Ganar la lotería es el sueño de muchos, pero ¿y si no dependiera de la suerte, sino de la lógica? Eso fue lo que descubrió Jerry Selbee, un jubilado de Everett (Michigan, EEUU) con un talento para las matemáticas que, junto a su esposa Marge, logró amasar una fortuna de 26 millones de dólares entre 2003 y 2012 gracias a un método completamente legal.
Este es el ejemplo perfecto de cómo unas reglas curiosas y un poco de «aritmética básica», tal como sostiene Jerry, pueden convertir a un matrimonio común en la sensación de un pequeño pueblo e, incluso, del país. De hecho, su historia fue tan digna de película que en 2022 fue adaptada a la gran pantalla bajo el título Jerry & Marge Go Large.
Todo comenzó en 2003 cuando Jerry, recién jubilado y con mucho tiempo libre, se detuvo frente a un anuncio de la lotería estatal Windfall. Mientras la mayoría veía solo un cartel con números y premios, él vio una oportunidad. «Leí la letra pequeña y me tomó menos de dos minutos para darme cuenta de que este juego podía ser rentable», explica en una entrevista con Los Angeles Times.
La «peculiaridad» que encontró el jubilado residía en las reglas del sorteo: si nadie acertaba los seis números ganadores, el premio se repartía entre quienes acertaran cinco, cuatro o incluso tres números. Este sistema, llamado roll-down, aumentaba las probabilidades de obtener ganancias si se compraban suficientes billetes.
Con una mente afilada para las matemáticas, hizo los cálculos: invirtiendo 1.100 dólares en boletos tenía garantizado ganar al menos 1.900 dólares. Y no falló. «De 18 [boletos], obtuve 1.000 dólares por un ganador de 4 números y 18 ganadores de tres números con un valor aproximado de 50 dólares cada uno, que son alrededor de 900 dólares», indica en otra entrevista para la cadena CBS.
«Ayudábamos a la gente que queríamos»
Al principio, Jerry y Marge jugaban con cantidades pequeñas, pero se empezaron a dar cuenta de que cuanto más invertían, mayores eran sus ganancias. De este modo, decidieron profesionalizar su estrategia y crearon una empresa, GS Investment Strategies LLC, para gestionar las compras masivas de billetes.
Lo más sorprendente es que no lo hicieron solo por ellos. Invitaban a familiares, amigos y vecinos de su comunidad en Everett a invertir con ellos y compartir los beneficios. «No era solo éxito personal. Ayudábamos a la gente que queríamos», asegura Jerry.
Cuando la lotería Windfall fue cancelada en Michigan, en lugar de retirarse, buscaron otra oportunidad. La encontraron en el estado de Massachusetts con el juego Cash Windfall, que seguía las mismas reglas. Durante seis años, viajaron cientos de kilómetros para participar.
No infringían ninguna ley
La creciente actividad de los jubilados atrajo la atención de los medios y la sociedad. Incluso el diario The Boston Globe investigó su método para verificar si incumplía las reglas. Sin embargo, las autoridades concluyeron que lo que hacían era completamente legal: no manipulaban los resultados ni alteraban el sistema, solo jugaban mejor.
Y los Selbee nunca se sintieron culpables. «Es solo aritmética básica», reitera Jerry. Tampoco fueron los únicos en descubrir este truco: un grupo de estudiantes del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) también aprovechó el mismo sistema, provocando un debate nacional sobre si este tipo de juegos debían ser regulados.
Con todo, tras ganar millones, la pareja no sucumbió a la tentación de los lujos. No se compraron mansiones ni coches deportivos y, en lugar de eso, siguieron llevando una vida tranquila en su pueblo. «Te da una satisfacción increíble tener éxito en algo que no solo benefició a nuestra familia, sino a toda nuestra comunidad», declara Jerry.
Aunque la lotería Cash Windfall también acabó siendo cancelada, la experiencia les dejó mucho más que dinero: una historia para contar y una película que inmortalizó su ingenio.