Uno de los rasgos característicos de Cher es que siempre ha sido una mujer que no ha tenido ni pelos en la lengua ni reparos a la hora de hacer lo que quisiera con su vida. Y, ahora, en su recién publicada primera parte de sus memorias, tituladas sencillamente Cher: The Memoir, Part One, ha revelado cómo perdió la virginidad.
La cantante de éxitos como Believe, Strong Enough o Save Up All Your Tears, que ahora tiene 78 años, ha dado a conocer que la primera vez que estuvo con un chico fue siendo una adolescente, a los 14 años, y como una táctica para vengarse de él por haberla rechazado poco antes, ya que, explica en el libro, se sintió «abandonada» después de que se dieran un beso.
«Me dolió tanto cuando hizo eso [dejarla tirada tras su beso], que tuve sexo por venganza con él. Nunca había querido hacerlo», ha escrito Cher en un extracto del libro obtenido por la revista People. «De lo contrario, lo habría hecho una de las otras quinientas veces que me lo había pedido», ha continuado, si bien no detalla la edad del chico en cuestión.
«Estaba tan cabreada porque me hubiese dado de lado que decidí, si no tanto como perderla, sí prestarle mi virginidad», ha puntualizado la estrella de la música, que no cuenta en el extracto en qué ciudad, de las tantas en las que vivió en su infancia, ocurrieron los hechos.
Eso sí, la artista ha revelado que tener sexo por primera vez le pareció una experiencia «totalmente sobrevalorada» y que le pagó al chico con la misma moneda para culminar su venganza. «Cuando terminó por fin lo que me pareció una experiencia totalmente sobrevalorada, le pregunté: ‘¿Eso es todo? ¿Ya hemos terminado?’. Y le dije que se fuera a su casa y que no volviese nunca más», ha rememorado.
«Yo lo que quería era que se sintiera tan utilizado como me había hecho sentir él a mí», ha explicado Cher, que ha añadido que el joven intentó reconciliarse con ella más tarde, pero que ella jamás le volvió a hablar. Además, también ha revelado a continuación que temía contárselo a su madre.
«Mi madre me había advertido de que, en cuanto perdiera la virginidad, ella lo sabría porque lo vería en mis ojos, así que después del revolcón con este chico italiano, corrí al espejo para mirarme», ha recordado, así como que a pesar de su miedo, su madre nunca pareció notar la diferencia del antes y el después.
«Casi esperaba ver la palabra ‘Sexo’ parpadeando en un neón fluorescente en mi frente, pero no vi nada diferente, ni ella tampoco», ha añadido, así como que no dudo en decírselo a sus amigos, aunque para pedirles que no siguieran sus pasos. «Les dije a mis colegas que ‘aquello’ de lo que hablaban a todas horas no era para tanto y que lo mejor era que siguieran con los besos», ha finalizado.