Publicado: diciembre 14, 2025, 5:00 am
Llega un momento en la vida de una persona que siente la necesidad de crear su propia firma. Normalmente, es algo que se plantea si tienen que firmar autógrafos (aunque sean imaginarios) o ante su primer documento de identificación, que en España es obligatorio a partir de los 14 años.
No es necesario quedarse con la primera que se pensó y ensayó en un papel, por eso no es raro que la firma evolucione y cambie mucho con el tiempo. Tanto es así que la rúbrica pasa a impregnarse de nuestra forma de ser, reflejando ciertos rasgos de nuestra personalidad, tal y como explican desde la psicología.
El significado de tu firma según la forma que adopta
No es posible deducir la personalidad de alguien solo a través de su rúbrica, pero eso no quiere decir que este pequeño símbolo esté exento de significado y no recoja determinados rasgos de quien la ha creado. Hace mucho tiempo que ciencias como la grafología estudian estos detalles y como la forma, el tamaño o la presión pueden ayudar a conocer detalles psicológicos o características de quien la hace. Los resultados de esta ciencia se aplica en campos como la psicología, con la que está relacionada en ciertos aspectos.
Una simple firma puede aportar muchos datos y permite analizar ciertos rasgos psicológicos, es un sello de identidad único, que cada persona crea en un momento de su vida y que evoluciona a lo largo del tiempo.
Por ejemplo, hay personas que escogen poner su nombre completo al firmar y, aunque haya sido de una manera inconsciente, esto desde la grafología se asocia con un entorno y unos vínculos familiares y amistosos fuertes, también se asocia con personalidades orgullosas de sí mismas, porque escogen no dejar nada fuera de su firma. Suelen ser personas con un gran nivel de estabilidad emocional y autoconfianza. Cuando el nombre se suprime o se abrevia, se suele considerar que hay un deseo de olvidar el pasado, igual que si se suprime o abrevia alguno de los apellidos.
Otro de los rasgos que analizan los expertos, más allá de si se escoge poner el nombre, los apellidos, todo o nada, es la curva de las letras. Las letras rectas son propias de personas firmes, disciplinadas, mientras que quienes tienen una letra más curva tienden a ser más amables. También el tamaño entra en consideración, quienes firman más grande suelen tener una personalidad más extrovertida y aquellos que firman más pequeño, por el contrario, suelen ser más introvertidos, tímidos o inseguros.
Es relevante el tamaño de las iniciales, o si estas se ponen en mayúsculas, si es legible (sinceridad, franqueza) o ilegible (corresponde a personas más desconfiadas), pero también la inclinación. Si es hacia arriba muestra un carácter luchador (si se inclina excesivamente hacia arriba puede indicar ambiciones desmedidas), si se inclina hacia abajo puede indicar resignación o pesimismo. Las personas equilibradas tienen a firmar en horizontal.
Los adornos que incluimos también pueden aportar datos sobre nosotros. Un subrayado indica determinación y una rúbrica envolvente es rasgo de protección, un punto final puede determinar personalidades disciplinadas. Si la rúbrica hace ilegible la firma, puede existir un gran temor a mostrarse tal y como es. Detalles que los expertos pueden analizar para comprender mejor a quien ha escogido una firma concreta para representarle.
Referencias
Gowda, M. R., Harish, N., Aslam, A., Padmanabiah, M., & Magaji, R. (2015b). Handprints of the Mind: Decoding Personality Traits and Handwritings. Indian Journal Of Psychological Medicine, 37(4), 409-412. https://doi.org/10.4103/0253-7176.168580
