Publicado: marzo 10, 2025, 8:52 am
El último gesto de amor de Carlos III de Inglaterra a su esposa, la reina Camila, puede parecer más el capricho de alguien pudiente que una compra hecha con cabeza y sopesando pros y contras. Pero entraña mucho más que simplemente adquirir la casa lindante con Ray Mill House, la vivienda que la reina consorte considera su refugio. De hecho, se trata de una inversión para proteger de alguna forma que esa casa siga siendo un lugar de paz y tranquilidad para su amada cuando ella lo requiera.
Según explican desde el periódico británico Daily Mail, el monarca había notado desde principios de año bastante intranquila a Camila. La razón, según añaden, es que existía la posibilidad de una crisis de seguridad en Ray Mill, una propiedad en el condado de Wiltshire, al suroeste de Reino Unido —en el que se encuentran, por ejemplo, los famosos restos arqueológicos de Stonehenge— que la reina consorte adquirió en 1995 tras su divorcio de Andrew Parker.
Para ella se convirtió en un lugar tan apacible y donde encontraba tanto sosiego, pudiendo alejarse de todo el ruido mediático y de las críticas de su noviazgo con el entonces príncipe de Gales —que llegaban tras el fallecimiento de Lady Di y los rumores de infidelidades durante aquel matrimonio—, que no cesaron una vez se casó con él e incluso cuando este accedió al trono tras la muerte de Isabel II. También entonces se negó a desprenderse de dicha casa, puesto que le ha continuado sirviendo para desconectar algunas temporadas de sus compromisos oficiales como miembro activo de la familia real británica.
Aun así, esa negativa a vender Ray Mill House conllevó una pequeña polémica, dado que significaba que la casa real tendría que hacerse cargo del mantenimiento de otra vivienda más, que además muchos consideraban del todo innecesaria, sobre todo porque se encuentra a tan solo 15 minutos de Highgrove House, perteneciente a Carlos III. De hecho, este dato ha vuelto a ser sacado a colación en redes sociales tras la noticia del Daily Mail.
Pero la reina consorte se ha mantenido firme en su idea de seguir pudiendo disfrutar de ella cuando lo precisase, dado que el cariño que le había cogido tras haber sido el lugar en el que encontró el remanso de paz necesario para obtener su independencia después de su divorcio y posterior tiempo como duquesa de Cornualles.
De ahí que viviese con «gran ansiedad», como puntualizan desde el tabloide, la noticia de que The Old Mill, la vivienda vecina, iba a ser adquirida por un tercero para la celebración de eventos matrimoniales y alquiler de períodos vacacionales cortos, lo que rompía completamente la armonía de la zona y obligaba a la casa real a diversos despliegues de seguridad cada vez que la reina consorte quisiera refugiarse allí. No por nada, según sus amistades, apostilla el citado medio, Camila «puede ser ella misma» cuando está en Ray Mill House.
Por ello, el soberano ha decidido compararla por tres millones de libras, que al cambio suponen algo más de 3,5 millones de euros. Un montante que no solo consigue evitar así un desembolso mayor en el futuro, con cientos de invitados cada fin de semana o con familias disfrutando de sus vacaciones pero no por ello evitando que se llevasen a cabo los pertinentes protocolos de seguridad, sino que sobre todo satisface las previsiones de los antiguos dueños.
Este no era otro que el promotor inmobiliario Phil Clayton. Este compró The Old Mill —literalmente, El Antiguo Molino, dado que existe esta edificación desde la época de la conquista normanda— hace siete años. Situada muy cerca de la localidad de Lacock, conocida por haberse rodado escenas de Orgullo y prejuicio o Harry Potter, su visión de negocios ya le había provocado algún que otro problema con los vecinos, dado que no cesó de invertir en obras para revalorizar la vivienda. Desde el periódico ejemplifican esto con una de las más polémicas, cuando Clayton quiso convertir el antiguo garaje en un apartamento vacacional llamado Pear Tree Loft, el cual alquilaba a través de plataformas como Airbnb.
Según una fuente de Buckingham Palace ha explicado, la compra tuvo lugar el pasado febrero, así como que el acuerdo no es sino «una solución pragmática», pues funciona a la vez tanto de «una inversión financiera sólida» como «una forma de mantener la privacidad, protección y el continuo disfrute de su majestad de su querido hogar sin utilizar fondos públicos».
Aunque no vive en ella desde 2003, no por nada fue el lugar al que se retiró Camila en 2022 tras la muerte y funeral de Isabel II, dado que era consciente de que le llegaba el momento de dar un paso al frente, así como acude siempre que no ha de estar en alguna de las residencias oficiales, ya que le encanta el estilo italiano con el que fue construida, que le da mucho espacio a los jardines y a los huertos, así como también puede pasear con los caballos y los perros o disfrutar de sus nietos en la piscina.
De hecho, ya se ha sabido que Camila ha superado tras la noticia la ansiedad que tenía y que ahora respira «agradecida y aliviada», máxime si se tiene en cuenta «todo el estrés y la angustia» por los que pasó en 2024, no solo por el cáncer que le detectaron al rey, sino también porque Kate Middleton también sufriese la misma enfermedad, lo que de hecho tuvo como consecuencia, dado que el príncipe Guillermo decidió pasar tiempo con su familia, que ella hubo de dar un paso al frente y convertirse en uno de los rostros más activos de La Firma.