Publicado: noviembre 30, 2025, 10:29 am
China continúa imparable en su carrera militar. El gigante asiático está construyendo una isla artificial flotante, autosuficiente y que está preparada para sobrevivir a tifones extremos, olas de hasta 10 metros o resistir, incluso, a explosiones nucleares.
Tal y como revela el diario South China Morning Post, esta nueva construcción colosal se está levantando en el Mar de China Meridional y se prevé que esté lista para el 2028. Constará de una plataforma con 138 metros de largo y 85 de ancho. Su cubierta principal se encuentra a 45 metros sobre el nivel del mar. Tendrá, además, una capacidad especial, ya que hasta 238 tripulantes podrán permanecer en ella hasta 120 días sin necesidad de reabastecimiento.
Su desarrollo ha provenido de la universidad Jiao Tong de Shangái, uno de los centros técnicos más prestigiosos del país y donde los investigadores encargados del proyecto la presentaron como la primera isla artificial móvil y autosuficiente del planeta.
Los investigadores, además, han destacado que la robustez de la plataforma y su capacidad para resistir a un ataque nuclear se debe a un blindaje especial que han desarrollado mediante el uso de paneles tipo «sandwich» de metamateriales y tubos corrugados. De esta forma, la estructura absorbe las ondas de choque, reduciendo el estrés del casco un 14% y el desplazamiento por explosión casi un 60%.
Con todo ello, la cuestión ahora es por desvelar cuáles son los motivos que han llevado a China a desarrollar esta isla. Las autoridades destacan que se trata de garantizar la supervivencia de los centros de mando, energía y control de navegación en caso de que ocurra cualquier problema o suceda cualquier condición climática.
Pese a ello, son muchas las voces que aseguran que este desarrollo se enmarca más en la carrera militar que está llevando a cabo China que en un puesto avanzando de vigilancia. Este tipo de plataformas, además, no están todavía clasificadas dentro de los acuerdos internacionales y el marco jurídico actual, por lo que muchos temen que, bajo la idea de que se construyen como instalaciones científicas flotantes, se encuentre en realidad la construcción de bases militares móviles y autosuficientes.
De esta forma, aunque inicialmente se ha vendido el proyecto como una isla dedicada a la investigación y a la minería, su desarrollo sirve para consolidar la presencia militar constante en los mares que rodean al gigante asiático, una región en la que Pekín lleva más de una década expandiéndose construyendo pequeñas islas artificiales.
