Cuidar la piel es esencial para la salud. Más allá del verano o una estación determinada, necesitamos realizar hábitos de cuidado todos los días del año. La rutina facial diaria debe seguir tres pasos básicos y fundamentales que son: higiene, hidratación y protección solar.
En estos meses de verano la piel del rostro requiere de cuidados especiales, necesitando un plus de hidratación y protección solar. Si no la cuidamos de forma adecuada, puede volverse áspera, seca, opaca y hasta llegar a descamarse.
Para la higiene diaria es importante usar productos adecuados a nuestro tipo de piel, de manera que eliminen la suciedad sin alterar o dañar la barrera protectora. Podemos encontrar una enorme variedad de limpiadores en el mercado: en gel, espuma, crema de limpieza, aceite de limpieza, agua micelar, entre otros.
Cuál elegir dependerá de nuestro tipo de piel, pero, en términos generales, si tenemos un tipo de piel grasa o mixta lo ideal es usar un gel o una espuma. Estos no son tan ideales en una piel seca donde podemos optar por una emulsión limpiadora o un agua micelar.
Siempre que exista alguna patología de piel es importante consultar con un profesional para elegir el producto de limpieza más adecuado.
El siguiente paso, la hidratación, es muy significativo para la salud de la piel en esta época del año (y siempre). También debemos elegir un producto de acuerdo a las características de nuestra piel. En esta estación, podríamos optar por un hidratante tipo emulsión, liviano y fluido.
Por último, la protección solar diaria es un paso fundamental y hay que realizarlo todos los días, sin excepción, y repetirlo cada dos o tres horas. El gran error que cometemos es aplicar protector solamente cuando vamos a la playa o piscina y nos exponemos directamente a tomar sol.
Recomendamos un protector solar de amplio espectro con una protección solar alta (FPS 50), y que presente una textura adecuada para tu tipo de piel. Elegir un fotoprotector inadecuado, con una textura que no sea cómoda, puede generarnos una aplicación insuficiente, escasa y no efectiva. Recuerden siempre la importancia de asesorarse con un profesional capacitado que ayude a elegir una rutina de cuidado diario efectiva y que cumpla con las características de nuestro tipo de piel.
¿Cómo debería ser nuestra rutina facial para un día de verano?
Lo ideal sería higienizar la piel en la mañana, luego aplicar un hidratante liviano y el protector solar. Recuerden en el día aplicar el protector solar cada dos o tres horas. Si notamos mucha sudoración o mojamos la piel en la playa o piscina debemos tener mayor precaución y aplicar el filtro solar inmediatamente. De noche será clave limpiar nuestra piel y aplicar hidratante.
¿Qué no puede faltar en nuestra rutina? Un limpiador facial, un hidratante, protector solar para rostro, cuerpo y labios. Además de gorro y lentes de sol para hacer una protección adecuada para la época.
Por Eugenia Posente