Publicado: julio 16, 2025, 4:13 pm
Unos aros de cebolla suaves por dentro y crujientes por fuera son uno de esos clásicos del finger food a nivel mundial.
Pueden servir como guarnición de una clásica hamburguesa. También se lucen como aperitivo o arte de una picada más grande con fiambres y quesos.
Es clave conocer unos secretos para que no queden aceitosos o la cobertura se despega. La clave es que la cebolla tenga una cocción pareja y rápida.
Leé también: Cómo hacer pancitos de cebolla saludables
Además, hay que agregar el condimento adecuado y el grosor del corte pueden marcar la diferencia.
Como tener los aros de cebolla perfectos
1. Elegir bien la cebolla: las mejores variedades para hacer aros son las cebollas grandes y dulces, como la cebolla morada o la blanca común. Conviene evitar las más picantes o pequeñas. El corte también importa: deben ser aros parejos, de alrededor de un centímetro de grosor.
2. Dejarla reposar en agua con hielo: después de cortar los aros, es recomendable sumergirlos en agua helada durante 30 minutos. Esto suaviza el sabor fuerte, ayuda a que mantengan su forma durante la cocción y mejora la textura final.
3. Pasarlos por harina antes del rebozado: este paso evita que el rebozado se despegue. Secar bien los aros, pasarlos por harina común y recién después sumergirlos en la mezcla líquida (que puede ser de cerveza, soda o huevo con leche) y luego empanarlos, si la receta lo requiere.
4. Usar un rebozado sabroso y aireado: una mezcla de harina, fécula de maíz, sal, ajo en polvo, pimentón y cerveza bien fría da como resultado una cobertura crocante y gustosa. El gas de la cerveza aporta aire y liviandad. También se puede usar soda o agua con gas helada.
5. Freír en aceite caliente y limpio: el aceite debe estar a unos 180 °C. Si está muy frío, los aros absorben grasa; si está muy caliente, se queman por fuera y quedan crudos por dentro. Usar una cantidad suficiente para que los aros floten y cocinarlos en tandas pequeñas ayuda a mantener la temperatura constante.
