Publicado: marzo 27, 2025, 8:51 am
Los abuelos maternos y dos tíos de Emile, el niño de dos años muerto en 2023 en el sureste de Francia, han sido puestos en libertad sin cargos la madrugada de este jueves tras dos días de detención y varios interrogatorios.
«La detención de mi clienta va a ser retirada», ha anunciado el abogado de la abuela, Julien Pinelli, a los periodistas congregados a las puertas de la sede de la Gendarmería de Marsella, donde estaban detenidos los cuatro familiares.
La puesta en libertad llega tras largos interrogatorios individuales (un total de 17 horas en el caso de la abuela) y con los cuatro familiares mantenidos siempre separados para evitar que hablaran entre sí, ha detallado Pinelli.
«Han sido 48 horas largas y difíciles» para la abuela, ha añadido el letrado, quien cuenta que el anuncio de la puesta en libertad ha supuesto «un inmenso alivio» para su defendida.
El fiscal de Aix-en-Provence tiene previsto ofrecer una conferencia de prensa a mediodía para detallar la marcha de la investigación por homicidio voluntario y ocultación de cadáver.
Los abuelos maternos, un tío y una tía del pequeño Émile Soleil habían sido detenidos en la madrugada del martes en una operación sorpresa de las autoridades en la gran casa familiar de la localidad de La Bouillaidisse.
Esas detenciones tuvieron lugar 20 meses después de que Émile Soleil desapareciese el 8 de julio de 2023 de la segunda residencia de sus abuelos en Haut Vernet (sureste), un pequeño pueblo de montaña en las estribaciones de los Alpes.
Las autoridades lanzaron una gran dispositivo de búsqueda sin resultados, en un caso muy mediatizado en el que no hubo novedades hasta que a finales de marzo de 2024 una excursionista encontró fortuitamente un pequeño cráneo y algunos dientes que correspondían al pequeño.
Este hallazgo dio un vuelco al caso, pues los investigadores creían, en un primer momento, que Émile podría haber caído en algún lugar de la aldea de manera accidental o que se hubiese perdido por los bosques colindantes y fallecido por causas naturales.
Sin embargo, al mismo tiempo, había crecientes dudas acerca de cómo un niño de dos años y medio podía haber recorrido esa distancia, unos dos kilómetros y en una zona de montaña con un importante desnivel.
La investigación dio un nuevo paso cuando, por sorpresa, una quincena de agentes llegó de madrugada al pueblo el pasado día 14 para vaciar de tierra una jardinera situada delante de la iglesia y rociarla con un producto que detecta trazas de sangre. Esa actuación se originó tras una carta anónima recibida en febrero por las autoridades.