Las palabras de Donald Trump de este martes en las que aseguraba que quiere tomar el control de Gaza y convertirla en «la Riviera de Oriente Próximo» no han caído en saco roto. Ante el estupor de toda la comunidad intencional, con excepción de Israel y el silencio, la Casa Blanca no ha dudado en salir al paso para matizar un plan que desde la Organización de Naciones Unidas (ONU) han calificado de «limpieza étnica».
«Lo único que ha hecho el presidente Trump, muy generosamente, es ofrecer la voluntad de Estados Unidos de intervenir Gaza y limpiar los escombros, toda la destrucción que hay en el terreno y las municiones sin explotar, para que luego la gente pueda regresar«, aseveraba a última hora de este miércoles el secretario de Estado, Marco Rubio, durante una rueda de prensa conjunta con con el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo durante su visita al país, y de la que se han hecho eco medios estadounidenses como The Guardian.
Según el portavoz de la Casa Blanca, el nuevo presidente estadounidense lo que quiere es reconstruir la zona, en la que se acumulan 42 millones de toneladas de escombros tras quince meses de guerra, y devolver el espacio a los dos millones de gazatíes, que tendrán que mudarse «temporalmente» mientras se produce la reconstrucción y que podrían ser reubicados en países vecinos. Rubio, además, no dudaba en hacer suyas las palabras del magnate en las que aseguraba que Gaza es «similar a un desastre natural» donde la gente no puede vivir.
Las palabras de Rubio, que llegan después de cientos de críticas a la Administración Trump, difieren mucho de las declaraciones hechas por el presidente tras su encuentro este martes con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. «No quiero ser un gracioso ni un listillo, pero la Riviera de Oriente Medio… esto podría ser tan magnífico«, dijo el líder estadounidense durante el encuentro. Trump también hizo hincapié en que está listo para liderar y hacer que Gaza vuelva a ser hermosa e incluso se mostró entusiasmado por una idea que, según él, le «ha encantado» a todo el mundo. Durante su comparecencia antes los periodistas, el magante no dudó en señalar que contempla una «posición de propiedad a largo plazo» sobre la Franja de Gaza.
«Estrictamente prohibida
Ante la idea de ocupar Gaza, han sido muchos los que no han dudado en salir a defender el territorio palestinos. El secretario general de la ONU, António Guterres, no dudaba en señalar que el plan del líder de EEUU deriva en «una limpieza étnica». Desde la organización, además, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, recordaba a Trump que «toda deportación o transferencia forzada de personas sin base legal está estrictamente prohibida«.
«El derecho internacional es muy claro, la autodeterminación es un principio fundamental y debe ser protegida por todos los Estados, como la Corte Internacional de Justicia ha subrayado recientemente», señalaba Türk en un mensaje por escrito a la agencia Efe. No solo alzaba la voz la ONU. Los primeros en rechazar la propuesta fueron los miembros del grupo islamista Hamás, que controla la Franja, y que tachaban la propuesta de racista. «Pretende liquidar la causa palestina. Es un crimen contra la humanidad y consolida la ley de la selva a nivel internacional», sostenía el miembro del buró político del grupo, Basem Naim.
Por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, lanzaba un mensaje en el que dejaba claro que Palestina no permitirá «que los derechos del pueblo palestino, por los que se lleva luchando décadas, sean violados«. En esta misma línea se han expresado algunos de sus más cercanos socios, como Arabia Saudí, Egipto o Jordania.
Desde Europa, por su parte, miembros del Gobierno de España, Francia o Reino Unido también condenaban la propuesta de Trump. «Gaza es la tierra de los palestinos gazatíes, deben seguir en Gaza porque es parte del futuro Estado palestino por el que España apuesta», sentenciaba el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Para Francia, por su parte, cualquier «desplazamiento forzoso» de los palestinos de Gaza se trataría de una «violación grave» del derecho internacional, mientras que el líder británico Keir Starmer consideró que lo mejor es permitir a los gazatíes regresar a sus casas. «Deberíamos estar con ellos en la reconstrucción en el camino hacia una solución de dos Estados», afirmaba.
A última hora de este miércoles, además, Netanyahu se reunió con el secretario de Defensa estadounidense Pete Hegseth, que anunciaba en público que Israel ya ha recibido municiones útiles para «erradicar enemigos radicales» y que seguirá haciéndolo. «Hemos suministrado municiones que antes no se suministraban. Son útiles para erradicar a los enemigos radicales y estamos comprometidos a seguir haciéndolo», confirmó.