En el marco de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la desinformación se convirtió en un factor central que amenaza con distorsionar la percepción del proceso electoral. A través de redes sociales y declaraciones públicas, circularon múltiples mensajes falsos que buscan sembrar dudas entre los votantes.
Entre las principales desinformaciones se encuentran afirmaciones sobre supuestas fallas en las máquinas de votación, la participación de no ciudadanos estadounidenses en el proceso y restricciones para el voto asistido por idioma. Estas tres cuestiones captaron la atención de los responsables electorales y organizaciones que trabajan para garantizar la transparencia en los comicios.
La desinformación sobre el voto de no ciudadanos
Uno de los mensajes más persistentes asegura que algunas personas sin ciudadanía estadounidense podrían votar en las elecciones, algo que generó una fuerte polémica. En redes sociales, se difundieron videos y publicaciones que sugieren que el presidente Joe Biden impulsaría una ley para permitir el voto de inmigrantes indocumentados. Sin embargo, esta afirmación es completamente falsa.
La ley federal de Estados Unidos es clara al respecto: solo los ciudadanos pueden participar en las elecciones para elegir presidentes y congresistas, y no existe hoy ninguna propuesta en el Congreso que sugiera modificar esta normativa.
Organizaciones de vigilancia electoral, como el Centro Brennan, alertaron sobre el riesgo de este tipo de desinformación, que podría disuadir a votantes legítimos o desviar la atención de las verdaderas normas que regulan el voto en Estados Unidos. Estas afirmaciones falsas, promovidas en gran medida por sectores del partido republicano, buscan manipular la percepción pública y crear un ambiente de desconfianza generalizada en el proceso electoral.
Las acusaciones sobre el cambio de votos en las máquinas de votación
Otra de las principales desinformaciones que se extendió en los días previos a la elección es la supuesta manipulación de votos en las máquinas de votación. Algunos ciudadanos, a través de las redes sociales, afirmaron que su selección fue alterada, un hecho que autoridades electorales negaron con argumentos sólidos. De hecho, este tipo de denuncias, que aparecieron en estados como Texas y Tennessee, fueron investigadas por funcionarios electorales, quienes aseguran que las máquinas de votación no alteran las decisiones de los votantes.
El Departamento de Elecciones del Condado de Tarrant, en Texas, por ejemplo, emitió un comunicado y explicó que sus sistemas registran electrónicamente la selección del votante y, antes de que se emita el voto, se imprime una papeleta física para su revisión. Según declararon, los problemas ocasionales que se observan no están relacionados con el sistema, sino con errores humanos. “El Departamento de Elecciones del Condado de Tarrant recomienda encarecidamente a los votantes confirmar sus selecciones en la boleta física antes de colocarla en el escáner para ser contabilizada”, afirmaron las autoridades en un comunicado oficial.
Derek Tisler, asesor del Programa de Elecciones y Gobierno del Centro Brennan, destacó en una entrevista con CBS que “no hay nada que temer con las máquinas de votación” y que los posibles problemas que podrían presentarse, como pantallas congeladas o escáneres de papeletas atascados, no tienen relación alguna con interferencias maliciosas. Este tipo de aclaraciones son claves para mantener la transparencia y confianza en el sistema electoral.
Restricciones falsas sobre el voto asistido por idioma
La tercera desinformación que preocupa a las autoridades es aquella que involucra la asistencia por idioma, especialmente entre los votantes hispanos, quienes representan un porcentaje importante del electorado en algunos estados. Mensajes que aseguran que los votantes deben dominar el inglés para poder participar o que no pueden recibir ayuda en el proceso, son falsos y violan las leyes federales de derechos electorales.
La Ley del Derecho al Voto establece que, en los condados donde una minoría lingüística supera los 10.000 habitantes o representa más del 5% de los votantes elegibles, la documentación electoral debe estar disponible en su idioma.
Esta normativa incluye, entre otros, el español en muchos condados con poblaciones hispanas numerosas. Además, cualquier persona con dificultades para leer en inglés tiene derecho a acudir a las urnas acompañado de alguien que pueda asistirla en el proceso de votación. Sin embargo, este acompañante no puede ser ni el empleador del votante ni un representante sindical, limitación diseñada para evitar presiones indebidas.
Estas tres formas de desinformación –voto de no ciudadanos, supuestos fallos en máquinas de votación y restricciones en la asistencia por idioma– forman parte de un esfuerzo amplio que, según expertos, busca deslegitimar el proceso electoral en uno de los momentos más críticos de la democracia estadounidense.
En un contexto donde el voto por adelantado y el voto por correo ganaron popularidad, las autoridades electorales han hecho un llamado a los ciudadanos para que verifiquen sus fuentes de información y confíen en los procedimientos establecidos por las autoridades.