«Yo no voy a iniciar ninguna guerra, las voy a parar», ha afirmado Donald Trump en su primer discurso tras ganar las elecciones americanas de este martes, con una ventaja muy superior a la que pronosticaban las encuestas. Esa frase es, sin duda, una declaración de intenciones del magnate neoyorquino, que vuelve a la Casa Blanca con un giro republicano a la política exterior de la primera potencia mundial.
La guerra de Ucrania, el conflicto en Oriente Medio, China y Rusia intentando imponer un nuevo orden mundial, los BRICS reclamando su espacio, África alejándose cada vez más de Occidente… todos los puntos calientes del planeta miran a EEUU y los analistas consultados por 20minutos coinciden: la geopolítica internacional no será la misma con Trump que con Kamala Harris.
La guerra en Ucrania
Trump podría forzar a Zelenski a negociar la paz casi a cualquier precio y asumiendo grandes pérdidas»
Trump ha llegado a afirmar que pondrá fin a la guerra en Ucrania y no ha ocultado su estrecha relación con Vladimir Putin, quien anhelaba seguro una victoria del candidato republicano, según afirma el estadounidense Adam Dubin, profesor de Derecho Internacional en la Universidad Pontificia Comillas: «Trump es muy escéptico respecto a la intervención en Ucrania y prestará menos apoyo a Zelenski. Su presidencia puede significar que Estados Unidos deje de enviar armamento a Kiev, mientras que con Harris habríamos visto una continuidad a la política de Joe Biden, incluso podría haber autorizado el envío de nuevos tipos de armas y aviones, algo que lleva dos años pidiendo el presidente ucraniano».
Carlos Sanz, profesor de la Escuela Diplomática de Madrid y de la Universidad Complutense, coincide en que Trump puede acelerar el final de la guerra, aunque a costa de los intereses de Ucrania: «Seguramente recortará el apoyo financiero y militar a Ucrania e, incluso, aflojará las sanciones a Rusia para forzar a Zelenski a negociar la paz casi a cualquier precio y asumiendo grandes pérdidas. Trump cree en una política de America first (América primero) y piensa que la de Ucrania no es su guerra. No le interesa el gasto que supone para el pueblo americano y cree que EEUU no tiene nada que ganar».
«Es muy curioso que el partido demócrata esté jugando ahora el papel que han jugado históricamente los republicanos frente a Rusia. Con Ronald Reagan y otros presidentes, siempre habían tenido a la Unión Soviética como el gran enemigo de EEUU, pero todo eso cambió de repente con Trump y los republicanos son ahora más prorrusos que cualquier gobierno en la historia moderna de EEUU. El partido demócrata ha pasado a ser el más beligerante contra el expansionismo ruso de Putin», subraya Dubin.
El conflicto en Oriente Medio
El apoyo de Trump a Israel será incondicional, autorizando incluso un ataque contra Irán, mientras que Harris habría intentado calmar un poco las tensiones»
«Trump siempre ha defendido el derecho a la legítima defensa de Israel y seguramente le dará más margen a Netanyahu para aumentar su agresividad, autorizando incluso un ataque contra Irán. Su apoyo a Israel será incondicional, mientras que Harris habría intentado calmar un poco las tensiones y aumentar el diálogo, precisamente lo que estaba haciendo Biden, que en los últimos meses había sido bastante crítico con Netanyahu», dice el profesor Dubin.
Incide en que «el lobby judío, que siempre ha tenido un papel importante en la administración norteamericana», está financiando a Trump: «Tiene mucho apoyo judío, que ha donado millones de dólares a su campaña, precisamente porque creen que su apoyo a Israel será más decidido. Incluso conozco a personas judías, demócratas de toda la vida, que le han votado».
Sin embargo, Carlos Sanz considera que no habrá demasiada diferencia respecto a sus políticas en la región: «Quizás Trump apoyará todavía más a Netanyahu y se desentenderá del aspecto humanitario de la guerra, mientras que Harris habría intentado hacer compatibles ambas cosas, pero el apoyo de EEUU a Israel se mantendrá como hasta ahora». Tampoco ve a Trump escalando el conflicto hasta una guerra abierta con Irán: «Durante sus cuatro años en la Casa Blanca no metió a EEUU en ninguna guerra, lo cual ya es un récord, y no creo que tenga ahora especial interés en iniciar una contra Irán».
José María Peredo, catedrático de la Universidad Europea, también entiende que «la alianza prioritaria de EEUU con Israel se mantendrá sin grandes divergencias», salvo algunos matices: «Puede haber diferencias en cuanto a la mayor sensibilidad de Kamala Harris hacia los derechos de los palestinos y la solución de los dos Estados, una idea que ella misma había defendido en campaña, mientras que Trump volverá a la situación previa al conflicto, a impulsar los acuerdos de Abraham para mejorar las relaciones bilaterales de Israel con los países vecinos y para aislar a Irán en la región».
La superpotencia china y el polvorín de Taiwán
Harris mantendría el apoyo militar a Taiwán, mientras que Trump estaría dispuesto a dejarla caer en manos de China»
«Tanto Trump como Harris tienen focalizada a China como el rival estratégico más importante de EEUU», dice Peredo. No obstante, augura que Trump intensificará la competencia con Pekín: «Ya siguió una estrategia muy frentista durante su primera presidencia de EEUU e inició una guerra comercial que es posible que se reproduzca. Es probable que incremente los aranceles a los productos chinos y que imponga restricciones a la exportación a China de tecnología avanzada o relacionada con la seguridad, a la vez que limitará la importación de bienes chinos de esas características. En ese aspecto, veo a Trump más agresivo que Harris, que no sería tan proteccionista».
«Es interesante porque con Trump posiblemente habrá una escalada en la guerra comercial, con políticas más proteccionistas contra las importaciones chinas e incluso con acciones legales contra algunas de sus tecnológicas, pero, por otra parte, Trump ha dado a entender que el destino de Taiwán no es del interés de Estados Unidos y creo que estaría dispuesto a dejarla caer en manos de China, en caso de un intento de reunificación más o menos contundente por parte de Pekín», explica Sanz.
«Kamala Harris habría mantenido el apoyo militar a Taiwán lanzando un mensaje disuasorio a China de que un ataque contra la isla supondría un conflicto con EEUU. Creo que si China pudiera votar en las elecciones norteamericanas, habría votado seguramente por Trump», subraya.
África y el auge del yihadismo en el Sahel
EEUU ha demostrado que no tiene demasiado interés en África. Trump llegó a referirse a los países africanos como ‘shithole'»
Adam Dubin, que ha sido asesor sobre Derechos Humanos en el África subsahariana, sostiene que «EEUU ha demostrado que no tiene demasiado interés en África porque en las últimas décadas Rusia y China han ido ganando influencia económica y militar» en ese continente. «Recuerdo que Trump llegó a referirse a los países africanos como shithole (países de mierda) y Biden tampoco ha tenido una estrategia demasiado prominente», dice. En ese sentido, cree que Trump «podría reducir aún más» la presencia norteamericana en África. «En general, EEUU está un poco perdido en su política hacia África, no sabe muy bien lo que hacer», recalca.
«Sí, la tendencia creo que seguirá siendo la misma. Quizás la desconexión con África se acelere con Trump por su visión de America fist, pero Harris haría algo parecido, tal vez de una forma más paulatina y multilateral, teniendo en cuenta el interés prioritario que los socios europeos tienen en la zona del Sahel», coincide Sanz.
Peredo también hace mención al poder emergente de los BRICS, el foro de países emergentes que se acaba de reunir en Kazán con Putin como anfitrión: «Las relaciones con los países no alineados van a ser importantes y va a buscar un entendimiento a través de acuerdos bilaterales con algunos de ellos, con los que no forman parte de esa alianza antioccidental que impulsan Rusia, China o Irán».
Venezuela y la relación con América Latina
A EEUU le interesa un enemigo en América, le viene bien que Maduro siga en Venezuela para mantener el discurso anticomunista»
José María Peredo señala que para EEUU «es importante recuperar presencia en América Latina» y considera que «Kamala Harris era un mejor activo porque, como vicepresidenta, ya había ejercido labores de representación en diferentes países y conoce mejor la realidad latinoamericana, mientras que Trump es más cercano a personajes populistas como Milei o Bolsonaro».
«Respecto a América Latina, lo que realmente le importa a EEUU es la inmigración ilegal, un debate muy politizado en la sociedad norteamericana. Trump ha hablado de deportaciones masivas, defiende impulsar su famoso muro fronterizo y podría apremiar a México para que controle mejor su frontera», dice Sanz.
En esa línea, Peredo comparte que México es un país fundamental para EEEU «por el control de la inmigración y del narcotráfico» y reitera que Harris «por su experiencia y carácter californiano» habría tenido «mayor sensibilidad con las minorías latinas» y una mejor relación con la nueva presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum.
Poniendo el foco en Venezuela, el profesor Dubin no cree que la presión sobre Nicolás Maduro vaya a incrementarse tras la victoria de Trump: «Hasta cierto punto, a EEUU le interesa tener un enemigo en América, que históricamente siempre había sido Cuba. Creo que incluso le viene bien que Maduro siga en Venezuela para poder mantener el discurso anticomunista. No veo a EEUU mandando a la CIA para desestabilizar más el país».
El futuro de la OTAN y los lazos con la UE
Trump ha llegado a amenazar con sacar a EEUU de la OTAN, no está dispuesto a seguir pagando el coste de Defensa a los países europeos»
Sanz y Dubin advierten de que Trump puede poner en peligro el futuro de la Alianza Atlántica. «Ha llegado a amenazar con sacar a EEUU de la OTAN porque no está dispuesto a seguir pagando todo el coste de Defensa de los países europeos. Eso sería una debacle mayúscula, pero con Trump cabe esperar todo tipo de acciones unilaterales sin contar con sus socios», dice el profesor de la Complutense.
«La semana pasada estuve en el Parlamento Europeo y en Bruselas vi cierto temor a una victoria de Trump, un personaje que consideran mucho más alineado con el concepto de ‘líder fuerte’ encarnado por Viktor Orbán o Putin», apunta Dubin, quien destaca que Trump no solo «podría empezar a reducir fondos en la OTAN», sino que también «ve a la Unión Europea como una amenaza para la economía estadounidense y tiene interés en debilitarla».