Son las seis y media de la mañana del pasado 6 de noviembre. Aunque todavía no se ha certificado la victoria en las presidenciales estadounidenses del republicano Donald Trump , Elon Musk ya paladea el triunfo de su candidato y hasta se ve a sí mismo en la Casa Blanca. En concreto, en el Despacho Oval, donde está con un lavabo entre los brazos, igual que cuando traspasó las puertas de las oficinas de la extinta Twitter en 2022 después de convertirse en su propietario. «Deja que esto (la imagen) entre en tu mente», afirmó el magnate en una publicación realizada en su cuenta de X acompañada por una fotografía trucada en la que se encuentra en el epicentro del poder estadounidense. No cabe duda de que Musk, dueño de X, SpaceX o Tesla, será uno de los grandes beneficiados del retorno a la presidencia de Donald Trump. A diferencia del resto de grandes ejecutivos de Silicon Valley, que evitaron realizar comentarios favorables al republicano hasta que ganó los comicios, Musk siempre tuvo claro quién era su candidato. Donó a la campaña más de 100 millones de dólares, compartió miles de mensajes en X alabando al aspirante y le acompañó durante su mitin en Butler (Pensilvania) de hace un mes . «Musk apostó todo al caballo ganador y le ha salido bien. Como referente económico y mediático va a dar un subidón y también es de esperar que X y sus empresas se vean beneficiadas», explica ABC Ferran Lalueza, profesor de Comunicación de la Universidad Oberta de Cataluña y experto en redes sociales. El sudafricano ya está notando los efectos de la victoria de Trump. Las acciones de Tesla experimentaron un ascenso del 14% tras conocerse los resultados electorales, y en unos meses se espera hasta su entrada en el gobierno. El futuro presidente ya afirmó que tenía la intención de colocarlo al frente de una nueva comisión destinada a auditar el gasto de los funcionarios federales. Y el magnate está por la labor. Por lo pronto, el pasado miércoles participó en una reunión entre el dirigente estadounidense y Volodimir Zelenski , presidente de Ucrania. Y la cosa no quedará ahí. De acuerdo con ‘ The New York Times ‘, Musk podría alcanzar próximamente la «envidiable» posición de escoger a las personas encargadas de regular a sus compañías y de despedir a las que le estorben. Una de las primeras en caer será, presumiblemente, Lina Khan, directora de la Comisión Federal de Comercio y encargada de controlar a las grandes tecnológicas durante los últimos años. El propio Musk ya avisó de ello hace unos días. Fernando Checa, director del máster de Redes sociales de la Universidad Internacional de La Rioja, cree que, gracias a la victoria de Trump, los gigantes de internet operarán con mayor libertad después de cuatro años sintiendo cada vez más cerca el aliento de los reguladores. «Muchos movimientos para controlar a las empresas van a verse frenados con Trump. El hecho de que Elon Musk toque poder va a provocar que los sectores en los que él está presente se vean reforzados. Para las grandes empresas es una buena noticia». Y entre las potenciales beneficiadas, además de Apple y Amazon, que estaban siendo vigiladas por presunto monopolio, se encuentra también la china TikTok. La ‘app’ de vídeos virales de origen chino está tratando de frenar en los tribunales un proyecto de ley , aprobado la pasada primavera, que podría desembocar en su prohibición en Estados Unidos el próximo enero. Sea como sea, el flamante presidente electo, que durante su primer mandato también trató de acabar con la aplicación, ahora se opone tajantemente a este desenlace . En parte porque los jóvenes que ahora la usan día sí y día también «se volverían locos» y también porque «hace falta competencia» para Facebook e Instagram, dos redes sociales que, se sabe, no son del gusto del dirigente; y lo mismo pasa con su dueño, Mark Zuckerberg . En septiembre Trump acusó al CEO de Meta de conspirar contra su candidatura en las elecciones de 2020, en las que perdió contra el demócrata Joe Biden. El republicano incluso lo amenazó con «encerrarlo en la cárcel durante el resto de su vida» si se repetía la (presunta) jugada en los comicios de 2024. Medios estadounidenses señalan que en caso de que TikTok pierda su apelación, Trump simplemente podría negarse a aplicar la prohibición o buscar otro mecanismo para garantizar la supervivencia de la ‘app’. Si el presidente electo no es muy amigo de Meta, tampoco lo es especialmente de Alphabet, matriz de Google. Hace poco más de un mes, el dirigente acusó al buscador de dedicarse a promocionar contenido negativo sobre él. Sea como sea, también se ha mostrado en contra de la posible división de la empresa, que actualmente se enfrenta a dos casos antimonopolio en el país por su control del negocio de las búsquedas y la publicidad en internet. Tampoco se espera que Trump siga los pasos de la Unión Europea y se decida a impulsar una dura regulación para evitar los malos usos de la inteligencia artificial (IA); algo que, potencialmente, beneficiará a Google, Microsoft y OpenAI, creadora de ChatGPT. El futuro presidente ya anunció que piensa acabar con la orden ejecutiva firmada por Biden el pasado año para controlar estas tecnologías . Las empresas, por tanto, tendrán más manga ancha para establecer las medidas de seguridad que ellas crean necesarias para sus algoritmos. Al menos en principio.