Publicado: diciembre 7, 2025, 4:00 pm
El envejecimiento es un proceso natural que lleva mucho tiempo siendo investigado por profesionales para poder entender un poco mejor su funcionamiento con el objetivo, no solo de prolongar la vida, sino de mejorar su calidad. Una de las máximas eminencias en España en este sector es el doctor Manel Esteller.
Esteller es jefe del Grupo de Epigenética del Cáncer del Instituto Josep Carreras y catedrático de Genética por la Universidad de Barcelona, y ha dedicado gran parte de su carrera a investigar científicamente las causas del envejecimiento y cómo puede conseguirse una mejora en el estilo de vida, así como una mayor longevidad.
Las condiciones necesarias para una mayor longevidad
«Si mantenemos condiciones climáticas, económicas y alimentarias adecuadas, dentro de 100 años veremos a personas de 110, 120 o 130 años con toda seguridad», afirmaba el doctor Manel Esteller durante una entrevista concedida a la Cadena Ser en 2024. Ponía en ese momento el énfasis no solo en el estudio del ser humano y el funcionamiento del cuerpo, sino también en otros muchos factores externos que deben tenerse en cuenta también durante el proceso de envejecimiento.
«Si conseguimos respetar y mantener el planeta en condiciones saludables y con los avances médicos que habrá, tendremos unos elementos tecnológicos importantes y presentes en nuestros cuerpos. No seremos tan humanos en el sentido biológico del término; con total seguridad tendremos varios repuestos en nuestros órganos y tendremos una realidad muy distinta». Una solución que no es inmediata, puesto que él mismo se encargaba de aclarar que «estamos hablando hipotéticamente, del año 2124». Esta evolución transformaría el modo en que entendemos el cuerpo y el envejecimiento.
Las claves de la longevidad, según Esteller
Una de las investigaciones más conocidas de Esteller fue la que llevó a cabo junto a su equipo de investigación hace un tiempo, analizando los factores que pudieron hacer de María Branyas, la mujer más longeva del mundo que, si bien fallecía en Cataluña en agosto de 2024, lo hizo a los 117 años, y tras mandarle un mensaje claro a Esteller: «Estudiadme, aprended de mí». Los resultados de las investigaciones y pruebas fueron publicados en Cell Reports Medicine.
La clave para la longevidad de María es que contaba con un sistema inmune muy fuerte, que funcionaba con gran eficiencia y sin causar inflamación autoinmune. Además, se descubrió que sus telómeros indicaban que su edad biológica era de 23 años menos de la real. Los telómeros se acortan ligeramente cada vez que una célula se divida, hasta que ya no pueden duplicarse más, lo que señala la muerte celular. La longitud de los telómeros es un indicador de la edad biológica y mantenerlos largos retrasa el envejecimiento celular.
Otro de los elementos que contribuyó a la longevidad de María Branyas fue su microbiota intestinal, que era comparable a la de una persona joven y saludable. Además, tenía un metabolismo del colesterol y lípidos muy eficiente, y una función mitocondrial estupenda.
Durante una entrevista para National Geographic en la que desveló estos datos, Esteller también señalaba que para una mayor longevidad no solo es importante una nueva genética, también un estilo de vida saludable, donde no falte el ejercicio físico, la alimentación saludable y se eviten hábitos tóxicos, como el alcohol y el tabaco.
Referencias
Santos-Pujol, E., Noguera-Castells, A., Casado-Pelaez, M., García-Prieto, C. A., Vasallo, C., Campillo-Marcos, I., Quero-Dotor, C., Crespo-García, E., Bueno-Costa, A., Setién, F., Ferrer, G., Davalos, V., Mereu, E., Pluvinet, R., Arribas, C., De la Torre, C., Villavicencio, F., Sumoy, L., Granada, I., . . . Esteller, M. (2025). The multiomics blueprint of the individual with the most extreme lifespan. Cell Reports Medicine, 6(10), 102368. https://doi.org/10.1016/j.xcrm.2025.102368
