Publicado: octubre 26, 2025, 12:10 pm
Las autoridades policiales continúan investigando el robo de ocho joyas de los reyes franceses perpetrado el pasado día 19 de octubre en el Museo del Louvre, el más visitado del mundo. Este sábado, sin ir más lejos, consiguieron detener a dos hombres que cuentan con antecedentes policiales por robo y que podrían haber formado parte del grupo de cuatro criminales que consiguió acceder a la pinacoteca y sustraer las piezas en tan solo siete minutos.
A la espera de ver cómo avanza la investigación en lo relativo a estos dos sospechosos, que se encuentran ahora bajo custodia policial, las autoridades han comunicado también cuál ha sido el rastro que han seguido estos días para lograr identificarlos y dar con los autores del asalto. Tal y como asegura el diario Le Parisien, la policía francesa llegó así a recuperar varios objetos en el lugar de los hechos que han ayudado así a reconstruir la secuencia de los hechos.
Entre ellos, por ejemplo, se encuentran un guante y un casco de moto que los ladrones dejaron en el momento de la huida. De ese casco, precisamente, se han podido extraer e identificar dos cabellos que, según las autoridades, probablemente corresponden al primero de los cuatro ladrones que llegó a acceder al museo francés.
Estas pruebas se unen a las radiales, el soplete o el walkie talkie que los ladrones utilizaron y dejaron en el lugar. También a un chaleco hallado en la plataforma elevadora que utilizaron para poder acceder a la Galería Apolo del museo, o a las llaves de ese mismo vehículo, que dejaron intactas en el lugar de los hechos. En total, según ha confirmado la Fiscalía de París, los investigadores han detectado y analizado hasta 150 rastros de ADN y huellas dactilares que han ido encontrando.
En la última semana, además, las autoridades han seguido la pista del camión con plataforma elevadora que utilizaron y que dejaron en plena calle junto al Louvre mientras huían. Según las pesquisas, el aparato lo consiguieron unos días antes del robo a través de una web de venta de artículos de segunda mano por parte de un vendedor que quería deshacerse de ella. Los autores del robo se citaron así con esta persona en la ciudad de Louvres, a las afueras de la capital francesa, pero, en vez de pagarle, le agredieron y le robaron el elevador, información que se ha sabido porque la víctima interpuso una denuncia de lo ocurrido inmediatamente después.
Por otro lado, según ha informado una fuente de la investigación al diario The Telegraph, los investigadores han seguido estudiando si el robo se pudo cometer con la complicidad de algún trabajador del Louvre. En este escenario, han descubierto evidencias de que un miembro de seguridad de la pinacoteca habría estado en contacto con los ladrones. Así, se cree que el grupo de cuatro personas pudo obtener información confidencial interna sobre el sistema de seguridad del museo. «Hay evidencia forense digital que muestra que hubo cooperación entre uno de los guardias de seguridad del museo y los ladrones», afirma esta fuente al citado periódico.
La principal tesis de los investigadores, por todo ello, es que el robo se trató de un hecho totalmente planificado realizado por un grupo con experiencia en este tipo de hurtos. Las autoridades creen que el principal móvil es que sería un robo por encargo y tratan de averiguar quién fue el autor o los autores intelectuales detrás del atraco y si forma parte de una organización tradicional de crimen organizado, que habría robado las joyas para conseguir dinero, o si se trata de una red de tráfico de arte.
Un robo cometido en tan solo siete minutos
Las ocho piezas robadas, justo hace una semana, están valoradas económicamente en 88 millones de euros, aunque su valor patrimonial es incalculable. Estaban expuestas concretamente en la denominada Galería de Apolo del que es el museo más visitado del mundo. Los ladrones consiguieron acceder a la pinacoteca y sustraer diademas, collares y pendientes pertenecientes a la colección de Napoleón y los reyes franceses. Lo hicieron, además, en tan solo siete minutos. Tras ello, huyeron con el botín, aunque en su marcha perdieron la corona perteneciente a la emperatriz Eugenia de Montijo.
Los hechos, que se han producido en medio de la crisis política que sacude Francia, han puesto de relieve también la fragilidad de algunas instituciones culturales del país galo, más aún después de que en los últimos años se hayan producido más hurtos en otros museos del país. De hecho, el propio ministro de Justicia ha reconocido estos días «fallos de seguridad» en el Louvre.
Durante esta semana ha salido a la luz asimismo un informe preliminar del Tribunal de Cuentas en el que se detalla que existen retrasos «considerables y persistentes» en el despliegue de los nuevos equipos de vigilancia del Museo. Con todo ello, el ministro del Interior acabó pidiendo el lunes a todas las instituciones culturales del país que revisasen sus sistemas de seguridad. Este viernes, por otro lado, una parte de la colección de joyas del Louvre fue trasladada desde el museo hasta el Banco de Francia bajo un fuerte dispositivo policial, una decisión que se tomó para proteger la colección bajo una mayor seguridad. Se desconoce cuándo será posible exhibirla nuevamente en el museo.
