En la Unión Europea siguen los golpes y ahora es Alemania la que lanza uno: el canciller Olaf Scholz ha destituido al ministro de Finanzas, Christian Lindner, que también es el líder del FDP (los liberales), y de esta forma deja muy tocada la coalición de Gobierno. El país, de hecho, queda casi abocado a las elecciones anticipadas tras las importantes diferencias en el seno del Ejecutivo por las medidas económicas a tomar en los próximos presupuestos, según anticipan varios medios.
Por lo pronto, Scholz se enfrentará a un voto de confianza el próximo 15 de enero, que puede ser el paso previo para unos comicios federales en marzo, pues el SPD no tiene apoyos consolidados en el Bundestag una vez que puede perder el respaldo del FDP. En realidad, los socialdemócratas tratará de ganar tiempo porque las encuestas no le son favorables.
«Acabo de pedir al presidente que libere de sus funciones al ministro de Finanzas. Me veo obligado a dar este paso para evitar daños a nuestro país», expuso Scholz en un mensaje a la nación. La coalición semáforo (socialistas, verdes y liberales) echó a andar en 2021 tras 16 años de Angela Merkel en el poder, y en ningún momento se ha consolidado como un Gobierno fiable: ha apostado por multiplicar la inversión en Defensa, pero el país sigue rondando la recesión y los roces a nivel financiero entre los partidos han sido en todo momento un problema.
Esta crisis se da además en un momento de claro auge de la ultraderecha de AfD en las encuestas federales y tras sus mejores resultados históricos en los últimos comicios regionales. Ahora, los sondeos están liderados por la CDU, ahora con Friedrich Merz a la cabeza, que aspira a recuperar el mando del país con una línea más dura que la de Merkel.
Este seísmo políticos se da unas horas después de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, que pilla además a la UE en un momento de cambio y, como se ve, a Francia y Alemania en horas muy bajas como motor del bloque comunitario. Incluso así París y Berlín tratan lanzar un mensaje de fortaleza que no es creíble porque, además, sus posiciones por ejemplo respecto a China son distintas. Esa locomotora de la UE no va a buen ritmo y las crisis internas así lo atestiguan.