Publicado: agosto 20, 2025, 6:12 pm
El 20 de mayo pasado, de manera fortuita, se encontraron los restos óseos de Diego Fernández Lima, un joven de 16 años que estaba desaparecido desde el 26 de julio de 1984. El hallazgo se produjo mientras obreros trabajaban en un lote de la avenida Congreso 3748, en Coghlan.
Estas 151 piezas óseas, junto con otros elementos, estaban enterradas en el fondo de la casa lindera, en avenida Congreso 3742, donde desde 1974 vive la familia Graf.
Desde entonces comenzó una investigación que quedó a cargo del fiscal Martín López Perrando con un único objetivo: conocer la causa de muerte.
Este miércoles el caso sumó un nuevo capítulo. El juez nacional en lo criminal y correccional Alejandro Litvack le pidió más precisiones al representante del Ministerio Público Fiscal sobre la imputación que le endilga al sospechoso, Norberto Cristian Graf, excompañero de la escuela secundaria de la víctima y quien todavía vive en la propiedad donde fueron encontrados los huesos.
Más precisiones sobre Graf
La semana pasada, el fiscal Martín López Perrando, a cargo de la investigación, imputó a Graf, de 58 años, de los delitos de encubrimiento agravado y “supresión de evidencia” y pidió que sea citado a prestar declaración indagatoria.
“El magistrado no resolvió sobre la cuestión de fondo, es decir, el pedido para indagar a Graf. Le devolvió el dictamen al fiscal y le pidió más precisiones sobre la conducta y el delito que le endilga al sospechoso”, explicaron a LA NACION fuentes judiciales.
Qué dijo el juez Litvack
En su resolución, el juez Litvack sostuvo: “No hay en el dictamen una concreta imputación bajo la cual intimar debidamente al acusado. A efectos de no vulnerar la garantía del debido proceso y de evitar posibles futuras nulidades que pudieran entorpecer el avance correcto de este proceso, es que previo a expedirme en los términos solicitados, devolveré el sumario a la fiscalía con el fin de que aclare los términos de su imputación, por lo que he de remitir el presente legajo de acuerdo a la delegación oportunamente ordenada a tenor del artículo 196 del Código Procesal Penal de la Nación”.
La opinión del fiscal
Para el fiscal, Graf “buscó silenciar el crimen de Diego Fernández” y “practicó diversas maniobras tendientes a encubrir la averiguación de la verdad”.
En su dictamen, López Perrando había explicado que pudo acreditarse que “efectivamente” la víctima fue asesinada y su cuerpo fue ocultado en el interior de la propiedad que “habitó y habita” Graf. El fiscal sostuvo que “no fue posible determinar fehacientemente la autoría del homicidio”.
¿Cuál era el vínculo entre Lima y Graf?
A partir de la reconstrucción del fiscal López Perrando, Fernández Lima y Graf no eran amigos cercanos, pero compartían una pasión por las motos. Fueron compañeros hasta segundo año en la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N°36 Almirante Guillermo Brown, en Villa Ortúzar.
El 26 de julio de 1984, Fernández Lima desapareció. Le dijo a su madre, Bernabella Lima, que iba a la casa de un compañero y luego a un taller de la escuela. Un conocido lo vio por última vez en la esquina de Monroe y Naón, a cinco cuadras de la casa de la familia Graf.
Un detective judicial explicó: “Por los indicios que tenemos, creemos que el 26 de julio de 1984, Fernández Lima fue por su propia voluntad a la casa de la familia Graf. Pasó algo que terminó con el homicidio del joven”.
Cómo fue el análisis de los restos óseos
Analía Simonetto, coordinadora del laboratorio del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) visitó los estudios de LN+ para explicar cómo fue el reconocimiento de los restos óseos de Diego Fernández Lima, el joven asesinado en Coghlan hace 41 años. “Desde el hallazgo de los huesos hasta la confirmación de su identidad tardamos un mes. Las muestras fueron contundentes”, aseguró.
“Nuestro trabajo consistió en delimitar el lugar posible de inhumación, descartar que no hubiese una segunda persona y recolectar todo tipo de información, artefactos o huesos que pudieran brindar datos a la causa”, agregó.
Luego de las imágenes y los huesos, llegó el momento del cotejo genético. “Un sobrino de Diego se puso en contacto con el EAAF y nosotros le dijimos que vayan a la Fiscalía. Una vez que la familia radicó la denuncia, Javier, uno de los hermanos de Diego, nos autorizó a que le saquemos una muestra de sangre a su madre”, relató la antropóloga forense.
“Con ese análisis genético obtendríamos el sexo y la edad de la víctima. Desde el laboratorio rápidamente nos dijeron que entre las muestras óseas y de sangre había un match, y pudimos confirmar que se trataba de Diego Fernández Lima», concluyó Simonetto.
La obsesión por un árbol
En un intercambio con LN+ Rolando Medina Rodas, quien ya declaró ante la fiscalía y se encargó de la demolición y excavación de la medianera en la obra ubicada en la avenida Congreso 3748 donde se encontraron los huesos de Fernández Lima, profundizó en las exigencias del principal sospechoso a los albañiles durante el trabajo allí.
“Hay muchas cosas que no cierran: yo tenía prohibido tocar y arrancar un arbolito que estaba en la medianera. Primero me lo pidieron de la constructora, pero el día que estaba haciendo la demarcación para la medianera es cuando sale (Cristian Graf) a recalcar el tema del arbolito. Estaba muy cerca de donde estaban los restos. Era imposible esquivar el arbolito porque estaba justo en la línea de la medianera”.
“Nunca lo vi en el fondo durante la demolición. A mí me llama la atención ahora porque cuando empezamos a hacer la preparación de la excavación de la medianera es cuando él se acerca, aparece y ronda el patio. Ahí es cuando estaba mirando todo. Lo noté inquieto, dando vueltas”, concluyó.
La obra, paralizada
En alusión al estado de la obra, paralizada desde el hallazgo de los huesos, Rodas afirmó que debe volver a Congreso al 3700 para continuar con la excavación de la base del edificio. “Yo saqué la máquina, mi herramienta de trabajo. Pero hay que seguir excavando”.
Por último, envió un mensaje a los Fernández Lima: “Ojala que todo esto ayude a la familia y que, por lo menos, puedan despedir a su hijo”.
“No puede haber especulaciones”
Martín Díaz, defensor de Cristian Graf, aprovechó su visita a los estudios de LN+ para recalcar la inocencia de su representado y minimizar su presunta actitud encubridora el día del hallazgo de los restos óseos.
El letrado aseguró que la imputación de “encubrimiento agravado” y “supresión de evidencia” contra el sospechoso por parte del fiscal Perrando, quien fundó su acusación en los testimonios de los albañiles, está basada en la figura penal llamada testigos de oídas -personas que declaran sobre hechos que presenciaron directamente y conocen del testimonio de otra-.
“El juez tiene que tener una convicción firme, basada en elementos probatorios sólidos: no puede estar basada en especulaciones”, enfatizó.
Ingrid Graf y su explicación
Ya había empezado a oscurecer. Eran las 18hs del 20 de mayo pasado. Mientras los peritos de la Unidad Criminalística Móvil (UCM) terminaban de levantar las 151 piezas óseas, el personal de la Comisaría Vecinal 12C que había llegado a la avenida Congreso al 3748, en Coghlan, tras una llamada al número de emergencias 911, se entrevistó con una de las personas que estaba en la propiedad lindera. “Tiempo atrás, en el lugar había una iglesia llamada Santa María”, dijo una mujer llamada Ingrid Graf.
Así consta en el parte que los uniformados labraron con las incidencias ocurridas en el lugar del hallazgo, informaron a LA NACION calificadas fuentes al tanto de la actuación policial.