El Banco Central Europeo (BCE) se despide de 2024 con la tercera bajada consecutiva en los tipos de interés. El supervisor del euro ha recortado 0,25 puntos el precio oficial del dinero y deja la tasa de referencia para los depósitos en el 3%. Un nivel similar al de marzo del año pasado, pero todavía lejos de los tipos negativos que se registraban antes de la crisis inflacionaria y que no parece que vayan a volver, al menos a medio plazo.
La decisión del BCE se traducirá en más alivio para los alrededor de cuatro millones de hogares hipotecados a tipo variable en España o cualquier persona o empresa con deudas a tipo variable. Las bajadas de tipos que ha emprendido el BCE han arrastrado tras de sí al euríbor, que se sitúa ya en el 2,405% en diciembre, lejos del máximo del 4% registrado a finales de 2023.
Con el dato provisional de diciembre, las hipotecas que se revisen con el euríbor a un año experimentarán bajadas en la cuota mensual de hasta el 12%. Para un préstamo tipo de 150.000 euros a 25 años y un diferencial de un punto sobre el euríbor, estaríamos hablando de un abaratamiento de 106 euros al mes en la letra (1.272 euros en un año). El lado negativo de la bajada de tipos es la de los depósitos o las letras del Tesoro, que seguirán perdiendo rentabilidad a medida que los intereses oficiales se reducen.
El banco central ha justificado su decisión fundamentalmente por las previsiones de inflación, que anticipan que los precios del consumo volverán al objetivo del BCE en 2026. «El proceso desinflacionario va bien encauzado», reza el comunicado con el que se ha hecho pública la decisión.
Al mismo tiempo, el supervisor del euro ha empeorado sus previsiones de crecimiento económico, que ya eran débiles previamente. El panorama para la eurozona es sombrío. Se espera que el PIB apenas repunte un 0,7% este año, un 1,1% en 2025 y un 1,4% en 2026. Cifras que contrastan con las expectativas para España de los principales analistas, que superarían el 2% anual en todo el horizonte.
Uno de los puntos de la nota que más ha llamado la atención a los analistas es que desaparece de ella el término «restrictivo» para referirse a la política monetaria. Algo que en ING interpretan como una señal de que vendrán más bajadas de tipos. «Se ha abierto la puerta más claramente a futuros recortes de tipos», sostiene, por su parte, Mark Wall, economista jefe para Europa en Deutsche Bank.
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La presidenta del banco central, Christine Lagarde, ha reconocido que la posibilidad de recortar los tipos en 0,5 puntos llegó a estar sobre la mesa. «Hubo algunas discusiones con algunas propuestas para considerar posiblemente 50 puntos básicos, pero el acuerdo general en el que todos coincidieron fue que 25 puntos básicos era en realidad la decisión correcta», trasladó la abogada francesa.
El nuevo recorte en los tipos de interés se produce en un contexto de creciente debilidad económica en Europa. El PIB alemán lleva casi dos años sin levantar cabeza y Francia está sumida en una crisis fiscal, con elevados déficits públicos y sin perspectivas de que pueda formarse un Gobierno que enfrente la situación en el corto plazo. La eurozona tendrá que lidiar también con problemas al otro lado del Atlántico. La reciente elección de Trump como presidente de EEUU y su intención de implantar una política comercial arancelaria es preocupante para una economía del euro muy orientada a las exportaciones.