Publicado: octubre 22, 2025, 10:13 pm
Aunque Argentina es un país que tradicionalmente tiene postres dulces muy ricos, como es el caso del flan con crema y dulce de leche, o los panqueques, a veces está bueno salir de lo ya conocido para probar nuevos sabores y texturas. En la gastronomía turca, hay un plato tradicional que tiene una historia de más de 500 años y se difundió a lo largo de todo el mundo.
Se trata de los caramelos turcos, también conocidos como delicias turcas, o llamado por su nombre originario: lokum, que se preparan con 4 ingredientes y en apenas minutos. Este es un dulce tradicional de Medio Oriente, originaria del Imperio Otomano, donde hoy se encuentra Turquía. Su preparación es simple y económica, con un resultado sorprendente.
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Su textura característica es blanda, gelatinosa y ligeramente elástica, similar a un caramelo blando, pero sin contener gelatina animal: su consistencia se logra gracias al almidón de maíz o fécula, que se cocina junto con azúcar y agua o jugo, para darle un sabor distinto.
Ingredientes para preparar los caramelos turco
- 600 ml de jugo de naranja natural
- 160 g de azúcar
- 120 g de almidón de maíz (maicena)
- Azúcar impalpable
El paso a paso de la receta
- Exprimir y preparar el jugo: Se exprimen las naranjas hasta obtener unos 600 ml de jugo. Es importante colarlo para eliminar pulpas o semillas, logrando así una textura más lisa y uniforme para el dulce.
- Mezclar los ingredientes secos y líquidos: En un bowl grande, se coloca el jugo junto con el azúcar y el almidón de maíz. Con un batidor manual, se mezcla enérgicamente hasta que no queden grumos y todos los ingredientes estén bien integrados.
- Cocinar la mezcla: Una vez lista la mezcla, se pasa a una olla y se lleva a fuego medio-alto. Se revuelve de forma constante con una cuchara de madera o espátula de silicona para evitar que el almidón se asiente en el fondo. Con el calor, la preparación comenzará a espesar y a volverse translúcida.
- Lograr la consistencia justa: Cuando la mezcla adquiera una textura densa y elástica, similar a una masa suave o gelatina espesa, se retira del fuego. Este punto es clave para que las delicias turcas queden firmes al enfriar.
- Enfriar y desmoldar: Se vierte la preparación caliente en un molde previamente humedecido o forrado con papel film. Se nivela la superficie con una espátula y se deja enfriar a temperatura ambiente. Luego, se lleva a la heladera por al menos una hora.
- Cortar y espolvorear: Una vez firme, se desmolda con cuidado y se corta en cubos pequeños. Para el toque final, se espolvorea cada pieza con azúcar impalpable, cubriéndolas por todos sus lados para evitar que se peguen entre sí y lograr el clásico aspecto de los caramelos turcos.
Aunque el azúcar impalpable es uno de los agregados tradicionales, también es posible buscar versiones con menor cantidad de azucares agregados. Una opción es espolvorear coco, lo que modifica ligeramente el sabor y reduce la cantidad de calorías de estos dulces.
Tradicionalmente, las delicias turcas se aromatizan con agua de rosas, limón o pistacho, y muchas veces se les incorporan frutos secos como nueces, almendras o avellanas. Aunque al haberse globalizado, los países las fueron adaptando a sus propias culturas.
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Este postre dulce es especialmente popular en Europa, algo lógico por cuestiones de cercanía, pero cada vez son más las regiones que toman conocimiento de las bondades de esta delicia. Lo más importante es que cualquier persona, con o sin experiencia en la cocina, puede prepararlas.
Si se busca salir de los postres tradicionales argentinos y sorprender a los comensales, las delicias turcas son una gran opción: no representan dificultad alguna, se pueden preparar rápidamente, se adaptan a distintos gustos y son considerablemente económicas.