Publicado: marzo 18, 2025, 2:52 pm
Donald Trump quiere controlar Groenlandia y Ursula von der Leyen le ha respondido este martes precisamente desde Dinamarca, que es el país que de facto controla la isla ahora mismo. «A todo el pueblo de Groenlandia, y de Dinamarca en su conjunto, quiero ser clara; Europa siempre defenderá la soberanía y la integridad territorial«, comentó la presidenta de la Comisión Europea. Hace semanas ya marcó esa línea la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, quien recalcó que Groenlandia «no está en venta» y que su futuro «solo lo pueden decidir los ciudadanos» de la isla.
Y es que Trump no descartó este martes recurrir a la coerción económica o militar para hacerse con el control del territorio, el cual considera «clave para la seguridad» estadounidense.
Con todo, queda la duda de qué pasaría si EEUU atacase Groenlandia con su Ejército. ¿Qué haría la UE? En principio, no podría recurrir al artículo 42.7 del Tratado, que obliga a asistir militarmente a un socio del bloque, en este caso Dinamarca, porque en realidad Groenlandia no forma parte de la Unión. Eso sí, se podría actuar con otras medidas como sanciones o aranceles, según apuntan algunos expertos consultados por 20minutos.
Estos planes de Trump sobre la isla no son nuevos, pues ya avisó en 2019 y 2021 de que eran una opción: de hecho, Groenlandia es un punto clave para el futuro geopolítico, y ya tiene presencia no solo de la UE o de EEUU, sino también de China. El Ártico es el futuro. Groenlandia cuenta con uno de los mayores depósitos de tierras raras del mundo. Estas son imprescindibles en la producción de las baterías de coches eléctricos, ordenadores, pantallas, televisiones o teléfonos móviles. Es decir, un sector capital al fin y al cabo.
Desde hace tres años la Unión ya cuenta con una estrategia para la zona, y se basa en tres puntos. El primero es contribuir al diálogo pacífico y constructivo y a la cooperación internacional, con el fin de que el Ártico siga siendo seguro y estable, planteando cuestiones relacionadas con el Ártico en sus contactos exteriores, intensificando la cooperación regional y manteniéndose alerta frente a los nuevos retos en materia de seguridad.
Y por último Bruselas se compromete a apoyar un desarrollo global, inclusivo y sostenible de las regiones árticas para beneficio de sus actuales habitantes y de las generaciones futuras, atendiendo especialmente a las necesidades de los pueblos autóctonos, las mujeres y los jóvenes, e invirtiendo en empleos orientados al futuro, en particular en la economía azul, tal como se recoge en la Comunicación de la Comisión Europea.