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Así funciona la artroscopia, la cirugía microscópica que reconstruye rodillas como la de Gavi

Publicado: octubre 1, 2025, 7:52 am

Gavi, Carvajal, Militao, Ter Stegen, o hace tiempo Álvaro Benito; cuatro futbolistas y un exfutbolista con un hecho desafortunado en común: graves lesiones de rodilla. Sin embargo, nuevas técnicas quirúrgicas, como la artroscopia, practicada hace una semana al propio Gavi, son cada vez más habituales en el deporte de alto nivel, y más en concreto en el fútbol, para facilitar la curación y la recuperación.

EFEsalud ha hablado con el especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica Universidad de Navarra Andrés Valentí, quien explica por qué las lesiones más graves para los futbolistas suelen ser las articulares, si bien las más habituales son de tipo muscular. Y las articulaciones que más sufren son las rodillas. La más conocida es la famosa lesión de ligamentos cruzados, que por lo general, vienen acompañadas de otras lesiones residuales como la de menisco o cartílago.

«Es habitual en un deportista que en un cambio de dirección, en un apoyo, de manera individual o provocado por un contrario, sufra una torsión en la rodilla. Esa energía se traslada, y dependiendo del número de estructuras de la articulación que van cayendo, la lesión será más o menos grave», destaca el doctor.

Factores de riesgo y tipos de lesiones

La fatiga muscular, el uso de determinadas botas o tacos, o el tipo de terreno donde se practique este deporte (hierba natural o artificial) también son variables que provocan menos protección de estas articulaciones y actúan como factores de riesgo frente a este tipo de lesiones.

En cuanto a otras lesiones de rodilla, el especialista destaca que el problema en las de menisco recae en la necesidad de coserlo. «Quitar meniscos ya se ha visto que tiene consecuencias muy graves en el funcionamiento de la rodilla», apunta. Menos gravedad revisten las lesiones de ligamento lateral interno debido a que por las características del ligamento cicatrizan antes.

La artroscopia como intervención clave

La artroscopia es el procedimiento más usado en los últimos años para intervenir en las lesiones de rodilla, señala el especialista. Consiste en introducir una cámara con una lente microscópica para reparar el tejido dañado sin tener que abrir la articulación totalmente, lo que la convierte en una técnica menos invasiva. Los pasos son los siguientes, en palabras de Valentí:

1. «El paciente llega al quirófano con un diagnóstico de presunción, sabemos qué tipo de lesión tiene y las lesiones asociadas que vamos a tener que reconstruir», que pueden ser, dice, coser un menisco o reparar otros ligamentos. Una resonancia guía a los especialistas.

2. «El diagnóstico de confirmación se hace dentro de la cirugía. A veces hay que usar un plan B o hay sorpresas».

3. «El primer paso consiste en obtener el injerto del propio paciente, es decir, vamos a obtener un tendón de diferentes zonas; en futbolistas, por regla general, tendón rotuliano, aunque también de semitendinoso recto interno o cuádriceps».

4. «Ese injerto va a servir de andamio, lo vamos a colocar donde estaba su ligamento cruzado previo y lo vamos a colocar en ese nuevo tendón, le vamos a pedir que se convierta en nuevo ligamento. Ese proceso dura muchos meses y es lo que hace que sea larga la recuperación». «

Para realizar este proceso –continúa–, obtenemos ese injerto y, a partir de ahí, empieza el procedimiento propiamente artroscópico. En el procedimiento artroscópico repararemos las lesiones de menisco, cosiendo habitualmente. Veremos si hay lesiones de cartílago, reparándolas. Y una vez que hemos reparado las lesiones asociadas, habitualmente iremos a reconstruir ese ligamento cruzado en su sitio, a fijarlo con diferentes sistemas de fijación, comprobar la estabilidad final y, si el resultado es óptimo, ahí se acaba la cirugía».

5. «En ocasiones, vemos que hay inestabilidades residuales que no han sido bien vistas en la resonancia porque es una prueba de imagen, pero no es dinámica. Y a veces hay que hacer ligamentos de refuerzo en la parte lateral para hacer como cinturón y tirantes y sujetar la rodilla».

Fases de una buena recuperación

El profesional de la Clínica Universidad de Navarra también explica como es una buena recuperación, siguiendo estas fases:

1. Control del daño del proceso inflamatorio.

2. La segunda fase es la recuperación activa de la movilidad articular.

3. Ganancia de fuerza. Es importante ir metiendo desde el principio ejercicios de fortalecimiento que la lesión tratada permita realizar para cuando se llegue a este periodo se pueda meter más carga.

4. Recuperación de funcionalidad de la extremidad: Volver a poder llevar una vida cotidiana en plenas funciones.

5. Trabajo de reactividad, es decir, comenzar a estimular la articulación para retomar el deporte.

6. Por último, trabajo de readaptación en el campo. Ejercicios que poco a poco vayan facilitando la vuelta al propio deporte.

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