Prácticamente acababa de estrenar la veintena cuando Tom Welling se puso por primera vez la piel de Clark Kent (que no el traje de Superman) para la pequeña pantalla en la que fue una de las series de ficción más queridas de su género: Smallville.
En antena durante una década, la producción nos dio la oportunidad de conocer nuevos caminos para las relaciones entre todos los protagonistas: Lex Luthor, Lana Lang, Lois Lane e incluso un joven Flecha Verde (que después tuvo su propia serie) se mostraban en una versión joven e incipiente de lo que sus yoes adultos resultarían ser.
Sin embargo, para Welling, el que fue su gran éxito se convirtió también en su sambenito, ya que, como le pasara a tantos otros actores, quedó tan fuertemente vinculado al personaje que es muy difícil hablar de uno sin relacionarlo con el otro, aún hoy, trece años después de que la serie dejara de emitirse.
Cuando acabó la serie, Welling se mantuvo bastante alejado de los focos y los platós y mantuvo un perfil público muy bajo. Con excepción de un par de proyectos (ninguno como personaje principal), los siguientes años fueron de sequía profesional, hasta que un giro lo llevó a participar en la serie Lucifer, en 2017, y el revuelo de los fans en internet dejó patente que su regreso a pantalla era algo muy esperado.
No menos aplaudida fue Professionals, donde compartió protagonismo con Brendan Fraser, aunque ya para ese entonces (2020) lo que realmente le funcionaba para mantener el cariño del público era dejarse ver por redes sociales en sus facetas más personales.
Actualmente, Welling es padre de dos hijos y, gran aficionado a los caballos, es frecuente ver ambas cosas en sus publicaciones.
Ahora mismo, aunque sigue manteniendo un perfil bajo, está inmerso en la promoción de su última película: Mafia Wars, que se desarrolla en Roma con el tráfico de fentanilo como eje principal. Para el papel, el actor ha dado un gran cambio físico: se ha vuelto a poner en forma y se ha teñido pelo y barba de un color negro intenso que nada tiene que ver con sus canas habituales, a las que ya sus fans estaban tan acostumbrados.