El Real Betis Balompié puso este jueves fin a una complicada primera fase de la Conference League con una victoria, por la mínima, ante el débil HJK Helsinki. Fue el solitario gol de Cardoso en la primera mitad el que certificó la clasificación al playoff de los verdiblancos, equipo que, en su dinámica habitual en esta competición, no goleó al flojo rival pese a su superioridad y al derroche de ocasiones que cayeron a su favor.
El Betis asumió el rol dominante desde el primer minuto, como era esperado y debía ser después de su titubeante camino en la tercera competición europea ante rivales sumamente inferiores.
Los suspiros llegaban encadenados de una grada deseosa de cantar goles en el asedio de los verdiblancos: Bakambu, Chimy, Diao, Abde, Cardoso… todos querían su gol para reivindicarse ante un equipo necesitado de una victoria y de un milagro para seguir vivo en la competición europea.
Veinte minutos necesitó el conjunto finés para probar a Adrián tras un mal pase de Ruibal interceptado por O’shaughnessy, autor del disparo bien atajado por el meta.
Quizás fue el aviso que necesitaba un Betis demasiado confiado en los partidos previos ante rivales de la misma categoría. En ese instante, la reacción llegó en forma de gol de Cardoso, que aprovechó un error grave en la salida de balón del rival para robar en la zona peligrosa, regatear al portero y remachar a placer tras tropezar ante un Bakambu que también llegaba listo para finalizar.
Se tomaron un respiro los béticos tras el gol, pero incluso a ralentí estuvieron cerca de ampliar la renta por medio de Chimy antes del descanso.
El Betis quería cerrar la liguilla por todo lo alto y el vendaval de fútbol arrancó tan pronto como lo hizo el segundo tiempo. Cedric Bakambu remató un pase de la muerte a bocajarro en una jugada bien atajada por Nijhuis. No llegó ahí el gol, pero al franco-congoleño le siguieron Abde y Diao con acercamientos peligrosos para mantener el peligro en la meta rival.
Trató de meter más ‘madera’ el entrenador chileno con los cambios de Jesús Rodríguez por Abde, Juanmi por Assane Diao —el más activo de cara a gol— y Vitor Roque por Bakambu. Pese a ello, parecía que el equipo local carecía de los recursos suficientes para dar la puntilla a un HJK Helsinki desfondado en una gran labor defensiva.
El primero en intentarlo sería Juanmi con un disparo desde la frontal frenado tras rebotar en las piernas de un defensor, balón que llegó botando y sin mordiente a las manos del meta rival.
Parecía que no había más partido en el Benito Villamarín. Los locales se conformaban y los rivales percibían imposibles la remontada, sensaciones que cambió de un plumazo, en el minuto 87, Antzulas con un derechazo al fondo de la portería de Adrián capaz de silenciar a toda la grada. No fue más que un susto, grande, pero un susto, el gol anulado finalmente por fuera de juego que no subió al marcador antes de que el pitido final decretara la victoria verdiblanca.