Publicado: noviembre 23, 2025, 6:38 am
Su camino no puede ser más similar al que tomó en su día el príncipe Harry o Joaquín de Dinamarca. Todos ellos se echaron una pareja que provocó enormes críticas, todos ellos dejaron atrás su pasado formando parte de una familia real y todos ellos acabaron recalando en Estados Unidos. Pero el caso de Marta Luisa de Noruega es singular, porque de no haber sido por la ley sálica que imperaba en el país escandinavo cuando nació, ella sería ahora la princesa heredera, amén de que también sufrió una enorme tragedia con el suicidio de su exmarido.
Sea como fuere, ya han pasado tres años desde que decidiese abandonar la protección de la casa real noruega y volcarse en sus propias actividades comerciales, comenzando una nueva andadura en su vida al lado de su pareja, el chamán Durek Verrett, con quien se casaba el último día de agosto de 2024 y con quien comenzaba una serie de negocios que, a la vista de los resultados, no han sido tan beneficiosos como en un principio podía llegar a suponer.
Porque las cuentas no salen y el último curso ha sido un más difícil todavía para el matrimonio entre el gurú y la princesa. La primogénita d Harald V y Sonia de Noruega ha perdido, según publica ¡Hola! cerca de un tercio de su fortuna en un año, teniendo que cerrar varias de sus empresas y, además, con otro frente abierto que no le deja en muy buena posición social: varios de los proveedores de su boda han asegurado que, algo más de un año después del enlace, todavía no han cobrado la parte correspondiente a su trabajo.
De hecho, tal y como informa el diario noruego Nettavisen, nada ha paliado el tremendo agujero en el saco de su fortuna: ni la venta de la exclusiva de su boda ni el cacareado documental de Netflix —otro punto en común con el príncipe Harry y Meghan Markle— que tan mal ha sentado en el resto de su familia, con su hermano, el príncipe heredero Haakon afirmando que «desgraciadamente, es incapaz de distinguir entre las actividades de la casa real y las comerciales».
El citado medio ha tenido acceso a las cuentas fiscales de Marta Luisa y advierten que su patrimonio entre 2023 y 2024 se ha reducido en casi 830.000 euros, lo que es sorprende todavía más cuando se sabe que hace un par de años consiguió su récord de ingresos, amasando un total de 2,63 millones de euros. De los cuales, hoy por hoy, solo le quedan alrededor de 1,8 millones. Es decir, la mitad.
Y es que el susodicho periódico detalla cómo, en cuestiones crematísticas, la princesa lo apostó todo a varios proyectos que, en el último año y medio han vivido una enorme pérdida de valor. Lo que, hablando en plata, y nunca mejor dicho, significa que su ingresos se han reducido en un 28 %, prácticamente un tercio del total que es el que a día de hoy le está haciendo mirar con lupa cada una de sus cuentas.
Desde Nettavisen señalan como ejemplo drástico su marca de ropa, HÉST, que en 2024 había incrementado su facturación hasta unas cifras envidibales: 5,93 millones de euros. Pero, en el más reciente ejercicio, los beneficios son prácticamente nulos: apenas 38.000 euros. E igualmente hay que hablar de sus empresas ecuestres, H360 Norway y Hest360, las cuales ha tenido que liquidar en los últimos meses después de que la primera se consderase deficitaria tras registrar unas pérdidas de unos 45.000 euros en 2024 —y una reclamación de pago de 21.225 euros por parte de otra compañía— y la segunda, cerca de 29.000 euros.
En una reciente fiesta de la revista Elle a la que la princesa, de 54 años, asistió junto con Verrett, de 50, la prensa le preguntó por sus problemas financieros, si bien quedó claro que no piensa hablar de ello públicamente. «No voy a tratar ese tema ahora. Estoy aquí por la moda. Es muy divertido estar aquí y celebrar la moda noruega», se limitó a decir. Tuvo que ser su representante, Carina Scheele Carlsen, quien confirmase las liquidaciones de ambas empresas al no haber «tenido éxito en encontrar nuevos socios para asegurar la continuidad de sus operaciones».
Eso sí, el mismo medio ha dado a conocer que la princesa ha asignado a un miembro de su equipo, Simon Eriksen Valvik, la tarea de que revise toda la cobertura mediática de los últimos seis meses en busca de elementos punibles por la PFU, el Comité Profesional de Prensa, el órgano noruego para las quejas sobre ética periodística de los medios de comunicación, con el cual se puede alertar a los medios por violar la ética periodística.
Una aviso para naventes con el que pretende resguardarse las espaldas contra las informaciones que van surgiendo sobre su nivel de vida o sus finanzas. Porque, para finalizar, Nettavisen ha añadido que Marta Luisa de Noruega tiene todavía pendiente de pago un préstamo bancario de 1,8 millones de euros, sumado al préstamos de 900.000 con la hipoteca de su casa en Bærum.
