Publicado: septiembre 23, 2025, 9:29 am
Nadie puede decir que Sarah Ferguson haya sido, a lo largo de su vida, alguien ajeno a las polémicas. No es solo que fuese la primera royal, incluso antes del famoso En la sombra del príncipe Harry, en escribir un libro sobre los entresijos de Buckingham Palace y La Firma —aunque también es cierto que ello no fue óbice para que la familia real británica siguiese acogiéndola bajo el brazo y no dejase de participar en actos y eventos— sino que su propio divorcio del príncipe Andrés, duque de York, acaparó portadas y ríos de tinta por el escándalo de sus pies.
Todo ocurrió en 1992. Aquel enero, y después de varios rumores sobre cómo el matrimonio ya no congeniaba, los duques anunciaron su separación. Era el paso lógico, habida cuenta de que el hijo pequeño de Isabel II estaba continuamente de viaje —sobre el destino hablaremos más tarde— y ella aprovechaba para dejarse ver en compañía de otros hombres, como por ejemplo el millonario de Texas Steve Wyatt. Fue, sin embargo, agosto el mes en el que su nueva etapa de desenfreno más asombro provocó.
De sus vacaciones en Francia, el Daily Mirror sacó en portada unas fotografías en las que la duquesa, en toples, tomaba el sol mientras un economista y financiero neoyorquino, John Bryan, le chupaba los pies. Ello provocó su escarnio público y que la reina optase porque Sarah Ferguson pasara a un segundo plano hasta su divorcio definitivo, en 1996.
De aquella polémica se ha escrito mucho, especialmente sobre cómo se juzgó a una mujer soltera por hacer con su vida lo que quisiera. Y de ahí la fama de Fergie, como se la conoce, de ser una mujer libre dentro de una institución como la monarquía inglesa. Sin embargo, los susodichos viajes de su entonces marido eran, entre otros, para ver a Jeffrey Epstein, y aquella amistad ha vuelto ahora, descubriéndose igualmente una relación cercana entre Sarah y el magnate y pederasta que ha tenido consecuencias inmediatas.
«Imagino que, por lo que te habrán dicho o habrás leído, tienes que sentir como que te he decepcionado terriblemente y de veras que debo pedirte perdón por eso. Tú siempre has sido un increíble amigo fiel y generoso y para mí y mi familia. Y, como supondrás, no dije, cien por cien que no, la palabra con P [pedófilo] sobre ti pero entiendo que se tergiversara y divulgara que sí lo hice». Estas son las palabras de un correo electrónico que Ferguson le envió a Epstein en abril de 2011 y que han vuelto a salir a la luz gracias a The Sun y Mail on Sunday.
En él también se expone cómo Sarah Ferguson le recuerda al magnate su «carrera como autora de libros infantiles y filántropa infantil» como excusa para que entienda por qué reniega de él. «Me aconsejaron que no tuviera nada que ver contigo y que no te hablara ni te escribiese. Porque, si lo hacía, te causaría más problemas a ti, al duque y a mí misma. Estaba devastada, perdida. Por favor, compréndelo. No quería hacerle daño a Andrés otra vez. Me podía el miedo. Lo siento», escribió.
La entrevista de la que, dice, se divulgó «la palabra con P», la había concedido Fergie en marzo de aquel año a Evening Standard y, en ella, le preguntaron por los 17.206 euros que había aceptado del banquero. «Aborrezco la pedofilia y cualquier abuso sexual infantil. Y ahora sé que fue un gigantesco error de juicio por mi parte. Estoy tan arrepentida que no puedo expresarlo con palabras. En cuanto pueda devuelvo el dinero. Y no voy a tener nada que ver con Jeffrey Epstein nunca más», respondió entonces tras saberse que el préstamo había sido para paliar ciertas dificultades económicas que estaba atravesando.
Consecuencias inmediatas
«Tras la información compartida este fin de semana sobre la correspondencia de la duquesa de York con Jeffrey Epstein, Julia’s House ha tomado la decisión de que no sería apropiado que ella continuara como patrona de la organización benéfica. Hemos comunicado esta decisión a la duquesa de York y le agradecemos su apoyo en el pasado», explicaba esta organización infantil con sede en Corfe Mullen, en Dorset, nada más conocerse la noticia.
Era la primera de las ONG que han anunciado sin parar estos días que prescindían de la duquesa como madrina. La siguiente era The Natasha Allergy Research Foundation, creada para la investigación de las alergias alimenticias, que hacía hincapié en cómo Fergie no había «participado activamente desde hace años» en el funcionamiento de la organización.
A continuación, Prevent Breast Cancer, de la que era madrina desde octubre de 2024, precisamente desde su propio diagnóstico de cáncer de mama en junio de 2023, a la que seguía Teenage Cancer Trust, que ayuda a los pacientes de cánceres en la adolescencia y a sus familias, y que colaboraba con Ferguson desde hacía 35 años. Por último, la Children’s Literacy Charity y la British Heart Foundation igualmente han prescindido de la duquesa como madrina.
Sus últimas fotografías
El problema para la actual familia real y, en especial, para Carlos III de Inglaterra, no es tanto la mala imagen de Sarah Ferguson, que acaso entronca más con la de por sí deteriorada popularidad de su hermano, el príncipe Andrés, sino Tom Parker Bowles. Porque, de una forma algo insospechada, todo esto ha visto la luz apenas unas horas después de una fiesta en Londres en la que el hijo de la reina Camilla y Sarah Ferguson estuvieran charlando animadamente y posando para los fotógrafos.
En el encuentro había otras celebrities, como Madonna o Kate Moss, pero las imágenes más recientes de Fergie son con el hijo de la reina consorte, por lo que desde Buckingham Palace ya trabajan para que la última polémica de alguien que perdió su título de Alteza Real en 1996 no les salpique más.