Publicado: octubre 1, 2025, 12:40 pm
«Siempre a mí», se decía que había dicho Julián Álvarez al ser sustituido por Diego Simeone en el duelo ante el Mallorca que el Atlético de Madrid empató en Son Moix. Desde entonces, y tras permanecer en el punto de mira, la Araña se ha revelado con tres actuaciones magistrales en siete días de oro para el recuerdo rojiblanco.
El delantero argentino permitió a los rojiblancos sumar su segunda victoria en LaLiga gracias a su primer hat-trick en Europa. Las cosas se pusieron muy complicadas ante el Rayo Vallecano hace apenas una semana. Los de Iñigo Pérez remontaron el 1-0 inicial y volvieron a aparecer las dudas en el Atlético hasta que Julián dio un golpe en la mesa.
A los tres minutos del segundo tanto rayista, por un grave error en defensa, Álvarez hizo resurgir a los rojiblancos como un ave fénix. Empató en el 80 y en el 88 se sacó de la chistera un zapatazo con la zurda, su pierna mala, para desatar la locura en el Metropolitano.
El hat-trick del argentino instauró una felicidad que todavía no se ha ido del feudo rojiblanco. Fue un punto de inflexión. Contra el Real Madrid volvió a dejar claro que es la gran estrella de este Atlético de Madrid, que puede con cualquiera.
Con 2-2 en el marcador y penalti señalado a favor de los rojiblancos por juego peligroso de Arda Güler sobre Nico González, la Araña cogió el balón dispuesto a hacer olvidar el doble toque de la Champions pasada. Y lo hizo. Superó a Thibaut Courtois para adelantar a los suyos en el derbi.
No era lo único que tenía preparado Julián Álvarez. Quedaba su gran obra del día. El cuarto de la tarde para el Atlético y otro gol más de falta, lo que ya se ha convertido en su especialidad. Acostumbrado a lanzarlas por la escuadra, esta vez el argentino sorprendió para poner una parábola perfecta por lo bajo que no pudo parar el portero madridista. Gol y automáticamente lágrimas de Simeone desde la banda al verlo.
Otra ovación más del Metropolitano a su estrella, no la última en esta semana de oro rojiblanco. Con la resaca aún del 5-2 ante el Real Madrid en LaLiga, los del Cholo volvieron a celebrar otra manita en Champions, frente al Eintracht Frankfurt.
Contra el conjunto alemán apareció de nuevo Julián Álvarez. Un peligro constante en ataque. Dos asistencias, primero a Griezmann en el tercero, el número 200 del francés en el Atlético, y después a Giuliano desde el córner en el cuarto.
Y para acerrar sus mejores siete días como rojiblanco, la Araña volvió a picar desde el punto de penalti. Eligió cambiar y le salió bien. Lo marcó a lo Panenka. El Metropolitano celebró otra genialidad más del argentino, que sin querer hacerlo así… triunfó. «Quise patearlo al centro pero se me fue hacia un lado», explicó después un Julián emocionado que ya ve al Celta de Vigo, rival este domingo, como su próxima presa.
