Un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha revelado que el cambio climático fue responsable de más de la mitad de las muertes asociadas a las temperaturas extremas registradas en el verano de 2022 en Europa . En total, 68,593 personas murieron debido a las altas temperaturas en ese periodo, de las cuales se estima que 38,154 muertes se podrían haber evitado si no existiera el calentamiento global. La investigación, publicada en ‘ npj Climate and Atmospheric Science ‘, utiliza modelos epidemiológicos aplicados a registros de mortalidad y datos históricos de temperatura de 35 países europeos para calcular el impacto del cambio climático en el exceso de mortalidad por calor. El estudio muestra que el número de muertes atribuidas al cambio climático fue significativamente mayor en las regiones del sur de Europa y afectó de manera desproporcionada a las mujeres y a los ancianos. De las muertes relacionadas con el calor, el 56% se concentró en mujeres y el 61% en personas mayores de 80 años, reflejando una vulnerabilidad más alta en estos grupos poblacionales. Los investigadores también observaron un incremento generalizado de la mortalidad asociada al calor en casi todos los países analizados, destacando que el cambio climático aumenta la probabilidad de que se produzcan veranos excepcionalmente calurosos, como el de 2022. Además, los hallazgos señalan que el impacto del cambio climático en la mortalidad por calor no se limita a los años más extremos. Según el estudio, entre el 44% y el 54% de la mortalidad relacionada con el calor entre 2015 y 2021 también se atribuye al calentamiento global, lo que supone entre 19,000 y 28,000 muertes anuales. Sin embargo, el año 2022 marcó un preocupante aumento del 40% en la mortalidad por calor y un incremento de dos tercios en las muertes atribuibles directamente al calentamiento antropogénico en comparación con los años anteriores. Ante estos datos, el estudio subraya la necesidad urgente de implementar estrategias de adaptación y mitigación eficaces para reducir el riesgo de mortalidad asociada al calor. Joan Ballester Claramunt , investigador principal del proyecto EARLY-ADAPT , hace una llamada a los gobiernos europeos para aumentar la ambición en la vigilancia y prevención de los efectos del cambio climático en la salud pública. Según Ballester, sin medidas adecuadas, el número de muertes y las temperaturas récord seguirán aumentando en los próximos años.