El consenso de los analistas es casi total. La economía española crecerá en torno a un 3% este 2024, lo que sitúa al país a la cabeza de las grandes economías desarrolladas de todo el mundo. El último organismo en lanzar previsiones ha sido la OCDE. En su nuevo ejercicio de proyecciones publicado este martes, el organismo ha mejorado sus estimaciones y proyecta un aumento del PIB del 3% en 2024, que después iría desacelerando hasta el 2,3% en 2025 y el 2% en 2026.
La actualización de las previsiones de la OCDE va en línea con los cambios que han ido haciendo los principales analistas a lo largo del año a medida que los datos trimestrales que iban llegando superaban las expectativas. Con la publicación de las estimaciones de la OCDE se cierra el ciclo de proyecciones macroeconómicas hasta el año que viene, un ejercicio en el que se espera que la economía se desacelere.
De nuevo, la previsión de España sobresale respecto al conjunto de las economías avanzadas. El crecimiento previsto para España en 2024, que ya está prácticamente cerrado, triplica las estimaciones para la eurozona (0,8%) y queda por encima de Italia (0,5%), Alemania (0%) o Francia (1,1%). Si se cumple el guion, España volverá a crecer sustancialmente más que el conjunto de países del euro también en 2025, aunque las distancias se estrecharán bastante en 2026. En ese año, la previsión para la economía española es de un aumento del 2% en el PIB, frente a un 1,5% en la eurozona.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha hecho una lectura positiva de las previsiones. «La OCDE se suma a instituciones nacionales e internacionales que apuestan por la economía española», ha señalado el ministro en una publicación en la red social X. Cuerpo ha destacado que España es «el país desarrollado que más crece en 2024» y que será el «motor» de las grandes economías europeas.
El crecimiento esperado para los próximos años se asentará sobre el consumo privado. El gasto de los hogares debería dar el relevo al desembolso público y las exportaciones, que han sido el motor del PIB durante la recuperación económica posterior a la pandemia. El tirón del mercado laboral, que seguirá creando empleo, las elevadas bolsas de ahorro de los hogares y la recuperación de rentas por la mejora de los salarios y la caída de la inflación, deberían ayudar, estima la OCDE.
Impacto fiscal de la DANA
En el apartado fiscal, la OCDE da credibilidad al plan de ajuste estructural diseñado por el Gobierno y que ha ratificado recientemente la Comisión Europea. El compromiso de España es ir reduciendo el déficit poco a poco hasta llevarlo al 0,7% del PIB en el año 2026. La OCDE considera que esos ajustes fiscales son «vitales» para garantizar que la deuda se reduce.
Los expertos de la organización recuerdan que España ha aprobado un paquete de medidas de apoyo por la DANA por un valor estimado del 1,1% del PIB nacional. No obstante, puntualizan que el gasto final es incierto, dado que no se sabe todavía cuántas ayudas se acabarán concediendo ni las fechas de los desembolsos.
Además, en el apartado de las finanzas públicas, el organismo recomienda a España ampliar las bases imponibles del IVA, aumentar los impuestos medioambientales y mejorar la eficiencia del gasto público. De igual modo aconsejan a España que adapte la oferta educativa a las demandas del mercado laboral y que mejore la asistencia en la búsqueda de empleo y los procesos de formación.