Publicado: noviembre 10, 2025, 5:00 am
Son platenses y se conocieron trabajando en proyectos gastronómicos. Sus deseos de prosperar los llevaron a emprender juntos, y lo hicieron con un ambicioso objetivo: conquistar el paladar de los porteños. Hoy, en Cuatro Perros 1 Livin los comensales más exigentes encontraron un lugar donde comer rico en un ambiente ameno y el perfecto equilibrio entre calidad-precio.

Detrás de esta propuesta están Santiago Palma y Ailén De Baños, al mando de la cocina; Tomás Rodríguez Brust y Nicolás Medina, al frente del salón y de la carta de vinos. El nombre que eligieron para el lugar hace alusión a la jerga gastronómica. Se le dice “perro” al momento álgido del servicio. “Nos identifica ese término porque fue cómo nos conocimos”, cuenta Santi. “El estar ‘emperrado’ es cuando la cocina se vuelve un caos y sentís que todo se descontrola. Nos gusta mucho ese término y buscamos mezclarlo con lo que sería el espacio: que haya un living para hacer el lugar más descontracturado, que permita cierta relajación y amabilidad pues el mejor lugar donde conviven la comida y el vino es en el living. Y le quitamos la G porque jugamos también con otras palabras como el ‘estar viviendo’ y la palabra vino en francés”.

Cuatro Perros 1 Livin abrió a fines de 2023, sin mucha difusión. Pero la noticia circuló rápidamente ganándose el aval de los foodies más exigentes, quienes descubrieron un lugar donde comer rico, en un lugar canchero, atendido por sus dueños.
El restaurante se montó en un local donde antes funcionaba una cafetería, al que sumaron el PH contiguo, logrando un lugar con múltiples ambientes y una escala mucho mayor.


La experiencia comienza al ver la fachada, un cálido color terracota y grandes ventanales intervenidos por artistas. Al cruzar las puerta, unas mesitas con un acogedor living y cocina a la vista. “Nos gustan los espacios de cercanía, donde todo esté en nuestro radar”, cuenta el chef. Una casa refaccionada, donde no hay barra de servicio ni uniformes. Pero sí muchas plantas, adornos domésticos, incluido los perritos y alguna insignia de Gimnasia y Esgrima de La Plata, un guiño a los sentimientos de los fundadores.

El recorrido continúa con un pasillo que lleva a la cava, con un mesón para quienes van en grupo y quieren un clima más intimista. Finalmente, el espacio culmina en el fondo con un gran salón diseñado para festines y celebraciones en formato buffet.

Cocina confortable
Con una trayectoria que incluye experiencia en Europa, Santi Palma logra una cocina de contrastes, estacional, nostálgica y con preparaciones inesperadas. “Somos un restaurante donde cocinamos lo que nos gusta comer”, subraya el chef quien comparte el mando de la cocina con Ailén. “Seguimos la línea comfort food y hacemos una búsqueda lúdica con combinaciones de sabores que nos patee la boca, especialmente cuando hacemos ceviche o taquitos, pues nos interesa la fusión” y destaca que lo mediterráneo y lo asiático siempre tiene un lugar.

El menú propone ingredientes locales y de temporada, desde la pesca fresca hasta proteínas, hongos y vegetales de huerta. Se puede empezar por una picadita, que vienen en dos versiones: una clásica de quesos y fiambres, y la otra más jugada, con boquerones, hummus de alubias, alcaparrones y manteca de siracha.
Los buñuelos de espinaca con crema de queso Toro Azul son una marca registrada de Santi, quien se inspiró en la receta de su abuela Paulina. Un plato que no se mueve de la carta, al igual que la arañita madurada en Koji, que viene con chimichurri, ensalada rusa, y mayonesa de anchoas.

Para destacar la chernia, que viene con polenta blanca, espárragos y gremolata, los taquitos de hongos melena de león con guasacaca y hierbas; y el Pork Belly marinado en soja y mantequilla de maní, con repollo y zanahorias asadas, aderezo coleslaw, chicharrón y ensalada de mizuna, melisa y mostaza.
La milanesa de pollo es otro clásico de la carta. La preparan con pata y muslo, la marinan con leche, huevos, mostaza antigua, perejil fresco ajo, sal y pimienta y un toque de ralladura de limón. La napolitana viene con salsa filetto, ricota y parmesano. Viene acompañada con papas rejillas preparadas en el lugar.

La carta de vinos, una selección con criterio definido con más de 20 etiquetas de baja y mediana intervención de pequeños y medianos productores del país. Para esta temporada, el chef anticipa la incorporación de ceviche y tiraditos, “y le vamos a dar una vuelta de rosca a las picadas, además de algunos cambios en la preparación de la mila”, y agrega: “ahora lanzamos la salchiparri, con una salsa de especias a base de pimientos rojos, una preparación que llega para quedarse”.
Postres con helados de elaboración propia
Si hay algo que distingue a 4P es la carta de postres, y tienen un rol central en la propuesta integral del lugar, con preparaciones que honran el helado.

“Desde el principio tuvimos bien en claro que queríamos una buena propuesta dulce para 4P”, cuenta Ailén. Trabajé mucho tiempo de pastelera, y siempre me gustó hacer helados; coincidimos con Santi en eso. Él ya venía haciendo helado en sus anteriores proyectos y se dio que se sumó Rocío Solano al equipo y todo empezó a fluir”.
Así fue como compraron una Carpigiani y comenzaron a cranear postres helados. Hoy son indiscutidos en la carta. Quienes van a 4P no pueden dejar de probar algo dulce.

“Buscamos que los helados sean protagonistas, que el cliente tenga algo atractivo para elegir cuando llega el momento del postre, por eso desde este año tenemos una carta exclusiva con siete preparaciones”, dice Ailén. “Muchos vienen a 4 Perros sólo a comer el postre”, agrega Santi entre risas.
La Copa 4 Perros ya es un emblema del lugar y lleva helado de maní, helado de crema infusionado con limón, salsa toffee, nueces fritas y una cookie con chips de chocolate por encima. Otro de los imperdibles es el almendrado, que viene con una salsa de duce de leche y whisky. Hay un sándwich helado (oblea y helado de sambayón, avellanas y chocolate amargo), tarta tatin, un tiramisú con helado de mascarpone, affogato o simplemente se puede pedir bochas de helado con los sabores de estación. Todas son creaciones originales pensadas en equipo con el rol activo de la chef pastelera, Rocío Serrano.

“Estamos convencidos de que estamos haciendo las cosas bien, y eso tratamos de transmitirlo en la mesa”, sostiene Santi Palma. “Somos buenos anfitriones, y si nos dejan, nos gusta que compartan la experiencia con nosotros”, concluye.
José A. Cabrera 4723, Palermo.
Abre de martes a sábado de 19 a 00.30.
