Cuando parecía que habíamos encontrado la panacea para reemplazar el consumo de azúcares refinados en nuestra dieta, gracias a la planta denominada estevia, aparece en escena un fruto que parece cumplir la misma función nutricional, con cero calorías, sin carbohidratos ni proteínas, y con un sabor afrutado más dulce.
Hablamos de la Fruta del monje, hasta doscientas veces más dulce que el azúcar de mesa, que no engorda, no provoca gases ni hinchazón, y que además se postula como una solución natural interesante para quienes no pueden o no quieren consumir azúcar blanco. Te contamos todo sobre este nuevo producto.
¿Qué es el edulcorante fruta del monje?
La Fruta del Monje se conoce también como fruto de Buda, y es una fruta pequeña y redonda que se cultiva en el sudeste asiático. Utilizada durante siglos en la medicina tradicional china, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) no la aprobó como edulcorante hasta hace 14 años.
Este sustituto del azúcar refinado se obtiene eliminando las semillas y la piel del fruto asiático, triturando después su carne para obtener un jugo, que es el que se seca para obtener un polvo dulce concentrado. Sin embargo, y aunque uno de los azúcares naturalmente presentes en la Fruta del monje es la fructosa, su gran poder endulzante no está ahí, sino en los antioxidantes que se ha descubierto que contiene.
Actualmente, la Fruta del Monje se considera un alimento seguro, sin efectos secundarios, perfecto para sustituir el azúcar y para todas aquellas personas que se encuentran en un proceso de pérdida de peso. Eso sí, no es fácil de encontrar y, una vez obtenido fresco, tarda muy poco tiempo en ponerse rancio. Por ello, en muchos lugares se comercializa en su versión seca, aunque su precio es más elevado precisamente por todas estas dificultades.
Beneficios de este nuevo endulzante natural
La Fruta del monje obtiene su dulzor de unos compuestos naturales llamados mogrósidos (compuestos químicos), aptos para las personas con diabetes según los expertos porque no eleva los niveles de azúcar en sangre. Además, este sustituto dulce es una opción a considerar en aquellas personas que quieren reducir su consumo de calorías e hidratos de carbono, puesto que no aporta ninguno de los dos.
Según apuntan todas las investigaciones recientes, el consumo de este ‘azúcar’ podría tener propiedades antiinflamatorias, por lo que se recomienda su ingesta para aliviar los dolores de garganta y reducir las flemas, al inhibir el crecimiento de bacterias. A este poder contra la inflamación contribuyen sus antioxidantes. Incluso, se ha llegado a hablar de la capacidad de este fruto para prevenir determinados tipos de cáncer, aunque aún está en fase de estudio.
Qué alergias puede producir la Fruta del monje
Las potenciales intolerancias o alergias a este fruto asiático son poco frecuentes, aunque existe cierto riesgo para aquellas personas a las que no les sienta bien la calabaza, puesto que este producto forma parte de la misma familia vegetal (cucurbitáceas).
Los síntomas que pueden darnos una pista respecto a una posible alergia, van desde urticaria o sarpullido, hasta aceleración del pulso, cierta sensación de mareo, vómitos y, en los casos más graves, dificultad para respirar.
A pesar de que los investigadores aseguran que aún se necesitan más estudios que avalen los efectos de la Fruta del monje a largo plazo, parece ser una buena opción para las personas con diabetes, y también para quienes desean eliminar el azúcar refinado de su alimentación.