De niña soñaba con ser futbolista pero el destino la llevó a la Selección de otro deporte: “La pelotita esa sale para cualquier lado” - Argentina
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De niña soñaba con ser futbolista pero el destino la llevó a la Selección de otro deporte: “La pelotita esa sale para cualquier lado”

Publicado: octubre 10, 2025, 6:00 am

A los ocho años Helena Pedretti comenzó a practicar pelota paleta junto a su hermano, en un club de San Andrés de Giles, su lugar de nacimiento. Cuenta que recogían una pelotita y una paleta, y si encontraban un “cachito” de pared, se entretenían con una disciplina que les parecía muy divertida y diferente a otras que habían practicado de niños.

“La pelotita esa sale para cualquier lado, intentar pegarle, era entretenido. Y hay algo que tiene este deporte que no se puede explicar, pero que nos enamora a todos los que lo practicamos”, dice Helena.

De su familia paterna, cuenta, todos los hombres practicaban esta disciplina: su hermano, abuelo, bisabuelo, tatarabuelo y su papá que recién se animó a los 25. El apellido Pedretti era muy reconocido en el ambiente de la paleta en Giles.

Su familia siempre la apoyó.

“Siempre me apoyaron mucho con los deportes que yo elegía practicar, y nunca hubo ningún freno para que yo juegue, y tampoco me hicieron sentir que éste era un deporte que las mujeres no debíamos practicar. En la cancha tampoco, me conocen desde chica. Y si me negaron la entrada a la cancha era simplemente porque éramos chicos, no porque era una nena”.

Un deporte amateur, pero con muchos desafíos

“Empezamos a entrenar cuando ya éramos más grandes, algo poco común en este deporte. La mayoría aprendió simplemente observando, escuchando a los que tenían más experiencia y pasando todo el día en la cancha. Es un ambiente muy amateur en ese sentido. Pero tuvimos la suerte de contar con unos años en la escuelita, donde todos los chicos pudimos encontrar una base, alguien que realmente nos escuchara y nos corrigiera. Eso fue fundamental, porque esa hora de entrenamiento era, además, una de las pocas oportunidades que teníamos para entrar a jugar y disfrutar adentro de la cancha”.

Durante dos años, encontró en el Club de pesca y caza El Dorado un lugar para reconectarse con ese juego que la llenaba de alegría y motivación.

Lo que más le fascinaba a Helena era la velocidad vertiginosa de la pelota, ese movimiento ágil y constante que pone a prueba cada reflejo y cada decisión en un instante. Le encantaba lo dinámico y vibrante que es el juego, donde no hay espacio para el aburrimiento ni para pausas, porque cada segundo cuenta y cada jugada puede cambiarlo todo. Esa sensación intensa de estar conectada al ritmo del partido, de sentir la adrenalina correr por sus venas mientras la pelota se desliza rápida por la cancha, es algo que solo quienes alguna vez se animaron a vivirlo pueden comprender realmente. Era mucho más que un deporte para ella: era una experiencia llena de emoción, desafío y pasión que la movía desde adentro.

“Creo que haber practicado deporte durante toda mi vida me dio una base física muy sólida para jugar a la paleta. La coordinación, la movilidad y la velocidad son esenciales en este deporte, y gracias a mi experiencia previa las pude desarrollar mejor. Además, desde chica estuve cerca de la paleta, observando y jugando, lo que me ayudó a entender cómo se mueve la pelota y a leer el juego de forma natural. Eso es algo fundamental, y también muy difícil de lograr si uno empieza de grande. Por eso siento que todo lo que viví antes fue clave para poder conectarme con este deporte de una manera profunda y auténtica”.

¿Volver a su gran amor?

Junto con su habilidad física, Helena desarrolló la capacidad de pensar el juego, no solo de golpear la pelota, sino de entender el momento adecuado para cada acción, según le comentan quienes la conocen. Al no haber muchas chicas en las canchas, pasó gran parte del tiempo jugando con varones, lo que le permitió acostumbrarse a un ritmo de juego más rápido. Esto le dio una ventaja en sus primeros torneos femeninos, donde su velocidad y experiencia marcaron la diferencia.

“La pelotita esa sale para cualquier lado, intentar pegarle, era entretenido. Y hay algo que tiene este deporte que no se puede explicar, pero que nos enamora a todos los que lo practicamos”, dice Helena.

Desde niña, Helena había soñado con jugar al fútbol, imaginándose en grandes clubes e incluso en la Selección. No es que la paleta no le gustara, sino que simplemente no sabía que existía un seleccionado femenino en ese deporte. Sin embargo, su pasión por el fútbol la dominaba por completo. Pero el destino tenía otros planes para ella, uno diferente y quizás incluso más valioso, un lugar que hoy demuestra que merece con todo su esfuerzo y corazón.

“A los 13 años jugué mi primer y último Campeonato Infantil de Pelota Paleta, después de eso no fueron muchas las veces que agarré una paleta, sólo cuando salíamos con mi tío, mi hermano y mi papá a las canchas de la zona, a ver partidos y jugar un rato. Yo quería jugar al futbol, y a los 14 terminé jugando en Vélez. En ese momento el club estaba entrando en AFA, y me sumaron a la reserva del equipo. Estuve un año y medio viajando a Capital, y conociendo un poco el deporte profesional”.

Su primer podio

Sin embargo, la pandemia llevó a Helena a tomar la difícil decisión de dejar el fútbol, un deporte que había sido parte importante de su vida. Pero en medio de esos cambios, en 2023, volvió a despertar en ella ese deseo profundo de volver a jugar a la paleta, una pasión que nunca se apagó. Durante dos años, encontró en el Club de pesca y caza El Dorado un lugar para reconectarse con ese juego que la llenaba de alegría y motivación, donde cada entrenamiento fue una oportunidad para redescubrirse, crecer y seguir adelante con esperanza y entusiasmo.

“En junio me enteré que había chicas que jugaban a la paleta. Yo no tenía idea que había campeonatos en Capital y en toda la provincia, ya que en Giles y alrededores nunca había visto a chicas adentro de una cancha. Mi papá habló con gente del ambiente y me consiguió una compañera. Así, en agosto del 2023, me sume al Campeonato Metropolitano de Damas, categoría B. Logramos un tercer puesto con Lucía Cortez”, se enorgullece.

En marzo del 2024 disputó, por primera vez, el “3er Campeonato Argentino de Damas”, la competencia más importante a nivel nacional.

Al ser un ambiente muy chico, cuenta, Helena tomó contacto con las más altas referentes de la pelota en el país, como Lis García. Y estar jugando estos torneos, posibilitó que los entrenadores de la Selección comenzaran a verla y a descubrir su talento y potencial. En marzo del 2024 disputó, por primera vez, el “3er Campeonato Argentino de Damas”, la competencia más importante a nivel nacional.

“Aunque con mi compañera no quedamos posicionadas entre las primeras, fue una experiencia muy linda e importante para comenzar a pertenecer al ambiente. Así arrancó mi relación con la selección. Quedé seleccionada para jugar el Top 4, con siete chicas del nivel más alto de Argentina. Ese año, en paralelo, jugamos con mi compañera Brisa Bordet el Metropolitano de Damas A, saliendo campeonas, tanto del Apertura como del Clausura”.

“Ganamos el torneo y salimos campeonas argentinas”

En 2025 Helena jugó el “4to Campeonato Argentino de Damas”, representando a la Federación Metropolitana, en la pareja “A”, de compañeras con Aimé García y la experimentada María Lis García, que había ganado el campeonato anterior.

“Ganamos el torneo y salimos campeonas argentinas. Fue algo hermoso, pero inusual. Yo llevaba un año y medio de carrera, además de que se dieron muchas cosas a mi favor para que yo tenga la posibilidad de jugarlo. Pero supimos sacarlo adelante y demostrar que estábamos a la altura”.

En septiembre de este año se realizó el Mundial de Pelota Paleta en Venado Tuerto, provincia de Santa Fe. Helena integró la preselección nacional y, junto con sus compañeras, pasó por rigurosas evaluaciones tanto en el gimnasio como en la cancha, momentos clave para que los entrenadores pudieran definir la formación final del equipo argentino.

Unas lindas vacaciones en familia.

Llegar a lo más alto

Este año, la preselección sub 23 tuvo un récord de 10 jugadoras, lo que aumentó la competitividad y el nivel. Durante el año, realizaron cuatro concentraciones en el Cenard con entrenamientos y pruebas físicas, reduciendo el grupo progresivamente hasta quedar seis jugadoras en la última convocatoria, de donde se eligieron las cuatro representantes de Argentina.

Finalmente, la Confederación Argentina de Pelota Paleta anunció que Helena Pedretti formara parte del equipo mundialista, junto a destacadas paletistas como Nayra Decarli, Hanna Goytiño y Lucía Lumini.

“Los entrenamientos antes del mundial fueron intensos. Fue una semana completa de entrenamientos doble turno, físico por la mañana, y cancha en la tarde. Sirvió para conocer la cancha, acostumbrarnos a una semana de entrenamiento dura, como lo sería el mundial y también para unir al grupo. Estar una semana concentrando te acerca a tus compañeros y a tus entrenadores también. El ambiente fue siempre muy lindo, compartiendo entre todos”.

¿Cómo viviste la experiencia mundialista?

Fue una muy linda experiencia. El ambiente que se vive en un Mundial es difícil de explicar. Ver a cada delegación unida para enfrentar a los otros, pero con una rivalidad deportiva sana, es muy lindo. La unión que se genera cuando competís es hermosa, cuando sabés que sos vos, tu equipo y tu hinchada alentando todos con la misma pasión por tu país. No lo había vivido nunca, aunque participé en muchas competencias, ponerme esta camiseta fue lo más lindo que me pasó como deportista.

¿Qué cosas sentiste?

Muchas cosas en pocos días. Alegría, nervios, ansiedad, emoción, adrenalina, miedos, enojos y, sobre todo, apoyo. Muchos sentimientos a flor de piel que debemos saber manejar para que no nos afecten en la competencia.

¿Cómo evaluás el trabajo grupal y el tuyo en forma individual?

Creo que dimos una buena performance en el Mundial, teniendo en cuenta que las cuatro jugadoras no teníamos experiencia previa en este tipo de competencias, además de vivir muy lejos y no juntarnos tanto como nos hubiese gustado. El trabajo individual de cada una se notó, e hicimos un gran esfuerzo para trabajar bien en conjunto. Nos enfrentamos a selecciones, como Francia, de gran jerarquía y con jugadoras de experiencia, y supimos estar a la altura.

Si bien en la semifinal con México no supimos mostrar el juego que nos gusta hacer, y las cosas no nos salieron como queríamos, pero me quedo con el trabajo y el esfuerzo de todo el año. Un resultado no nos define. Y en competencias de alto nivel como éstas, es muy difícil ganar. Todos lo hicieron con una pasión admirable, me quedo con eso.

¿Cómo era la relación y convivencia con las chicas de los otros países?

Al principio, muy serias todas. Nosotras no conocíamos a nadie de los otros países, y ya habíamos evaluado su juego por videos. No bien llegaron intentamos identificar a cada una de las rivales, pero no hablamos hasta prácticamente el último día de competencia. Nos enfrentábamos entre semana y estábamos bastante concentradas. Pero ya el sábado cuando terminó nos juntamos todos en la cena del final, aunque se complicaba comunicarnos, entre los distintos idiomas y el fernet de por medio. Muy simpáticas todas y un lindo ambiente. Los más experimentados dicen que el sub-23 es el más lindo por la cercanía de edad y el clima.

Helena y su gran amor.

Helena vive en la Ciudad de Buenos Aires, donde equilibra su intensa rutina de entrenamientos con sus estudios universitarios. La joven atleta estudia Ciencias Políticas en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y se entrena de manera constante en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD), lugar donde los deportistas más destacados del país llevan adelante su formación y preparación.

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