Publicado: septiembre 25, 2025, 4:00 pm
En España, este trastorno digestivo afecta al 15 por ciento de la población según datos de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) es un trastorno gastrointestinal bastante común que provoca sobre todo hinchazón, gases y fatiga crónica en quienes lo padecen. Lo que sucede con este problema de salud del que tanto oímos hablar es que las bacterias del intestino grueso se introducen en el delgado y se multiplican.
El SIBO puede cursar tanto con diarrea como con estreñimiento, y en este último caso la inflamación abdominal se puede aliviar con algunas medidas dietéticas (mayor consumo de fibra, una hidratación más exhaustiva, inclusión de probióticos…) y también con ejercicios que aumenten la motilidad intestinal y, sobre todo, que alivien los gases, uno de los síntomas más molestos de este problema de salud digestiva.
¿Lo mejor para el SIBO? Ejercicio aeróbico regular y suave
El intestino delgado es el principal responsable en el sistema digestivo de absorber los nutrientes de los alimentos. Cuando se produce esa multiplicación de bacterias el equilibrio se rompe y aparecen síntomas como calambres estomacales, cansancio extremo y molestos gases.
Aunque no está considerado como enfermedad, sino como una disbiosis, necesita que nos ocupemos de ello. El ejercicio es una parte importante del tratamiento, y también es fundamental evitar el autodiagnóistico, algo muy frecuente en cuanto las personas identifican los síntomas referidos (hinchazón y estreñimiento/diarrea).
En términos generales, los expertos recomiendan (además de antibióticos en la mayoría de casos) una actividad física habitual y la reducción por todos los medios del estrés, mediante técnicas de relajación como yoga o meditación. Incorporar un ejercicio regular a la actividad diaria va a mejorar los síntomas de SIBO, y la calidad de vida del paciente. De todos los ejercicios posibles, el aeróbico practicado con calma y sin grandes esfuerzos es el mejor.
Razones por las que debemos incorporar el ejercicio si tenemos SIBO
Entre las razones beneficiosas que esgrimen los expertos para aconsejar la práctica deportiva cuando existe sobrecrecimiento bacteriano está la necesidad de motilidad intestinal, puesto que movernos de manera regular contribuye a prevenir la acumulación de bacterias.
Para reducir el estrés, también responsable en cierta medida del SIBO, el ejercicio juega un papel clave al liberar endorfinas y otros neurotransmisores que van a tener repercusiones en la mejora del estado de ánimo y limita el cansancio crónico del SIBO.
Pero es que, además, el ejercicio como rutina va a ayudar a fortalecer las defensas del organismo, circunstancia que inclina la balanza hacia el equilibrio bacteriano saludable en el intestino. También mejora la salud digestiva general al contribuir a un peso saludable, y regula las enzimas digestivas al mejorar la absorción de los nutrientes de la dieta.
El mejor ejercicio para evitar los gases que provoca el SIBO
En general, los expertos en salud digestiva no se circunscriben a un solo ejercicio para mejorar los síntomas de este acúmulo anormal de bacterias, sino que recomiendan ejercicios ligeros (nada de forzar) como practicar tai-chi o yoga como ejercicio ‘de cabecera’.
Pero si tuviéramos que elegir el mejor de los ejercicios para reducir los gases, el síntoma más molesto del SIBO, nos decantaríamos por caminar. Aunque sea dentro de casa, movilizar las piernas va a contribuir a que los gases se liberen al aumentar el flujo sanguíneo en el sistema digestivo.
Una acumulación excesiva de gases puede resultar muy desagradable, producir auténticos dolores estomacales, que se van liberando con una caminata de 30 minutos diarios. Muchas veces, la solución más sencilla es la más eficaz, y andar es la mejor. Una vez en casa, practicar un masaje abdominal dibujando círculos sobre nuestro abdomen también va a estimular la digestión y liberar gases; igual que lo hace la respiración consciente profunda, un aliado insoslayable.
La respiración profunda es una técnica sencilla pero poderosa, que se practica buscando un lugar cómodo, cerrando los ojos y respirando profundamente por la nariz, llenando el abdomen de aire. Puede hacerse sentados o tumbados. Las exhalaciones deben ser lentas y por la boca. Este ejercicio no solo ayuda a liberar gases, sino que también reduce el estrés, lo que puede ser un desencadenante de problemas digestivos.