Publicado: abril 11, 2025, 4:03 am
Han transcurrido 20 años desde la discretísima boda de Carlos y Camila en Windsor, en nada parecida a la fastuosa ceremonia en la que contrajeron matrimonio el entonces príncipe de Gales con Diana Spencer en la Catedral de San Pablo. Nada hacía presagiar entonces que la radiante novia nunca llegaría a ser reina y que el futuro reservaba este papel para una de las invitadas, Camila Parker Bowles, una mujer que siempre tuvo los pies en la tierra y que ni en sus sueños más osados se imaginó que llegaría a ceñir la corona.
Entre una boda y otra, los protagonistas de esta historia vivieron unos años turbulentos, que sacudieron los cimientos de la monarquía británica.
Los tabloides y las revistas del corazón de todo el mundo se hicieron eco de los escándalos e infidelidades que rodeaban a lo que la princesa de Gales en una entrevista a la BBC calificó de «matrimonio a tres».
La relación del entonces heredero al trono con Camila Shand, más tarde Camila Parker Bowles por su matrimonio con un militar cercano a su círculo de amistades, había comenzado muchos años antes, cuando eran unos despreocupados veinteañeros. Tenían gustos afines, compartían el mismo sentido del humor, se divertían juntos… y se enamoraron.
Cincuenta años después de aquello y de enfrentar obstáculos que parecían insalvables, el miércoles celebraron por todo lo alto su vigésimo aniversario de boda invitados a un banquete en su honor en el Palacio del Quirinal en Roma durante su visita oficial.
Un viaje que ha tranquilizado y acallado la preocupación por el estado de salud del monarca, que ha demostrado estar en buena forma, atendiendo a sus obligaciones mientras enfrenta el tratamiento contra el cáncer que le ha sido diagnosticado.
