Publicado: septiembre 15, 2025, 8:00 am
Donald Trump se ha puesto de nuevo exigente con los aliados occidentales frente a Rusia, sobre todo con el foco puesto en la Unión Europea y la OTAN, quienes cree el presidente de Estados Unidos que no están haciendo lo necesario para parar a Vladimir Putin en Ucrania. «No están haciendo su trabajo. La OTAN tiene que unirse. Europa tiene que unirse. Miren, Europa es mi amiga, pero están comprando petróleo a Rusia. No puede esperarse que nosotros, ya saben, mientras Europa compra petróleo ruso a toda máquina», sostuvo el inquilino de la Casa Blanca, que pide a Europa que deje de comprar crudo al Kremlin.
«Las sanciones que han aplicado no son lo suficientemente duras», aseguró Trump, quien dijo que está dispuesto a hacer su parte «del trabajo» siempre y cuando la UE y la Alianza Atlántica hagan el suyo. «Estoy dispuesto a dar un paso adelante, pero ellos también tienen que hacerlo», avisó.
Con todo, Trump parece asumir que la situación con Rusia va a seguir siendo tensa durante mucho tiempo, sobre todo después de las incursiones del Kremlin -presuntamente- en el espacio aéreo europeo con ataques con drones sobre Polonia y Rumanía. «Estoy dispuesto a imponer sanciones a Rusia, pero ellos tendrán que endurecer las suyas para estar a la altura de lo que yo haga«, expuso, en otro mensaje a los aliados europeos en un momento de máxima tensión en el que la UE sigue negociando el decimonovenos paquete de medidas.
«Creo que lo harán, pero ahora están hablando, pero no haciendo. Están comprando petróleo a Rusia. Nosotros no compramos petróleo a Rusia. Ellos compran mucho petróleo a Rusia. Así no va la cosa», incidió, y reclamó que las compras europeas a Moscú que se reduzcan a cero lo antes posible.
Asimismo, ha cerrado casi la puerta a la posibilidad de una negociación entre Vladimir Putin y Volodimir Zelenski a corto plazo. «Son incapaces de hablar el uno con el otro», reconoció, por lo que no habrá una mesa de negociaciones con ambos, algo que no se consiguió avanzar en la cumbre de agosto en Alaska entre Trump y el propio Putin. «Se odian tanto que no pueden ni hablar», concluyó el presidente estadounidense.