Uno de los retos a los que se enfrentan los médicos que tratan a enfermos terminales es determinar el tiempo de vida que les queda a sus pacientes. Es una tarea muy difícil, y sus estimaciones se basan en distintos factores.
Este sábado, el Daily Mail publica un reportaje con la opinión de diferentes expertos que explican cómo se hacen estas estimaciones y cuáles son los rasgos que se observan.
En términos generales, cuanto más cerca esté un paciente de la muerte, más precisas serán las predicciones de los médicos. Esto se debe a que ciertas señales biológicas, como la presión arterial, el apetito y la lucidez del paciente, así como dosis elevadas de medicamentos como analgésicos, pueden dar a los médicos una idea bastante precisa de si le quedan días o incluso horas de vida.
Pero cuando se trata de períodos más largos, la situación puede volverse más complicada y, por lo tanto, incierta.
Las estimaciones varían según el estudio. Algunos sugieren que los médicos aciertan aproximadamente el 50% de las veces, mientras que otros sugieren que es tan solo un tercio de las veces.
El profesor Karol Sikora, oncólogo jubilado y ex director del programa de cáncer de la Organización Mundial de la Salud, revela al Mail que las estimaciones que dan los médicos cuando los pacientes preguntan cuánto tiempo les queda se basan en promedios poblacionales de otros pacientes.
Estos cálculos tienen en cuenta la enfermedad específica que padece el paciente, su edad y la gravedad de la afección. Esto significa que una persona mayor con múltiples tumores probablemente morirá antes que una persona más joven, incluso en la misma etapa del cáncer.
Un factor importante a recordar es que estas estimaciones se basan en promedios, lo que significa que se aplican excepciones en ambos extremos de la escala: algunos morirán antes de lo estimado y otros desafiarán las probabilidades y persistirán durante mucho más tiempo.
El profesor Sikora añade que la confiabilidad de estas estimaciones puede variar naturalmente dependiendo de cuán común o rara sea la condición. «Por supuesto que puedes equivocarte», dice el profesor Sikora. «Es una ciencia totalmente inexacta», agrega.
Otros expertos coinciden. El profesor Paddy Stone, exdirector del departamento de investigación sobre cuidados paliativos Marie Curie en el University College de Londres, afirma que no existe ningún método de estimación lo suficientemente fiable como para actuar como salvaguarda de la muerte asistida.
«Mi investigación demuestra que no hay una manera fiable de identificar a los pacientes con menos de seis o doce meses de vida… al menos, ningún método que sea lo suficientemente fiable como para actuar como algún tipo de ‘salvaguardia’ para la legislación propuesta sobre la muerte asistida», dice Stone, en el contexto de la reciente aprobación por parte del parlamento británico de la ley de muerte asistida.
La profesora Irene Higginson, experta en cuidados paliativos del King’s College de Londres, añadió: «Todos los estudios de este país y de otros muestran que estimar los seis meses de vida que quedan es extremadamente difícil y no tan preciso».
«La ciencia no está tan desarrollada y no estoy seguro de que pueda estarlo, porque los individuos varían mucho«, agrega Higginson.
Los expertos citan estudios como uno realizado en 2023 sobre casi 100.000 pacientes que muestra que los médicos acertaron casi tres de cada cuatro veces al estimar si el paciente moriría en quince días.
Fueron aún más precisos, acertaron cuatro de cada cinco veces, cuando se trataba de si un paciente viviría más de un año. Pero el período intermedio, si a un paciente le quedaban «semanas» o «meses», era mucho más complicado: los médicos sólo acertaban un tercio de las veces.
Otra estimación, realizada por The Telegraph, reveló que en 7.000 ocasiones los médicos acertaron al predecir si un paciente sobreviviría seis meses en poco menos de la mitad de las veces.
El profesor Sikora añadió que otro factor menos científico que había visto a lo largo de su carrera era que algunos pacientes desafían las probabilidades con un objetivo específico en mente.
«Quieren vivir por alguna razón específica, por ejemplo, su hija se va a casar», explica. Recordó a un paciente en tales circunstancias cuya expectativa de vida era de apenas unas semanas.
«Su hija se casaba en dos meses y él sólo quería ir a la boda», dijo. «Llegó a la boda y murió el domingo siguiente, lo cual fue fantástico para él porque sucedió contra todo pronóstico», concluye.