Un reciente estudio internacional sobre el cáncer colorrectal en jóvenes ha generado debate en la comunidad científica, al revelar un aumento de casos en adultos menores de 50 años en varios países. En contraste, España no muestra esta tendencia. Aunque aún se están investigando las causas del incremento, los expertos señalan que factores como una dieta deficiente, el consumo de alimentos ultraprocesados, la obesidad y la falta de ejercicio podrían estar contribuyendo a este fenómeno. El estudio Prospect, liderado por expertos en Massachusetts y St. Louis (EE.UU.), está investigando el aumento de los casos de cáncer de colon en jóvenes a nivel mundial. Los datos publicados en la revista ‘ The Lancet Oncology ‘, ha visto que las tasas de cáncer de colon en jóvenes aumentaron en 27 de los 50 países estudiados entre 2007 y 2017. Según los investigadores de la American Cancer Society, responsables del análisis, el aumento de los cánceres de inicio temprano ya no está limitado a países occidentales de altos ingresos, sino que ahora es un «fenómeno global». Los países con los mayores incrementos anuales promedio incluye Chile (4%), Nueva Zelanda (4%), Puerto Rico (3,8%) e Inglaterra (3,6%). Además, el aumento en el cáncer colorrectal estuvo concentrado en el grupo de jóvenes (25-49 años) en 14 países de altos ingresos, como Australia, Canadá, Francia, Alemania, Inglaterra y EE.UU., así como en otros como Argentina, Israel y Puerto Rico. Por el contrario, las tasas de cáncer de colon en adultos mayores han permanecido estables o han disminuido en muchos países, gracias a la efectividad de los programas de detección temprana. En España, los datos no reflejan este incremento. Josep Maria Borràs, coordinador de la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud, en declaraciones a Science Media Centre, destaca que «no se observa este aumento de casos en jóvenes, aunque podría tratarse de un desfase temporal y ser visible en el futuro». Los expertos coinciden en que el aumento global podría estar vinculado a factores como el consumo de carnes procesadas, alcohol, obesidad en la adolescencia y cambios en los hábitos alimenticios. Rafael Marcos-Gragera, epidemiólogo del Instituto Catalán de Oncología, subraya que estos cambios afectan cada vez más a la población joven y resaltó la necesidad de investigaciones más detalladas sobre las causas biológicas de esta tendencia. Hyuna Sung, científico principal de la American Cancer Society, destaca: «La magnitud global de esta preocupante tendencia subraya la necesidad de herramientas innovadoras para prevenir y controlar los cánceres vinculados a hábitos dietéticos, inactividad física y exceso de peso corporal. Elevar la conciencia sobre los síntomas distintivos del cáncer colorrectal de inicio temprano, como el sangrado rectal, el dolor abdominal, los cambios en los hábitos intestinales y la pérdida de peso inexplicada, puede ayudar a reducir los retrasos en el diagnóstico y disminuir la mortalidad». Los investigadores valoran positivamente que en España el cáncer de colon en jóvenes no haya aumentado, aunque advierten que no se puede bajar la guardia. «Es esencial seguir promoviendo hábitos saludables y mantener la vigilancia epidemiológica para detectar posibles cambios en el futuro», afirma Borràs. Pablo Fernández Navarro, del Centro Nacional de Epidemiología recuerda que los programas de cribado en mayores de 50 años han sido efectivos en reducir la incidencia de este cáncer en esa población y podrían extenderse a edades más tempranas. En Estados Unidos, por ejemplo, se ha recomendado iniciar el cribado a partir de los 45 años. A pesar de la calidad del estudio, los expertos coinciden en que es necesario seguir monitoreando las tendencias con datos más recientes y profundizar en las causas de este fenómeno. «Los estudios prospectivos con información validada a lo largo de la vida son cruciales para entender mejor la biología del CCR en jóvenes», coinciden Marcos-Gragera y Romaguera. Isabel Portillo, del Servicio Vasco de Salud, señala que, aunque el estudio es valioso, enfrenta limitaciones metodológicas importantes. «La comparabilidad de los registros y la calidad de las fuentes de datos son desafíos clave para entender las tendencias observadas». También destaca que solo un 5% de los casos en jóvenes puede atribuirse a factores genéticos, mientras que el resto parece estar relacionado con factores ambientales y de estilo de vida. El estudio, que utiliza datos hasta 2017, ha servido para resaltar las diferencias entre países y poner en la agenda global la necesidad de estrategias de prevención y vigilancia dirigidas a la población joven, especialmente ante factores de riesgo crecientes como la obesidad y el sedentarismo.