Publicado: octubre 6, 2025, 6:11 pm
Se trata de la primera captura a nivel mundial de un prófugo con una notificación plateada de Interpol, utilizada “para ayudar a localizar y recuperar activos de origen delictivo, combatir la delincuencia organizada transnacional y mejorar la cooperación policial internacional”. Ikechukwu Ndubuisi, un ciudadano nigeriano de 49 años, estaba prófugo de la Justicia argentina. Está acusado de ser uno de los líderes de una organización cibercriminal internacional dedicada a las estafas que se hizo de un botín de US$8.000.000.
Ndubuisi, con DNI argentino para extranjeros, fue detenido la semana pasada en el aeropuerto internacional de Ezeiza, cuando realizaba los trámites migratorios para ingresar al país, procedente de Brasil. Había aterrizado en un avión de Ethiopian Airlines. El operativo fue bautizado “Destino Final”.
Así lo informaron a LA NACION fuentes de la Policía Federal Argentina (PFA). El viernes pasado, el sospechoso se negó a declarar cuando fue indagado por el juez en lo criminal y correccional Manuel de Campos, a cargo de la investigación.
La detención la concretó personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) después de una pesquisa hecha por detectives de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol de la PFA.
“La detención de Ndubuisi se concretó cuando realizaba los trámites migratorios para ingresar al país. La información de que había salido de Brasil en un vuelo con destino al país fue obtenida por la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones de la PFA a partir de la colaboración de la oficina de Interpol en Brasilia”, explicaron fuentes del caso.
Ndubuisi ocupa, según dijeron fuentes judiciales, uno de los eslabones superiores de la organización cibercriminal liderada por Obinna Chukwuemeka Ejikeme, un nigeriano conocido como Bobby, que logró escapar de la Argentina antes de que lo ubicaran. Tiene una orden de captura internacional.
Como informó en su momento LA NACION, los investigadores judiciales a cargo de la causa sospechan que la organización liderada por Bobby destinó buena parte del botín obtenido en sus estafas para financiar actividades terroristas y de narcotráfico.
Estafas al corazón
La organización criminal captaba a sus víctimas a través de Facebook, Twitter o Tinder. La farsa comenzaba con un primer contacto donde un delincuente creaba un personaje que, con el correr de los mensajes, le hacía creer a su “presa” que se había enamorado. Cuando había generado una intimidad y confianza suficientes, le pedía una transferencia de dinero para resolver un problema urgente. Aunque parezca mentira, muchas personas cayeron en la trampa.
“Esta organización criminal es liderada por delincuentes nigerianos que reclutaban a venezolanos y colombianos para cometer estafas y extorsiones a empresas y personas incautas que caían en sus trampas”, habían explicado en su momento a LA NACION fuentes de la PFA.
La investigación se conoció como Operación Internacional Jacka y tiene en la Argentina a 75 sospechosos imputados. Se dividió en varias etapas y comenzó después de la denuncia que hizo un empresario, víctima de la organización criminal.
“Esta organización criminal tenía por finalidad y objeto, al menos en parte, la comisión de un número indeterminado de hechos delictivos de contenido patrimonial. Los estafadores [generaron] engaños por medios electrónicos o con el uso de estos, a personas que contactaron –previo haber ejercido tareas de inteligencia y/o de ingeniería social por redes sociales, correos electrónicos u otros sistemas de mensajería electrónica como WhatsApp–. Las víctimas, luego de creer esas historias y también que estos usuarios eran personas que existían y con las que se vinculaban de algún modo –sea por amistad, romance, por una posible relación comercial o solidaridad–, les efectuaban como producto del engaño transferencias o giros internacionales de dinero que no tenían el destino ni la situación marco que les habían comentado”, explicó el juez de Campos en una resolución de 2023.
Hubo estafadores que se hicieron pasar por periodistas y por médicos cirujanos. Pero las “profesiones” más elegidas para engañar a las víctimas fueron las historias de militares de los Estados Unidos en misiones en Kabul, Afganistán, que pensaban venir a vivir a la Argentina después de retirarse.
A una víctima, A., la contactaron por Tinder. Un integrante de la banda se hizo pasar por un ingeniero civil norteamericano. Su relato era que lo habían contratado para hacer un puente, trabajo por el que le iban a pagar US$10.000.000.
En pleno intercambio de mensajes románticos, el falso ingeniero le dijo a A. que habían bloqueado sus cuentas bancarias y le pidió ayuda. Se comprometió a devolverle el dinero cuando viajara a la Argentina. A. transfirió $1.188.000 a los estafadores. Cuando advirtió el engaño, ya era tarde.
Las víctimas no lo sabían, pero su dinero era transferido a cuentas de otras personas, “mulas” contratadas por la organización que recibían una comisión por prestar su CBU. La red de cuentas y retransferencias para perder el rastro de los fondos es enorme, según los investigadores.
“Corresponde reiterar aquello afirmado en la introducción de la resolución del 4 de julio de 2022 en el marco de la cual se acreditó la existencia de una estructura detrás de los hechos que se identificaron y fueron incorporando al objeto procesal, sumamente compleja y creada específicamente para cometer delitos -en su mayoría sobre el patrimonio de las personas y para obtener un elevado flujo de dinero, por sumas millonarias- con integrantes que ocupaban distintas jerarquías y roles: desde mulas bancarias o mulas de dinero, reclutadores, organizadores y jefes de facciones locales hasta operadores de los engaños en línea y, posiblemente, jefes regionales. Existe un flujo de dinero internacional que circula por países de distintos continentes y que la Argentina no es la excepción con relación a esta operatoria, siendo más de paso que de destino final”, sostuvo el magistrado en la citada resolución.
Primera publicación
Según la página web de Interpol, la primera publicación de una notificación plateada ocurrió en enero pasado a pedido de Italia.
“La notificación, solicitada por Italia, se publica para obtener información sobre los activos de un cabecilla de la mafia. La circular plateada se acaba de incorporar al sistema de notificaciones y difusiones clasificadas por colores de la Organización, que permite a los países difundir avisos y solicitar información a escala mundial. Su lanzamiento se está llevando a cabo en el marco de una fase piloto en la que participan 52 países y territorios y que durará al menos hasta noviembre de este año”, se explicó en un texto publicado el 10 de enero pasado.