nadie porque me da pánico el dolor. Mis amigas me contaron que cuando lo hicieron sangraron un poco y les dolió y yo tengo pánico al dolor lo que me impide llegar a nada más con los chicos.
Siempre he sido tímida, pero he conocido a un chico por Tinder y me agobia el momento de acostarme con él. Además, me da vergüenza decirle que nunca he hecho nada con nadie…
¿Qué hago? ¿Se lo cuento? ¿Cómo supero el miedo al dolor? ¡Gracias!
RESPUESTA DEL EXPERTO Cuando una pareja se plantea realizar por 1ª vez relaciones eróticas (sexuales) con penetración vaginal, surgen ciertos miedos e incertidumbres derivados de experiencias vividas por otras personas, siendo interrogantes habituales: ¿la primera vez duele?, ¿alcanzaré una buena erección?
Al hablar de modo genérico de tu primera vez, he de presuponer lo que a nivel social se interpreta, es decir, el primer coito vaginal. Conviene partir de este planteamiento previo, para entender la especial relevancia que se le da a esta práctica erótica en el mundo occidental. Tanta importancia, que pone de manifiesto la menor consideración que se tiene del resto de actividades eróticas.
Son razonables tus miedos e inseguridades ante cualquier primera experiencia erótica, entiendo que deseada. El reconocer, ante una persona que te parece significativa, que eres una mujer muy selectiva y que quizá por ello no has tenido experiencias eróticas, lejos de hacerte sentir vergüenza, puede interpretarse como que eres muy sincera con tu deseo o que necesitas un clima afectivo especial para expresarte sexualmente con alguien.
Te matizo las ideas que has recogido de la experiencia de tus amigas. Lo habitual es que en un primer encuentro erótico con penetración no sangres, especialmente si has usado tampones en tu higiene menstrual; y en segundo lugar decirte que, si la persona te atrae y deseas realmente ese encuentro sexual lo razonable es que no haya dolor.
Es cierto, no obstante, que cuando afloran los nervios o el miedo, el deseo no puede expresarse; es decir, lo que una cree es deseo, en realidad es ilusión.
Si el deseo supera al miedo, el sistema de lubricación vaginal funciona perfectamente y la vagina acoge al pene sin problemas. Observa que he dicho que la vagina “acoge” al pene; sustituir el verbo “acoger” por el “penetrar” es algo más que un cambio de infinitivos.
Unas sencillas sugerencias podrán servir para que afrontes con más tranquilidad tu primera experiencia erótica compartida:
1. Habla con tu pareja de tus miedos e incertidumbres en relación con vuestra futura experiencia sexual.
2. Piensa en el coito como una posibilidad para ese día, pero no como una obligación inevitable.
3. Disfruta del encuentro y dedícate a sentir con tu pareja y no a hacer sentir a la pareja.
4. Si piensas en el dolor, significa que todavía el miedo está ganando al deseo, en este caso lo mejor es prescindir un tiempo del coito vaginal y exploréis de momento, otros juegos eróticos.
5. Sería interesante que fueses tú la que marcara el tiempo y momento de intentar el coito vaginal; es decir, en lugar de ser él quien realiza la penetración, has de ser tú quien “envuelva” su pene con tu vagina. Es decir, sustituid el verbo “penetrar” por el de “envolver”.
6. Y lo más importante, una buena dosis de sentido del humor si algo no va como quisierais.