Publicado: noviembre 7, 2024, 3:44 pm
La DANA que arrasó varios pueblos de Valencia y Castilla-La Mancha ha dejado un balance devastador de más de 200 muertos y, al menos, 89 desparacidos. Además de las pérdidas humanas hay numerosas pérdidas materiales. Las calles de municipios como Paiporta, Masanasa, Chiva, Algemesí, Aldaia o Catarroja quedaron completamente inundados durante las primeras horas del paso del temporal. En estos municipios, el agua dio paso al barro y a la humedad. Desde el pasado miércoles cientos de personas se han volcado en limpiar las calles y ofrecer su ayuda. Conforme han pasado los días, los médicos de la importancia de utilizar equipos de protección para evitar enfermedades e infecciones. La farmacéutica y divulgadora científica, Boticaria García, se ha sumado a este llamamiento. La experta ha pedido en primer lugar que no se propague la desinformación sobre este tema: «Prudencia y ciencia». En este sentido, explica que lo mejor es alejarse de «alarmismos» para ocuparse de lo «realmente importante», de acuerdo con las fuentes oficiales. «En los últimos días se están difundiendo muchos bulos sobre enfermedades infecciosas que pueden aparecer en el agua estancada», explica. Como comenta, una de las preguntas más recurrentes entre la población es si existen riesgos derivados de la presencia de restos humanos en el agua. Su respuesta es clara: «No debemos alimentar los titulares más sensacionalistas». Insiste en que la OMS indica que «los cadáveres no suelen representar un riesgo significativos de brotes de enfermedades después de estos fenómenos». La explicación es que la «mayoría de agentes infecciosos no sobreviven mucho en el cuerpo humanos después de la muerte». «Es más probable que las infecciones agudas aparezcan entre la población superviviente en áreas afectadas porque pueden ser portadores de enfermedades contagiosas», resalta. Otra de las cuestiones tiene que ver con enfermedades como el cólera o el tifus . Sobre estas, Marían García explica que «cuando la muerte ocurre por cólera o por fiebres hemorrágicas, como en el virus del ébola, los riesgos humanos sí que representan riesgos para la salud y ahí sí hacen falta protocolos estricos». Sin embargo, Boticaria recuerda que «afortunadamente no son enfermedades endémicas en España ». «Aunque nada es imposible, la experiencia en emergencias nos enseña a no infravalorar nunca los riesgos, hoy lo más probable es que no vayamos a sufrir ninguna epidemia de cólera», subraya. Asimismo, subraya que hay otros problemas a los que sí se debe prestar más atención. Entre las enfermedades en el corto plazo que tienen más riesgo de aparecer están «las heridas y traumas al entrar en contacto con el barro y con otros materiales contaminados, las infecciones en la piel por el mismo motivo, las enfermedades gastrointestinales en teoría de andar por casa como la salmonella, campiterobacter o e coli». A la hora de consumir agua, Boticaria García resalta que son las autoridades las que alertar sobre si es apta para su consumo. De momento, no lo hay por lo que insiste en que se debe beber agua embotellada : «No se recomienda salvo que las autoridades digan lo contrario hacer cloraciones caseras de ningún tipo». Pasadas las primeras fases tras la catástrofe, en el medio plazo, habrá que vigilar a los mosquitos que puedan ser trasmisores de vectores, así como las enfermedades respiratorias por hongos porque «la humedad es el hábitat perfecto para el moho» . De esta manera, Boticaria García se alinea con el resto de experto que están dando consejos en la última semana y pide «no alarmarnos de enfermedades exóticas por ahora y ocuparnos de extremar las medidas de higiene» . Además, recuerda la importancia de estar al día de las vacunas como el tétanos en la zona afectada. «La gran olvidada es la gripe porque muchas personas están pasando mucho tiempo en lugares muy concurridos y una gripe inoportuna es lo que menos necesitan ahora los afectados».
