El móvil Vivo V40 SE partía de los alicientes del cuidado diseño y de la calidad-precio para después convencer de la mano de su pantalla, la batería, las fotos y, sobre todo, de su perfil equilibrado. Una línea que sigue el Vivo V40 SE 80W, variación con el elemento llamativo de su anillo de luz trasero para dar mayor iluminación a las fotografías y con el rasgo diferencial en el segmento de la carga rápida resaltada en su denominación.
El Vivo V40 SE 80W es el cuarto miembro de la línea V40, todos ellos con conectividad 5G y lanzados en 2024. La serie está comandada por el V40, definido por las cámaras ZEISS, que llegó acompañado del V40 Lite. Si el modelo insignia de la familia roza la gama alta y el Lite se ubica en el cauce de los 350-400 euros, el Vivo V40 SE 80W se enmarca, al igual que el V40 SE, en el de los 300 euros. Salió a la venta por 329 euros y ahora se encuentra por 299 euros.
Especificaciones técnicas principales del Vivo V40 SE 80W
- Pantalla: Amoled E4 de 6,67 pulgadas (FHD+, 120 Hz)
- Procesador: Qualcomm Snapdragon 4 Gen 2
- Configuración: 8 GB + 256 GB
- Cámaras traseras: principal de 50 MP + ultra gran angular 8 MP
- Cámara frontal: 32 MP
- Batería y carga rápida: 5.000 mAh y 80W
- Conectividad: 5G
- Sistema operativo: Funtouch OS 14 (Android 14)
- Otros elementos: espacio para dos nano SIM, opción microSD, Aura Light, sensor de huella dactilar en pantalla, NFC
- Peso y grosor: 190 gramos y 7,95 mm (Titanium Silver); 188 gramos y 7,79 mm (Imperial Black)
- Precio original: 329 euros
Elegancia en color titanio
Luce una plasmación distinta de la del dispositivo con el que está tan emparentado. La elegancia fluye, aunque con otro estilo. 20bits lo ha probado en su versión Titanium Silver, envuelta en el atractivo del plateado y del color titanio. La marca china lo comercializa también en el color Imperial Black, vistoso porque el negro tira hacia el púrpura.
Brillante, sobrio y con presencia, incorpora un módulo envuelto en esa ‘metalización’ y en el toque que le otorgan tanto el anillo de luz del sistema Aura Light como el detalle de que las cámaras no se ajustan al típico círculo. Sus marcos remiten a lo pulido y casan muy bien con la composición trasera.
Su acabado desprende calidad a la vez que resulta agradable al tacto. Este punto cuenta no obstante con la pequeña mancha de que la textura rugosa de la información de fabricación molesta y rompe la armonía en términos de tacto.
En su comodidad intervienen los marcos, que deparan un buen agarre, y su vocación de ser un smartphone ligero y delgado (peso de 190 gramos y grosor de 7,95 mm en Titanium Silver).
Una interesante pantalla Amoled
Su pantalla, en cuanto a la experiencia, es de las interesantes en su escalón de gama media. Además de cumplir con el componente Amoled, se caracteriza por las 6,67 pulgadas, la resolución de 2400 x 1080, la fluidez de 120 Hz y por un apropiado nivel de brillo. Alcanza los 1.200 nits de brillo máximo y los 1.800 de brillo máximo local.
En sus ajustes habilita un correcto repertorio dentro de que en este asoma lo acotado. De las opciones de temperatura de color, destacan los resultados del modo profesional y del estándar. El sistema contempla la protección visual, algo limitada en comparación con lo que ya se ofrece.
Respecto al complemento sonoro, el desempeño de sus altavoces estéreo satisface. Se sienten potentes, cualidad que en todo caso podría haberse conjugado con una mayor depuración.
Fotos por encima de lo esperado
Las fotografías con el Vivo V40 SE original no estaban nada mal, y con el Vivo V40 SE 80W se colocan un punto por encima. Las imágenes son mejores de lo esperado. Lo curioso reside en que uno y otro vienen con la misma cámara principal de 50 MP y la misma ultra gran angular de 8 MP.
El nuevo smartphone prescinde (con criterio) de la cámara macro de 2 MP del anterior y en su lugar introduce el citado anillo de luz y el sistema de iluminación Aura Light, pensado sobre todo para que los retratos salgan más lucidos (nunca mejor dicho).
Su aportación se nota en los entornos en los que la luz ambiental no ayuda. En el fondo no deja de ser una modulación con nombre ‘pintón’ del Flash de toda la vida, pero ejerce su reclamo como detalle extra. Puede ajustarse al gusto o elegirse el modo automático y permite pasar de tono más cálidos a más fríos.
Los cambios se extienden a la cámara para selfis, que duplica su resolución (de 16 a 32 MP). Como en el anterior, la aplicación de cámara despliega un abanico de funciones suficiente pero en el que asoma la cuestión de lo recortado. Por ejemplo, se vuelve a echar en falta la grabación de vídeos en 4K. Sí que dispone de modo 50 MP, modo noche, modo retrato (con una única opción de disparo), modo Pro (RAW y JPG), vista dual y Live Photo.
La aplicación de la IA se manifiesta en funciones de edición como Borrado con IA (la versión Vivo del Borrador Mágico) y Reparar, con una tirita como logo y enfocada a la optimización de la calidad de la imagen para mejorar detalles y colores, vía idónea para las fotos antiguas.
Snapdragon, pero no tan fluido
Vivo mantiene el procesador Snapdragon 4 Gen 2, una de las soluciones de Qualcomm (en escena desde 2023) para los móviles guiados por la calidad-precio. Lleva aparejado un buen rendimiento, aunque no siempre resulta lo fluido que gustaría.
A los 8 GB + 256 GB de base se suma el plus de la RAM extendida (hasta un máximo de 8 GB más). Por otro lado, contempla la ampliación del almacenamiento interno mediante microSD (hasta 1 TB).
Opera con Android 14 según Funtouch OS 14, el software de Vivo, una personalización que, al menos en lo relativo a la plasmación que presenta en este dispositivo, se ha quedado un poco atrás respecto a las de sus competidores. Le vendrían bien un diseño más atractivo y una mayor potenciación.
5.000 mAh y carga de 80W para marcar la diferencia
Su batería, adscrita a los tan extendidos 5.000 mAh, conlleva una autonomía que convence con creces. Aguanta más que otros móviles con dicha capacidad. En todo caso, el gran aliciente se halla en la carga rápida que soporta, 80W, poco usual en el segmento. La mención a la velocidad en la propia denominación del dispositivo señala la intención de remarcar el rasgo diferencial.
Puesto a cargar cuando se encuentra en rojo y al 10%, en 14 minutos ha superado el umbral del 50%. A los minutos 24 minutos llega al 80%. Gracias su tecnología FlashCharge de 80W, recupera el total de la energía en 35 minutos. El cargador se vende aparte (suele venir de promoción).
Su elevada velocidad de carga se conjuga con funciones para la protección de la batería, caso de la carga optimizada. Sobre la durabilidad, Vivo resalta los cuatro años del funcionamiento de la batería a un nivel óptimo.
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