Publicado: julio 14, 2025, 5:18 am
Sabemos, porque Donald Trump insiste en ello, que el nuevo Gobierno de Estados Unidos está preocupado por los migrantes, por China y su poder, por la productividad del país (por eso los aranceles) o por las tierras raras. Pero la lista de los grandes quebraderos de cabeza de la Administración es mucho más larga y concreta. Por ejemplo, en la Casa Blanca preocupa mucho el gusano barrenador del Nuevo Mundo (NWS, por sus siglas en inglés). Es una cuestión no de entomología sino de dinero.
La larva del gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax) es una especie de mosca tropical, cuyas hembras depositan sus huevos en heridas o mucosas expuestas de cualquier animal de sangre caliente, incluso en humanos. Mientras las larvas de otras moscas se alimentan de carne muerta, estas atacan al tejido vivo. Este gusano es hoy una plaga en el ganado vivo y una amenaza para la enorme industria cárnica estadounidense.
«Cuando las larvas del gusano barrenador del ganado penetran en la carne de un animal vivo, le causan daños graves, a menudo mortales», explica el Servicio de Inspección Zoosanitaria y Fitosanitaria del «ministerio» de Agricultura de EEUU. Estas larvas «pueden infestar el ganado, los animales domésticos, la fauna silvestre, ocasionalmente las aves y, en casos raros, a las personas«.
Más moscas NWS a 1.125 km de la frontera
Las moscas ya están en Texas, pero el Departamento de Agricultura estadounidense ha detectado una enorme cantidad de ellas en el centro de México, a unos 1.200 kilómetros de la frontera con EEUU. Los sectores agrícola y ganadero del país temen que, si no se controla la migración, las moscas podrían llegar a la frontera a finales del verano.
En 2024, el Departamento de Parques y Vida Silvestre de Texas advirtió a los excursionistas que tuvieran cuidado con los animales que pudieran estar afectados por los peligrosos parásitos «devoradores de hombres» de las moscas que ponen huevos en heridas abiertas, fosas nasales, ojos y bocas. En mayo, Agricultura suspendió las importaciones de ganado vivo y caballos procedentes de México, que justo esta semana se han reanudado.
Dos fábricas: una en Texas y otra en México
El Gobierno de EEUU presentó en junio un plan para detener la propagación de este gusano. El proyecto incluye la construcción en Texas de una instalación de dispersión de insectos. Agricultura planea gastar en ello 8,5 millones de dólares y otros 21 millones en convertir una instalación del sur de México para la cría de moscas de la fruta estériles en otra para moscas del gusano barrenador.
La titular de Agricultura, Brooke Rollins, dijo en junio que levantarían la «fábrica de moscas» de Texas a finales de año. La otra, la mexicana, no estará lista hasta dentro de 18 meses.
Mientras, ya funciona en Panamá otra instalación para la cría de estas moscas. Puede dar a luz hasta a 117 millones a la semana, pero EEUU quiere tener capacidad para criar al menos 400 millones semanales.
La cría de moscas ya funcionó entre los 60 y 70
Según lo previsto, las moscas macho criadas en laboratorio serán esterilizadas mediante radiación y posteriormente liberadas en la naturaleza, sobre México y el sur de Texas. Estos especímenes competirán con las moscas macho silvestres por aparearse con las hembras. Como ellas solo pueden aparearse una vez en su ciclo de vida, su unión con machos estériles no tendrá resultados, no pondrán huevos y con ellos la población se reducirá en la siguiente generación. Es lo que se conoce como la técnica del insecto estéril, un método que se ha estado usando con «éxito» en todo el mundo desde hace más de 50 años.
Por ejemplo, entre 1962 y 1975, EEUU y México criaron y liberaron más de 94.000 millones de moscas estériles también para erradicar la plaga del gusano barrenador del Nuevo Mundo. De hecho, ya hubo fábricas de moscas en Florida y Texas, pero cerraron al erradicarse la plaga. Y es que, durante décadas, esa plaga fue un azote anual para ganaderos y productores de leche, sobre todo en el sureste del país.
Mano a mano con México
La presión estadounidense ha llevado a México a redoblar sus esfuerzos para controlar la propagación de la mosca. No habrá guerra por unas moscas. El Gobierno de Claudia Sheinbaum está de acuerdo.
Su secretario de Agricultura, Julio Berdegué, dijo en junio que el plan de Washington les parecía «un paso positivo en diferentes aspectos, fortalecerá el trabajo conjunto México-Estados Unidos». Según Berdegué, con base en los resultados objetivos y los informes de la misión del «ministerio» de Agricultura de EEUU «podremos reiniciar las exportaciones de nuestro ganado lo antes posible».
«Es un logro histórico en términos de aplicar la ciencia para resolver algún tipo de problema de gran envergadura», explica Edwin Burgess, profesor de entomología veterinaria de la Universidad de Florida, a la agencia AP. Burgess es un experto en el control de los artrópodos dañinos para los vertebrados no humanos, especialmente en la industria de producción animal, o sea, en los sistemas de plagas que afectan a los animales.
Para Burgess, el desarrollo de la cría y distribución de moscas estériles de las décadas en el siglo XX fue uno de los «logros más importantes» del Gobierno estadounidense, y pide no bajar la guardia: «Algo sobre lo que creemos tener pleno control, y sobre el que hemos declarado el triunfo siempre puede volver a aparecer», advierte.