Publicado: julio 21, 2025, 1:47 am
En las últimas semanas se clausuraron salas de escape que funcionaban en la ciudad de Buenos Aires por desvirtuación de rubro. Así lo confirmaron voceros de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) como también los dueños de algunos espacios afectados por la medida.
Como explicaron en diálogo con LA NACION fuentes de la AGC, dichos sitios figuraban habilitados como teatros independientes. Aunque los escape rooms todavía no tienen una categoría propia, la Ley 2147 sí regula los requisitos para los teatros, que incluyen manifestaciones artísticas de actores y formación profesional, entre otros. Se establece que “son compatibles con el uso del teatro independiente, café, bar, restaurant, venta de libros y discos, galerías de comercio y de arte, salones de exposiciones y de conferencias, estudios profesionales, clubes, instituciones, y todo local que sea utilizado como manifestación de arte y/o cultura”.
Un propietario de escape rooms que pidió el anonimato explicó que en 2015, cuando abrieron, no existía una figura específica: “Consultamos a la Dirección General de Habilitaciones y Permisos del gobierno de la ciudad y se nos indicó que la más adecuada era la de teatro independiente, ya que las salas cuentan con escenografía, actuación en vivo, guion, efectos y una experiencia inmersiva muy similar a una obra teatral, aunque interactiva”.
En principio, cuando un local se anota en la AGC para obtener habilitación, la agencia se vale del Código Urbanístico (CUR), el mismo que divide a la ciudad en mixturas, es decir, zonas en donde se dispone qué actividades pueden o no realizarse: industria y galpones, polo gastronómico y más.
El área que se encarga de los rubros es la Dirección General de Interpretación Urbanística (Dgiur). Cuando una actividad no está contemplada, como en este caso, esta dictamina a cuál se asimila según el CUR.
La AGC compartió, además, una disposición del lunes 17 de abril de 2017 de la Dgiur, que determinó para un consultante que esos espacios se encuadran y asimilan al rubro “salón de juegos manuales y/o de mesa (excepto juegos de azar)”.
Sobre esto, el mismo dueño afirmó: “Recién más adelante aparecieron otras opciones, como juegos manuales o juegos familiares, pero nunca se estableció un criterio uniforme ni se notificó de forma oficial a quienes ya estábamos habilitados”.
Otro propietario que tampoco quiso ser identificado argumentó que esa disposición es un dictamen no vinculante sobre una consulta de un particular: “La Dgiur puede emitir un dictamen, que es solamente para ese caso particular, que no es vinculante y que no se publica en el Boletín Oficial, por lo tanto no es oponible a terceros. No teníamos ninguna forma de enterarnos de eso”, sostuvo.
“Nunca, ni a través de la ley ni en la Dgiur, se dijo que podían anotarse como teatro independiente. ¿Por qué se habilitaron como tal? Porque los requisitos que tiene son más endebles“, señalaron voceros de la AGC.
Los establecimientos clausurados son Escape Games la plaza SAS (Sarmiento 666) y Eureka Leg SRL, según los registros que la agencia comunicó a este medio. Pero el sector denunció más cierres, que la AGC no confirmó. Según la dependencia oficial, podría ser porque en los mencionados casos coinciden la razón social con el nombre de fantasía y son así identificables, pero en otros no.
“El problema no afecta únicamente a dos empresas, sino a todo un sector que creció en la ciudad. Estamos en contacto con otros colegas y la preocupación es generalizada”, se lamentó uno de los propietarios. A la vez, compartió una lista en la que figuran los locales: Escape Games (en Núñez, Palermo, Saavedra y San Telmo, clausurados; en Monserrat, con habilitaciones rechazadas y bloqueo de domicilio); Eureka Leg (en Núñez, no librada al uso; en Palermo, clausurada); Escape Buenos Aires (clausurada en Caballito); Mysterium (no librado al uso, en San Telmo); Enter the Exit (no librado al uso, en Belgrano); Club del Escape (no librado al uso, en Recoleta; clausurado, en Colegiales); Game House (en Recoleta, clausurado); Escape Juniors (en Floresta, clausurado) y Malasia Escape (en Recoleta, clausurado).
Desde AGC señalaron que estas salas, por su estructura (puertas, rejas, espacios cerrados), requieren inspección previa: ante un eventual siniestro, la evacuación se vuelve crítica. Por otro lado, en el teatro independiente solo hace falta una declaración jurada con la firma de un arquitecto. “Un teatro independiente es un teatro: tiene butacas, escenario, etc. Cuando se presentaron los planos de estos locales, habían dibujado las butacas”, agregaron.
La clausura no fue repentina. Según la agencia oficial venían con encuentros, charlas e intimaciones desde hace dos años, cuando la situación irregular salió a la luz a partir de la denuncia de un vecino. Los inspectores confrontaron los planos con el local y notaron las diferencias.
Pero, según los dueños, las primeras clausuras preventivas llegaron tras la pandemia sin un criterio uniforme: algunas las clausuraban y algunas, no. El controlador, cuando ellos se acercaban, levantaba la sanción alegando que estaba mal aplicada.
Regularización
Para retomar las actividades, ahora deben regularizar su situación y solicitar la habilitación según el rubro que les corresponde. “Si la Dgiur dice que se asimila al teatro, queda así, la intención no es clausurar salas”, remarcaron desde la AGC, y aseguraron que, ante la enmienda, la habilitación estaría en tres días.
Sin embargo, uno de los dueños explicó que la presentación del trámite de juegos manuales y de mesa dura un día, tras lo cual se entrega un código QR –habilitación provisoria– que no libra el espacio al uso. “Por lo tanto, no tenés seguro, porque el estado de habilitación dice que no podés funcionar hasta que te den la definitiva. Ese otorgamiento definitivo, tarda entre ocho meses y un año, pero algunos colegas llevan dos años tramitándolo”, remarcó.
Si bien el rubro de teatro independiente implica beneficios impositivos, por ser una actividad cultural, como la exención de ABL e Ingresos Brutos, los propietarios sostienen que el impacto económico para ellos surgiría porque no pueden trabajar con la habilitación en trámite.
Por otro lado, subrayaron que estas actividades tienen un componente cultural. Como ejemplo mencionaron que algunos centros culturales habilitados como tal desarrollan salas de escape y que incluso el Ministerio de Cultura porteño organizó juegos del estilo, como en la Usina del Arte. En 2022, por caso, en el contexto de las vacaciones de invierno, ofrecieron el juego “¡5 sentidos para escapar!“.
Eventualmente, las salas podrían tratarse como un rubro propio, con la aprobación de la categoría previamente en la Legislatura y un estudio de la Dgiur sobre los cambios de usos que se empiezan a observar en la calle, para rever el CUR. De hecho, así sucedió con las salas de yoga, que en un principio se asimilaban a los gimnasios, hasta que, por sus diferencias, conformaron un rubro propio.
Por ahora, los propietarios evalúan alternativas: “Nuestra voluntad es siempre trabajar en regla, pero necesitamos certezas. […]. Solo pedimos reglas claras y que respeten las habilitaciones otorgadas en su momento”, afirmaron.
Para uno de ellos se sumó una multa por $5 millones, que recibió el viernes pasado, por la desvirtuación de rubro. Días antes, detalló, le presentó la habilitación definitiva a un controlador, tras lo cual le levantaron la clausura. “Por un lado me dicen que estoy desvirtuando rubro y, por otro, me levantan la clausura”, concluyó.