Publicado: julio 15, 2025, 2:08 pm
En un contexto muy adverso en materia de rating, eltrece preparó una noche de lunes con dos estrenos muy importantes. La intención es repuntar el promedio de encendido en el prime time y competirle de igual a igual a Telefe y a La Voz Argentina, un verdadero imbatible de la pantalla chica. En el menú propuesto por el canal, Guido Kaczka y Mario Pergolini son los platos principales. El primero en debutar fue Kaczka con Buenas noches familia, que arrancó a las 21.
Con notable entusiasmo por parte del conductor, la emisión comenzó con él desde exteriores, saludando a los numerosos participantes que se encontraban allí, acompañados de sus perros. Y es que los juegos con dichas mascotas siempre fueron muy rendidores en el pasado, motivo por el que ahora son una apuesta inmejorable para construir un inicio sólido.
En el primer segmento del show, Kaczka presentó a Pandy, un perro en adopción que en el transcurso de la noche, encontraría una nueva familia. Luego llegó el momento de mostrar el primer juego, en el que los perros concursantes debían atravesar distintas zonas, y según si hacían pis o caca (una idea rara para el horario de la cena), el premio oscilaba entre los $100.000 o $1.000.000. Por supuesto, esta propuesta no tardó en generar polémica en las redes.
A continuación fue el turno del Gong, un juego en el que los participantes debían golpear un tambor coincidiendo con el sonido de un gong en la canción “I Will Always Love You”, interpretada por Whitney Houston. En caso de que el concursante golpeara en sincronía con el ritmo de la canción, el premio sería de 100.000 pesos y si bien el juego parecía simple, la mayoría de los que se animaron a probar suerte, no pudieron golpear al unísono de la melodía.
En el tercer tramo de una emisión en la que no hubo pausas comerciales, Kaczka presentó “La puerta de la piña”. Esta vez la prueba consistía en golpear una bolsa de boxeo tipo gota y un contador medía la fuerza del golpe. Aquí el conductor recibió al gran invitado de la noche, el actor Nico Vázquez, que aprovechando su protagónico en la obra de teatro Rocky, está muy sumergido en la temática del boxeo. Vázquez y Kaczka recibieron a los distintos jugadores que golpearon la bolsa, con la intención de romper el récord de la noche.
El último juego de la velada fue “El portal de la edad”, que según explicó el conductor tiene la siguiente consigna: “Yo tengo una edad en el DNI, pero tengo otra edad aparente. El que tenga más diferencia entre ambas edades, es el que gana”. Una vez más entraron los participantes que, documento en mano, intentaron demostrar la diferencia entre la edad real y la que simulaban en persona. Una vez finalizado dicho segmento, el programa cerró con la adopción de Pandy, el perrito presentado en el inicio de la emisión, que estaba en búsqueda de una familia con quien vivir.
Poco después de las 22:30, llegó a su conclusión la emisión debut de Buenas noches familia, con un rating promedio de 7,1, una marca notable y muy buena noticia para el canal.
Una apuesta por lo seguro
A lo largo de la hora y media que duró Buenas noches familia, Guido Kaczka no solo condujo varios juegos, sino que también adelantó otros tantos (“El portal de los parecidos”, el de los “abdominales”, el de “las piernas largas”, etc). De esta manera la apuesta es segura, e incluye un conductor versátil, y un variado menú de juegos que le brinden dinamismo al ciclo. No se trata de un formato rígido (como es el caso de La Voz…) ni de un anfitrión que juegue en exceso a robarle protagonismo a las consignas, sino de una mezcla de esos elementos, que dé por resultado un programa elástico que se apoye en el carisma del conductor, y en la variedad de las pruebas.
La principal virtud de este conductor es su capacidad de improvisar con los participantes, construir una complicidad que se expanda sin reconocer límites. Kaczka es empático de una forma que por momentos remite a Marcelo Tinelli (esa capacidad de pausar las estructuras televisivas para hablarle directo al público), cargándose él solo una estructura pesada como la que representa un programa en vivo. Y de ese modo, el conductor camufla los límites de lo permitido y va un paso más allá, improvisando y permitiéndose jugar -valga la redundancia- con los jugadores que con mayor o menor timidez, se animan a aparecer en tele durante unos segundos.
Una crítica negativa apuntaría contra la comodidad del formato, contra Kaczka anclándose en una zona de confort que no le representa ningún tipo de riesgo ni a él, ni al canal. Apostar sobre seguro, a la vista de resultados que no serán descollantes, pero sí satisfactorios.
Buenas noches familia no es asumir un riesgo, sino jugar de forma moderada en la apuesta por establecer un rating sólido, que pueda sostenerse en el tiempo. En una televisión caótica en la que ya no hay fórmulas infalibles, los riesgos son un lujo que pocos desean correr. Y en ese camino es Kaczka y eltrece van a lo seguro más que al cambio.