Publicado: noviembre 19, 2025, 4:13 pm
La exposición del Banco Santander a la quiebra del grupo de automoción First Brands y su antiguo director ejecutivo, Patrick James, podría ser mayor de lo que se sabía hasta ahora, ya que podría incluir una empresa en Francia y una línea de crédito en México y Brasil. Según publica ‘The Wall Street Journal’ y recoge ‘Bloomberg’, el alcance podría llegar a 300 millones de dólares (alrededor de 260 millones de euros) si se tienen en cuenta las empresas vinculadas.
Deva Capital, una empresa de inversión controlada en última instancia por Santander, se hizo con Novares Group, un fabricante francés de piezas de automóvil, que es propiedad de First Brands y que estaría atravesando por dificultades financieras. James adquirió la compañía a inicios de 2025, operación que financió con un préstamo de 230 millones de dólares (alrededor de 199 millones de euros) concedido por el grupo español. Al no poder hacer frente a la devolución, Santander, a través del citado Deva Capital ha tomado el control de la compañía.
La exposición suma un préstamo de 77 millones de dólares que First Brands tenía con Santander cuando el proveedor automovilístico estadounidense se declaró en quiebra el 28 de septiembre. Dicho préstamo estaba vinculado a una entidad que no forma parte del negocio estadounidense y no se ha acogido al Capítulo 11 de la Ley de quiebras en Estados Unidos. A esto habría que añadir una línea de crédito de 55 millones de dólares de First Brands en México y Brasil, aunque estaría respaldada por otro banco, según una persona familiarizada con el asunto.
El colapso simultáneo del proveedor de componentes para vehículos First Brands y del prestamista de alto riesgo Tricolor pusieron en alerta a inversores y analistas sobre la situación de los préstamos al consumo y, en concreto, de los destinados a comprar automóviles. Los préstamos de alto riesgo o subprime ya fueron el origen de la pasada crisis financiera.
Un aumento de la morosidad en un determinado sector económico (esa cucaracha que, de repente, aparece sola) podría generar problemas en los bancos más expuestos y acabar afectando al conjunto del sistema financiero y al resto de la economía (ese riesgo sistémico estaría representado por todas las demás cucarachas que surgen al poco donde parecía haber solo una). Este esquema no solo se cumplió en la Gran Crisis, sino también, aunque en menor medida, en la que afectó a los bancos regionales estadounidenses en el año 2023.
