Carlos Jaramillo, médico: ''La persona que más necesita dejar el café es la que siente que lo necesita''

Publicado: junio 27, 2025, 4:00 pm

Hay muchas formas de empezar el día, hay quien opta por darse una ducha, otros prefieren hacer ejercicio, algunos se sientan tranquilamente a desayunar… pero en la rutina de casi todos hay, en algún momento, un café. Según el informe ‘Hábitos de Consumo de Café en España’ realizado por la cadena Café & Té, el 63 % de los españoles mayores de 15 años declara tomar al menos un café diario.

Una práctica que puede convertirse en un problema cuando ese café pasa a ser una necesidad o se toman más tazas de las que son recomendables. Hay quienes sienten que necesitan tomar ese café para poder mantener el ritmo de su acelerada vida y es precisamente a ellos a quienes se dirige el médico Carlos Jaramillo en su entrevista para La Voz de Galicia.

Los problemas de necesitar ese café

Según el divulgador, no es igual tomar café porque se disfruta de esta bebida que porque se siente que se necesita para poder rendir y cumplir con lo que se espera de uno a lo largo del día. Las consecuencias las explicaba en la mencionada entrevista: «Empiezo a dormirme más tarde, a no despertarme con la luz del día, si me despierto por la noche, si duermo y siento que no descanso, si me da hambre o si me despierto muchas veces para orinar».

Esto, tal y como él mismo señala, «son advertencias de que mi ciclo circadiano está alterado», puesto que lo ideal sería que fuéramos capaces de despertarnos sin la necesidad de tener que poner en despertador. Esto hace que ciertas personas tomen café por necesidad, algo que, asegura, «No es normal. Yo le digo mucho a los pacientes que la persona que más necesita dejar el café es la que siente que lo necesita. El que siente que si no tiene ese patadón de cafeína su vida no arranca».

Los ritmos circadianos son patrones biológicos que responden a estímulos como la luz y la oscuridad y regulan funciones en el organismo. Es clave para determinar los patrones de sueño y vigilia, pero tiene muchas funciones extra, como influir en la producción de hormonas, la temperatura corporal e incluso el metabolismo. No respetar los ciclos naturales de sueño y vigilia hace que el café pasa a ser una necesidad porque se vive con los ritmos circadianos alterados, «Si mi cuerpo necesita ese empujón, algo está pasando aquí».

Efectos de la adicción a la cafeína

Una de las consecuencias de vivir con los ritmos circadianos alterados es tener que recurrir a la cafeína para poder tener ese plus de energía que necesitamos para poder seguir llevando un ritmo de vida tan acelerado. Esta adicción puede provocar dependencia, haciendo que cada vez sea necesario consumir una mayor cantidad para obtener los mismos resultados, pero también problemas de sueño, como insomnio o sueño de poca calidad, ansiedad o problemas digestivos.

Un exceso en su consumo puede llegar a provocar intoxicaciones, generando síntomas como taquicardia, hipertensión, náuseas, mareos, temblores e incluso convulsiones. Dejarlo parece lo más lógico una vez llegado a este punto, pero hay que hacerlo de la forma adecuada, porque, como tantas adicciones, su abstinencia puede provocar ciertos efectos que duran varios días, como dolores de cabeza, fatiga, dificultad para concentrarse e incluso una leve depresión.