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Hallazgo interestelar: qué hay de similar entre 3I/ATLAS y los dos únicos cometas extrasolares que pasaron por la Tierra

Publicado: noviembre 6, 2025, 9:06 am

El cometa 3I/ATLAS se robó la atención de los astrónomos desde que se halló el 1 de julio del 2025 por el sistema Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System que se ubica en Chile. Este resultó ser el tercero de dos anteriores que visitaron nuestro sistema solar en 2017 y 2019. Gracias a los análisis iniciales de la NASA en conjunto con la Agencia Espacial Europea (ESA), se conocieron algunas similitudes entre los tres cuerpos celestes de estrellas distantes.

La Vía Láctea alberga miles de soles como el nuestro, que se originaron hace miles de millones de años y de igual forma que en otras galaxias, aquí también se produjeron procesos de creación planetaria que provocó la expulsión de cometas y asteroides hacia otras latitudes. Muchos de ellos son interestelares. Eso quiere decir que su órbita es hiperbólica respecto al Sol y que al cruzar por nuestro sistema planetario nunca más lo volverán a hacer. Eso sucedió con 1I/Oumuamua y 2I/Borisov.

Primera imagen del cometa interestelar 3I/ATLAS tomada por el Telescopio Espacial Hubble de la NASA el 21 de julio

Coincidencias y diferencias entre los dos cometas extrasolares que visitaron el sistema solar previo a 3I/ATLAS

Hasta la fecha, solo tres cuerpos interestelares se registraron por las agencias espaciales de todo el mundo. Su aparición permitió conocer su estructura y compararla con los cometas que yacen en nuestro propio sistema y son más jóvenes.

1I/Oumuamua

Este cometa fue el primer objeto de otra estrella lejana que se aproximó al Sol y a la Tierra. Se descubrió en octubre de 2017 por el telescopio Robert Weryk que utiliza la Pan-STARRS en Hawái.

Los expertos describieron que su forma se asemejó a la de un cilindro o un cigarrillo y que tenía un tono rojizo. Quienes lo localizaron aquella vez, lo bautizaron con ese nombre que en hawaiano significa: “Mensajero de tierras lejanas que llega primero”, según especificó un artículo científico de la NASA.

Oumuamua, que se encuentra en el centro de esta imagen, fue el primer objeto interestelar hallado en nuestro sistema solar

Incluso descifraron que 1I/Oumuamua tenía hasta 400 metros de largo, tal vez hasta diez veces más de largo que de ancho. De acuerdo a la investigación posterior, esa proporción fue la mayor registrada que la de cualquier asteroide o cometa que se observó hasta la fecha. Para muchos, su extensión marcó un indicio de cómo podrían crearse los sistemas solares en otras regiones del universo.

Cuando el cometa atravesó nuestro sistema planetario resultó una sorpresa alentadora, ya que se especuló con que vagó durante más de 100 millones de años por la Vía Láctea hasta que llegó a nuestro sistema estelar.

“Oumuamua varía en un factor de 10 a medida que gira sobre su eje cada 7,3 horas. Ningún asteroide o cometa conocido de nuestro sistema solar presenta una variación de brillo tan amplia, con una proporción tan grande entre longitud y anchura”, señalaron por ese entonces los astrónomos del telescopio Very Large de ESO, que se encuentra en Chile.

Así era la forma que tenía el cometa Oumuamua cuando atravesó nuestro sistema solar (Fuente: NASA)

Además, se conoció que su estructura era densa, compuesta de roca y posiblemente metales, no tenía agua ni hielo, y que su superficie se enrojeció debido a los efectos de la irradiación de los rayos cósmicos durante cientos de millones de años. El cuerpo celeste pasó a tan solo 3.862.416 millones de kilómetros del Sol el 9 de septiembre del 2017, a una velocidad vertiginosa de 87,3 kilómetros por segundo.

El registro de este cometa sirvió para tomar conciencia de que constantemente nuestro entorno recibe elementos que vagan hace miles de millones de años por el espacio, provenientes de otras galaxias o estrellas, solo que son imperceptibles a nuestros ojos, a diferencia de 1I/Oumuamua, que siguió su camino en dirección a la constelación Pegaso.

2I/Borisov

Este cuerpo celeste fue descubierto por el astrónomo aficionado crimeo Gennady Borisov el 30 de agosto de 2019, después de Oumuamua, este también se convirtió en un fenómeno mundial por provenir del exterior de nuestro sistema planetario. Aunque muchos lo catalogaron como de origen alienígena, más tarde se descartó esa teoría conspiranoica.

El cometa 2I/Borisov en 2019

El Telescopio Espacial Hubble de la NASA capturó algunas imágenes en octubre y diciembre de ese mismo año, mientras cruzaba nuestro sistema solar a una velocidad de aproximadamente 177.000 kilómetros por hora. “Las imágenes mostraron una gran cantidad de polvo alrededor de un núcleo brillante, aunque este era demasiado pequeño para ser observado por el Hubble”, describió la agencia espacial estadounidense en uno de sus artículos de 2020.

Los estudios de la NASA revelaron que el núcleo del cometa estaba formado por una aglomeración dispersa de hielos y partículas de polvo. Si bien no se pudo detallar la antigüedad, se especuló con que era más viejo que nuestro sistema solar. A mediada que avanzó en su trayectoria, perdió un fragmento del centro, lo que permitió compararlo con los objetos que gravitan en las órbitas cercanas.

Órbita hiperbólica de 2I/Borisov  en su trayectoria en 2019

2I/Borisov tenía una superficie de nube de gas y polvo a partir de la cual se formó —muy similar al resto del sistema solar— hace unos 4500 millones de años. Su punto más cercano del Sol fue a 300 millones de kilómetros y 260 millones de kilómetros de la Tierra.

3I/ATLAS

En cuanto al flamante 3I/ATLAS, pese a que actualmente está detrás de la cara del Sol con respecto a la Tierra, se supo que se creó hace más de siete mil millones de años. El Telescopio Espacial Hubble permitió conocer a los astrónomos el tamaño del núcleo helado, de 300 metros y 5,6 kilómetros de diámetro.

Así es el recorrido de ATLAS por el Sistema Solar

Al igual que 2I/Borisov, ATLAS tiene una estructura de rocas y hielo. A medida que se acercó al Sol, empezó a desprender gases y polvo que las sondas de la ESA detectaron a gran distancia como una estela que lo acompañó a lo largo de su recorrido.

En diciembre se podrá distinguir nuevamente en el espacio y allí emprenderá rumbo a nuestro planeta, aunque no representa un peligro para la humanidad, se acercará 270 millones de kilómetros el 19 del mismo mes. Los expertos señalaron que no será visible desde aquí y solo los telescopios orbitales tendrán la capacidad para tomarle fotos.

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