Una cámara de seguridad instalada en una vivienda de la Isla del Príncipe Eduardo, Canadá, capturó en julio de 2024 a un meteorito impactando en el suelo, siendo la primera vez se logra sonido e imagen del choque de este cuerpo celeste, según ha informado esta semana en un comunicado la Universidad de Alberta.
Laura Kelly y su pareja, Joe Velaidum, no imaginaban aquel día que su rutina diaria incluiría un evento astronómico. Apenas minutos después de que Joe saliera de casa para pasear a los perros, un meteorito atravesó el cielo y aterrizó en la entrada de su vivienda en Marshfield, dejando una pequeña hendidura.
Al regresar de su paseo, Laura y Joe encontraron un patrón de polvo gris en el suelo y lo limpiaron sin percatarse de la magnitud del evento. Fue solo después de revisar las grabaciones de la cámara de seguridad que comprendieron lo sucedido: la imagen mostraba una roca cayendo del cielo. «Probablemente me habría partido por la mitad si hubiese estado allí», ha comentado Joe.
This is the 1st time the sound of a meteorite impact has been heard! Sound up. From Prince Edward Island, Canada.https://t.co/OuE7Q3jlfb pic.twitter.com/B8Ie0fjr6E
— Dr Dan Jones (@Hookean1) January 15, 2025
El padre de Laura, que escuchó el impacto desde su casa cercana, sugirió que podría tratarse de un meteorito y los animó a contactar con el Sistema de Notificación de Meteoritos de la Universidad de Alberta. Así, la pareja recuperó fragmentos de la roca y se pusieron en contacto con Chris Herd, geólogo y profesor en la Universidad de Alberta,
Herd examinó las imágenes de los fragmentos y confirmó que se trataba de una condrita ordinaria, el tipo más común de meteorito que impacta en la Tierra. No obstante, si bien es habitual, tiene características únicas en su composición, lo que la convierte en un objeto de alto interés científico.
El experto tenía planeado un viaje familiar a la Isla del Príncipe Eduardo días después del evento, por lo que aprovechó la oportunidad para visitar el lugar del impacto y documentar los fragmentos. Con la ayuda de Laura, Joe y su familia, midió la abolladura de 2×2 cm en la pasarela y recuperó parte de los restos para integrarlos a la Colección de Meteoritos de la Universidad de Alberta, la más grande del país.
El análisis preliminar de la roca indicó que probablemente tenía el tamaño de un kiwi antes del impacto. Su composición y estructura explican por qué se fragmentó al chocar contra el suelo, dejando una explosión de polvo y pequeños pedazos dispersos en la zona.
«Por lo que sabemos, esta es la primera vez que se registra en vídeo con sonido la caída de un meteorito sobre la Tierra», ha destacado Herd. «Esto agrega una dimensión completamente nueva a la historia natural de la isla», ha añadido. Además, el científico ha señalado que eventos como este subrayan la necesidad de sistemas de monitoreo más avanzados que puedan detectar y registrar caídas de meteoritos con mayor precisión.